Cuando llegué a este mundo lo hice en el peor lugar, en la base del enemigo, ¿cómo lo sabía? Había un montón de monstruos gritando acerca de matar a todos los humanos y dominar el mundo para un tal sauron
En ese momento la habían querido matar, pero eran escépticos en acercarse a ella. No sabían si era seguro acercarse a alguien que había salido en una bola de luz, y estaba agradecida por ello, pero no estaba segura de cuanto duraría y no sabía cómo escapar. Fue entonces cuando los conoció, los nazgul. Ellos se habían acercado a ella sin miedo, al parecer estaban maravillados al verla
En ese momento no se había dado cuenta, pero al parecer ella era la única persona que existía que podía ver sus rostros y oír sus voces. Inmediatamente habían tomado un gusto por ella, la agarraron y la encerraron en una torre. Al parecer un tal sauron les había dado el permiso de mantenerla como si fueran una especie de mascota
Se molesto un poco, pero ¿Qué mas iba a hacer? No conocía ese mundo, no sabia que criaturas Vivian ahí y tampoco sabían si serian amables con ella. Así que termino quedándose resignada en esa torre. Al menos le daban comida, agua y algunos libros para que se entretuviera, aunque no podía leer el lenguaje de la mayoría de ellos
La visitaban cuando podían, a veces era uno y otras veces eran todos o mas de uno. Todos tenían diferentes personalidades y apariencia, pero lo único en lo que se parecían era que todos amaban el contacto físico. Cuando llegaban siempre tomaban su mano o tocaban su cabeza y hablaba suavemente
La mayoría de las veces se sentaban en su cama con la espalda contra la pared y las piernas cruzadas. Al estar en esa posición cómoda para ellos la tomaban de la cintura y sin preguntar por su opinión la sentaban en su regazo durante mucho tiempo y para no estar en silencio les terminaba contaban historias o les hacía preguntas sobre el mundo exterior, un mundo que ella no conocía. En ese momento siempre parecían mas relajados
Siempre eran cuidadosos al tocarla por su armadura, eran amables y suaves. Había veces en que la dejaban salir, con la condición de que uno de ellos tendría que ir con ella. siempre la llevaban a un pequeño jardín que tenían ellos escondido dentro de una cueva. Podías llegar caminando muy rápido desde la torre
"¿Hoy podré conocerlos?"
Se refería a los animales en forma de dragón que ellos montaban, nunca la dejaban verlos, pero después de tanto rogar por fin la dejarían ver a uno y estaba realmente emocionada por eso
"Si, hoy podrás ver a uno"
Su voz era vacía y fría, otros la escucharían así, pero yo solo ella podía escuchar la emoción que escondían o que nadie podía oír
Caminaron a un lugar al que nunca la habían dejado pasar y por fin lo vio. Era grande, muy grande para su pequeño tamaño. Tenia una montura en la espalda y la miraba con curiosidad en sus pequeños ojos. Completamente emocionada solo pudo mirar a su acompañante antes de acercarse al enorme animal
Camino con pasos lentos para demostrar que no era una amenaza y cuando estuvo lo suficientemente cerca el bajo su enorme cabeza para olerla. Con una sonrisa en su rostro alzo uno de sus brazos para que la oliera, pero no pudo contenerse a si misma así que termino apoyando su mano sobre su nariz
El nazgul que la acompañaba reacciono rápidamente y trato de apartar su mano del enorme animal, pensando que tal vez podría morderla, pero cuando el simplemente empezó a lamer su pequeña mano solo pudo detenerse y mirar lo que estaba pasando frente a él. Kagome sonrió y empezó a acariciar su hocico como si de un gato se tratara
"Nunca había dejado a nadie a parte de nosotros que lo toquemos"
Sonaba realmente curioso y algo asombrado por lo que había pasado. Después de un par de minutos por fin tomo su mano y tiro suavemente de ella incitándola a caminar
"volvamos, esta empezando a hacer frio"
Parpadeando un par de veces solo pudo sonreír suavemente y asintió. Al parecer se había dado cuenta cuando ella había empezado a temblar. Dándole una última mirada al dragón regresaron a la torre
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