Memorias e intenciones buenas

176 16 0
                                    


Un guapo y alto pelirrojo paseaba su teñida cabellera por el pasillo principal buscando a Nathaniel, aún era bastante temprano por lo que el sitio parecía vacío.Pero ahí debía estar,el mayor lo podría jurar. 

« ¿Dónde te escondes? » se preguntó abriendo la puerta del laboratorio, el único sitio que le faltaba por revisar.

 Bingo.

—Eh,Nath ¿quieres algo de ayuda con esas cajas?

El aludido se sobresaltó y giró para encontrarse con los grisáceos y profundos ojos del otro

—¿Castiel? ¿que haces por aquí a esta hora?

—Yo pregunté primero.

—Puedo manejar esto por mi cuenta, no te molestes— Tomó varios archiveros de plástico y caminó fuera del aula, sin prestar mucha atención a la presencia de su compañero de clases; a decir verdad aceleró el paso esperando que dejase de seguirlo.

—¿seguro?

—No insistas, por favor.Son cosas importantes de los registros estudiantiles, no quiero arriesgarme a que los tires o algo por el estilo.

—Pero Nath...

—Enserio,deja de molestar —Ahora prácticamente corría, o éso intentó. Sintió una mano sujetando su hombro derecho y jalando su cuerpo con brusquedad hacia atrás, provocando que los papeles volaran — ¡¿QUÉ TE PASA?!— gritó bastante molesto. Pero un segundo después se dió cuenta de la dirección en la que acabaron dichos documentos. Escaleras abajo, y el rubio también iba a precipitarse en una caída que seguramente habría sido humillante y dolorosa a partes iguales.

Estaba tan ocupado tratando de alejar a cierto tipo, que olvidó fijarse por donde caminaba.

—Ten más cuidado, pudiste haberte herido— le resultó extraño que no hubiera burla en el tono del muchacho.

«Habría sido menos doloroso de lo que me haz hecho tu en éste tiempo» No pudo decirle, por que no quedaría como el dolido del cuento, no dejaría que le viera afectado.

Ya no.

—Gracias— espetó de mala gana— ahora si me disculpas,debo recoger —por suerte no todos los archiveros se abrieron y nada se ensució (cada mañana la escuela estaba impecable, por que el delegado podría jurar que de haber pasado a hora de salida sus preciados artículos se habrían llenado con basura pegajosa y/o grasosa)

—¿Y supongo que no debo ayudar por riesgo a tirar las cosas por accidente,o algo por el estilo,no?

Los ojos ámbar del menor ni siquiera se molestaron en verlo, por su parte el guitarrista se inclinó para cooperar en la recolección.

—Debo llevar esto a la sala de delegados, te pido que no me provoques distracciones y te mantengas lejos de mi espacio, Castiel.

—Ya te dije que lo siento,en verdad quiero reparar las cosas entre ambos,volver a ser---

—Las cosas entre ambos están bien. Hemos vuelto a ser compañeros como antes ¿no te es suficiente? la necesidad de recordar el pasado es nula, sigue adelante.

—Es que no puedo avanzar si no estás.

El corazón del otro dió un vuelco, pero no se atrevió siquiera a verlo.

—La última vez que me pediste directamente que me alejara ¿recuerdas cómo acabo? —como si necesitara probar su argumento levantó su camisa,mostrando su musculado torso. El rubio ya sabía que era lo que había que ver. una cicatriz de ocho centímetros,de hace años,yacía permanente bajo la costilla izquierda del más alto.

Pelirrojo caprichoso (CastielxNathaniel) CDMWhere stories live. Discover now