Gretel.
Llego a mi casa, alrededor de las 7 de la noche. Estoy tan cansada que no tengo nada de hambre, sólo quiero dormir.
Cuando leía que estudiar Medicina era para personas fuertes y capaces, pensaba que era exagerando. Pero no, para estudiar esta carrera debes amarla y tener ese deseo de ayudar a los demás, porque si no a mitad de camino tiras la toalla, hubo un tiempo en el que pensé rendirme estaba muy cansada y estuve a punto de tener un colapso mental pero gracias a Dios encontré las fuerzas y ya sólo me falta cumplir el internado para ser una Doctora. Pero sin duda estos días han sido muy estresantes por los exámenes finales y todo eso, a pesar de todo siento que no pude haber elegido una mejor carrera, es gratificante ver cómo puedes ayudar con la salud de alguien y hacerle sentir mejor, eso sin duda vale más que cualquier estrés o cansancio.
—Hola mami— Digo a la vez que entro a la cocina por un vaso con agua— ¿La bendición? —pido acercándome a ella, mi hermana y yo tenemos la costumbre de cada vez que vamos a salir o llegamos a casa, pedir la bendición de nuestros padres, es parte de la cultura de nuestro país natal y pues la hemos mantenido.
—Dios te bendiga, hija, ¿Cómo te fue? —pregunta mi mamá mientras se acerca a mí y besa mi frente.
—Bien— decido no andarme con rodeos y contarle rápidamente lo del viaje —Fui seleccionada para viajar de intercambio hacer el internado— digo sin más, ya había hablado esto con mis padres, ya que sabía que era muy probable que sea admitida.
— ¿¡Que!? — pregunta deteniendo lo que hace unos segundos hacía.
—Sí, mamá, como lo oyes.
Mi madre no estaba de acuerdo con que me vaya, pero sabe que es una decisión que no está en mis manos, y no sería bueno para mi desarrollo como profesional negarme a una oportunidad así.
Tras unos minutos de convencerla de que todo saldrá bien y que estaré bien allá, me deja irme a mi cuarto. Tengo que empezar hacer a organizar todo para cuando me vaya, solo nos queda completar los exámenes finales en los próximos días para luego marcharnos.
Entro al baño, y me quito una pequeña parte del estrés mediante un largo baño. Salgo y me visto en mi pijama y me lanzo a la cama, para caer rendida en un profundo sueño.
Tres días después terminamos de completar los últimos exámenes, nos han adelantado el proceso lo más que han podido, ya que los ingleses están metiendo algo de presión, cuando me levanto es un poco tarde, ya que no tenía que ir a la universidad. Pienso un momento si quedarme un rato más en la cama o si empezar hacer las maletas, mañana salimos muy temprano y ya es medio día. La vibración de mi celular en mi mesita de noche me saca de mis pensamientos, me apresuró a contestar al ver que se trata de Aisha.
—Hola— digo al momento que llevo el celular a mi oreja.
—Gretel, ¿en que éstas? ¿Ya alistaste tus maletas?
—Mmm, me acabo de levantar.
— ¿Que? ¡Estás loca! En unas horas salimos y sabes que tenemos que arreglar varias cosas— mi amiga al parecer está muy ansiosa por marcharse, ya que la responsable soy yo, y ella está un poco intensa con el viaje. Y ahora que lo recuerdo tenemos que ir a la universidad a buscar los permisos para la embajada y esos trámites.
—Oh, había olvidado que teníamos más cosas que hacer aparte de arreglar maletas, pásame a buscar en una hora.
—Bye, amiga, también te amo, te espero en media hora —y sin más finaliza la llamada.
Me meto al baño corriendo y como bien lo dijo, en media hora mi amiga está tocando bocina frente a mi casa.
—Mamá, me voy a la universidad a resolver unas cosas— digo mientras bajo las escalares corriendo como siempre, pero esta vez Daniela no está en el pasillo y no me la llevo por delante.

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El Intercambio
RomanceEl intercambio es una historia de amor entre dos profesionales de la salud, dos personas con ideales, pensamientos y culturas distintas, que se envuelven en un romance dulce, intenso y apasionado entre Gretel Alcázar, una estudiante de medicina, se...