Capítulo uno: Trío de idiotas.
_Trece años._
—NO ME VOY A IR PAPÁ. —grite con toda la fuerza que tenía. —No otra ves papá, por... Favor. —mi voz sonaba quebrada, como si estuviera apunto de llorar, y es que así era.
—No crees que estas algo grande para estos berrinches estúpidos, no podemos quedarnos, recoge tus cosas nos vamos en tres horas.—salió por la puerta de mi habitación dando un portazo.
Y a como él lo dijo tres horas después nos fuimos de la casa en la que había pasado los últimos cuatro años.
Tendría que volver a comenzar de cero, otra ves, nuevos amigos, nuevos lugares, nueva escuela, nuevo "hogar"
Hoy era sábado, mi padre me dijo que era un viaje más o menos de cinco horas, que durmiera en la parte trasera del auto, así lo hice.
***
Eran las nueve de la noche, ya habíamos llegado, aquí estaba haciendo un frío terrible, y solo había una cobija, hasta mañana llegarían las demás cosas.La casa era gigante, y no tengo idea de para que, si solo eramos mi papá y yo, no las conté pero por lo menos vi unas ocho puertas en el segundo piso, supongo que habitaciones, mi padre escogió la principal y yo la más grande, lo que más me gustaba era la alcoba.
—Ella es Leticia, te cuidara mientras yo no esté, y como esta casa es más grande que la anterior, habrá más personas de acá para allá. —decía mientras salía de la habitación dejando a Leticia parada al frente de mi.
Era una señora de unos cincuenta años, su pelo ya era algo canoso, era muy bonita la verdad.
—Hola señorita Rebeca, cualquier cosa que necesite estaré por aquí.—y sin nada más que decir salió.
***
Ya teníamos como una semana de estar acá, nunca había salido de la casa, tampoco era como que me interesara, y como era diciembre no me tenía que preocupar por el colegio hasta febrero, bueno eso me dijo mi padre.
La relación con mi padre seguía siendo mala, lo poco que hablábamos era para discutir, o para que el me informará de alguna cosa.
Había explorado toda la casa y a sus alrededores, era amiga de todos los que trabajaban aquí, eran buenas personas, cada tanto venían amigos de mi papá, y no podría decir lo mismo de ellos, era gente arrogante, que se creían la gran cosa, igual ni siquiera salía de mi habitación.
Yo sabía que mi papá era dueña de una empresa muy importante, teníamos mucho dinero, no mudabamos cada tanto, había conocido tantas casas, era muy extraño que nos tuviéramos que mudar tanto.
Estaba con mi celular cuando me llegó un mensaje de Victor, un amigo de la escuela.
“Vic💙:
¿Cómo estás Rebe? Me puse triste cuando me di cuenta que te fuiste, ni siquiera te despediste.”Al instante me llego otro.
“Vic💙:
Creí que iríamos al mismo cole :(”“Rebeca:
Lo lamento Vic, mi padre me lo dijo el mismo día que nos fuimos, perdón.”Así duramos un rato más, me llamo y luego colgamos por que era muy tarde, lo iba a extrañar.
Creo que el había sido mi único amigo realmente verdadero.
***
—Los de séptimo sigan a la profesora Rosie.—dijo la directora por el micrófono.
Hoy era mi primer día en el cole, no era algo que me emocionara mucho realmente, igualmente la seguí, después nos dividieron por secciones, iba con otros treinta alumnos más, y yo parecía ser la única que iba sola, sin nadie, después de todo ya estaba acostumbra, siempre estaba sola.
Después de darnos un tour por todo el colegio, que debo decir era inmenso, entramos a un aula.
—Bueno alumnos tomen asiento y pasaré asistencia.—después de unos cinco minutos me llamaron.
—Hoy haremos unas actividades, únanse de grupos de tres por favor.
Yo no conocía a nadie, veía como todos se movían, hasta que vi a dos chicos que venían juntos y como vi que solo eran ellos dos, me senté junto a ellos.
—Hola, me llamo Rebeca. — dije y en ese momento los dos subieron su vista, se me quedaron viendo por un momento.
—¿Qué? —pregunte ya algo molesta, me estaban poniendo ansiosa.
—Estoy enamorado.— contestó el que estaba a mi lado, tenía una sonrisilla en sus labios.
—No le hagas caso a él, es un idiota.— dijo el que estaba al otro lado.
—Sí, ya lo note.
—Bueno, tú sigo enamorado de ti aunque me hayas llamado idiota. — dijo mientras me sonreía. —Me llamo Johan y el es Nicolás.
—Sí bueno, ya les dije como me llamo.
—¿Como te llamabas? Es que tu belleza me distrajo. —hablo Johan.
—Idiota, ya lo dijo Re. Be. Ca.—contestó el otro por mi.
—¿que es lo que acabas de pronunciar Nicolás? —habló la profesora con su ceño fruncido, vi como Nicolás palidece, y Johan le brillan los ojos.
—Me acaba de llamar idiota profesora y ella también. —hablo Johan mientras me señalaba.
—Y usted lo repite Johan, me hacen el favor y los tres se van a la dirección para que sellen su boleta, desde principios y ya en problemas. —habló la profesora en un tonó molesto.
Y así fue como conocí a este par de idiotas, y también como recibí mi primera boleta, sí que genial.
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La promesa de nuestras vidas.
Romance-Rebeca, vete al carajo.-decía Nicolás mientras me empujaba, en un gesto juguetón. -Solo si vienes conmigo mi cielo.- mi voz salía chillona, exactamente como la quería. -Mi cielito, mi amorcito, te amo.-Decía Johan mientras juntaba las manos y pesta...