Alix tiene wattpad! (Cancelado)

7- ¿Qué es el yaoi?

Ya había pasado mas de una semana. La cena quedó en el olvido. Todo fue como si no hubiera pasado y a la vez si.

Ahora que se que Kim y yo somos amigos las cosas cambiaron, pero sólo un poco.

Mi biblioteca de wattpad creció. Justo estaba en el salón de clases, todos habían salido a comer, pero yo me quedé por falta de hambre.

Busqué una nueva historia y justo una llamó mi atención.

"Ámame como a ella (AdriNath)"

¿AdriNath? ¿eso se come?

Para salir de dudas leí la descripción.

"Nathanaël Kurtzberg se enamoró.

El sentimiento no es recíproco, o eso cree el.

Nath quiere que Adrien lo ame como a ella, Ladybug.

Este fic es Yaoi, BL, como quieras llamarlo."

—

¿Yaoi, qué es eso? —pregunté en voz alta, sin percatarme.

Un estruendo seguido de un chillido se escuchó.

—¿uh, ¡Yaoi! — se emocionó alguien.

¿Qué mierda?

—¿Quién está aquí?

Nadie respondió.

Caminé sigilosamente por el salón de clase y visualice a alguien escondido en el asiento de Chloé. Me agachó y tomo por los hombros rápidamente.

—¡Buu!

La chica gritó tan fuerte que me aturdí. Se dio media vuelta y la vi.

—¿Chloé? —pregunté atónita, ¿acaso a ella le gusta el yaoi?

—¡Ugh¡ ¿Qué quieres, mortal? —se levantó rápidamente y se sacudió toda. Hice lo mismo... pero sin sacudirme.

—¿Acaso sabes qué es el yaoi?

Su rostro se enrojeció rápidamente y miró a otro lado con ademán divo.

—Pff, no, asco, yo no veo esas cosas Otakus.

Chloé, porfavor háblame en español.

—¿Qué?

—No puedes probarlo, ¡E-es culpa de Adrien! El ve mucho anime.

Ok, creo que cada vez entiendo más.

—Osea que sabes que es yaoi
...

—¿Ah? —se veía sorprendida—. ¡Okey, okey! Cierra la puerta.

La rubia no me habló con superioridad.

¡¿Espera, qué?!

Hice caso a lo que me pidió. Ella se sentó en su banca mientras me indicaba que yo hiciera lo mismo. La miré incrédula.

—Sólo haz caso, Kubdel, no muerdo.

Ya sabrán que hice caso.

Maldita curiosidad.

—Escucha, no quiero que le digas a los demás lo que te diré —me pidió con un tono demandante.

—¿Si lo hago qué? —escupí.

—Le diré al tomate, digo, ¡Nathanaël! Que te gusta.

No es que me importara, pero creo que es mejor para él. No quiero incomodarlo.