valis callampa uwu

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jungwawita💖
Xuxiiii te estoy esperando en el restorán ¿Habíamos quedado a las ocho, verdad?
20:55.

Si mi amor, me quedé dormido😔, voy al tiro
22:55.

—Cresta.— Dijo el Yukhei que acababa de despertar de su siesta de la tarde, se levantó y se puso lo más choro que pilló, se lavó los dientes pero como al almuerzo había comido pan de ajo agarró los orbit que le había comprado el Chenle y se fue casi volando pal restorán elegante que era más caro que su casa, igual daba lo mismo si se lo iba a pagar el papi SM.

Es que no podía dejar plantado a su guagua, ignoró las llamadas porque iba manejando po. Hasta que llegó a la calle principal.

—Me estai— Se pilló con el medio taco ya que estaba lloviendo más que la chucha po, cuando pasa eso todos se ahuevonan con los autos.

El maraco de la radio dijo que eran ya las nueve y media, al Lucas casi le da un paro y se empezó a desesperar.

—Puta la weá ¿Qué hice yo pa merecer esto? Me van a patear.—
Miró a la ventana en busca de respuestas pero la única que pilló fue que, puta, cagó no más.

En eso un rayo de esperanza le cayó del cielo. Bueno, en verdad no, la vió por la ventana, un peatón. Buscó donde estacionarse, o sea en ningún lado y terminó dejándolo en una vereda piola por si andaban los pacos.

Ahora tenía que pillar el restorán, iba a llegar hecho sopa pero pico, era eso o abstinencia por dos meses.

En el camino pilló una chocolatería a ver si los chocolates rellenos hacían que el Jungwoo lo perdonara.

Siguió caminando, no sabía ni para donde era pero cachaba que estaba cerca.

Entonces lo pilló. No el restorán si no al Jungwoo adentro de un café, él solito y con un pedazo de torta y café con mucha azúcar. Él sabía que cuando tiene penita se pone a comer y no para nunca, y esta vez era su culpa. Puta la weá.

Quiso sonreír al verlo entrar por esa puerta pero no podía po, se suponía que estaba enojado.

El Yukhei agarró una silla y la puso al frente del Jungwoo, este mismo seguía comiendo de su torta, fingiendo ignorarlo.

—¿Qué pasó?— Se atrevió a preguntar el chino.

—Me echaron.– Confesó el de pelo celeste.— Nunca llegaste po y había más gente que quería mesa.

—Ya si sé.— Tenía que admitir que nunca había sido de lo más puntual.— ¿No te dejaron esperarme?

—Qué si demás que ni sabiai dónde era la weá.— En eso tenía razón.

—Puta, mi amor, perdón.

—Valis callampa.

—Siempre me dices lo mismo.

—Es porque es verdad po.

—Ya, perdón oh, me quedé dormido.

—Sigues valiendo callampa.

—Igual me amai.

—¿Quién dice?

—Tú mismo.

—Ya si.

—Y yo también te amo mucho, mira po, me mojé en la lluvia por ti y te traje de los chocolates que te gustan.— Entonces vio como se formaban lágrimas en los ojitos de su pololo.

—Pucha yo no te compré nada. Perdón mi amor yo—

—No, yo soy el que tiene que pedir perdón po, me paso de weón, sorry.— Le tomó la mano por encima de la mesa y la besó.

—Que eri cursi.

—Y te encanta.

—Me encantai vo, pero igual valis callampa y no hay cosita para ti en toda la semana.

—Se te va a olvidar.

—Esta vez no, feo culiao.— Y entonces el Lucas le pagó su torta y su café y se fueron para la casa del Jungwoo que quedaba más cerca, se cambiaron de ropa y vieron películas abrazados en la cama toda la noche mientras se /comían/ la caja de chocolates /entre los dos/ ,hasta que les dió tuto.

Y sí, el Lucas se resfrió.

Valis callampa. -nct one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora