Fue un 16 de Abril, hace 2 años. Ese día la conocí. Fue cuando apenas entraba a la preparatoria, tenía al rededor de 14 o 15 años, no quisiera recordar tan a detalle todo.
La vi por primera vez en un receso, en la preparatoria, yo estaba hablando con mi actual mejor amigo; Rolando, mientras la vi de lejos hablar con sus amigas. Una de sus amigas era conocida de Rolando, así que cuando él se dio cuenta de que estaba allí, lo acompañé a saludarla, y fue donde también conocí a Victoria. Mientras Rolando habló un rato con su amiga, yo me quedé a un lado, parado, sin hacer o decir nada. Victoria me vio, se mostró un tanto interesada en mí, aprovechó que estaba sólo, se me acercó y me dijo muy alegre, con una sonrisa en su rostro:
—Hey, ¿Que tal? Soy Victoria, y veo que eres amigo de Rolando. Te vi muy sólo y decidí acompañarte.
—Oh, hola, soy Carlo, ¡Encantado de conocerte, Victoria! Veo que tú eres amiga de su amiga —Dije, sin evitar hacer una gran sonrisa al instante—.—Su nombre es Adriana —Dijo Victoria soltando una pequeña y tierna carcajada— Y sí, soy amiga suya, como ya pudiste ver.
Mientras hablábamos, sin darme cuenta, Rolando y Adriana se alejaron, y las demás amigas también se alejaron. Nos dejaron a Adriana y a mí a solas, hablando. Realmente no hablábamos cómo tal, luego de esa pequeña plática ya no sabía de que hablar, no era bueno sacando temas de conversación.
—¿En qué salón estás? —Le pregunté, sin saber que otra cosa conversar—.
—En el aula 13, justo a un lado de la tuya, me parece. No tienes de que hablar, ¿Verdad? -Me dijo, un poco burlona, pero aún tierna—.
—Oh, sí, esa aula está al lado de la mía. Y no, no se me ocurre de qué hablar, no se me viene nada a la mente, perdóname.
—Lo haces ver como si fuera un examen. No te pongas así, déjame ayudarte. Entre la salsa verde y roja, ¿Cuál te gusta más? —Me preguntó entre pequeñas risas—.
—La más picosita -Respondí siguiendo el juego—.Ambos reímos, y nos dimos cuenta de que las personas al rededor empezaban a ir a las aulas, había acabado el receso.
—Antes de que te vayas, déjame darte algo. —Me dijo, mientras sacaba un trozo de papel de su mochila—.
Estaba escribiendo algo, cuando terminó de hacerlo, me entregó el papel y se dirigió a su aula.
—Nos vemos después, señor labia —Me dijo, ya un poco retirada—.
El papel tenía su número de teléfono, y abajo una inscripción que leía "Me mandas Whats, a ver si por ahí hablas más". Y , entonces, me di cuenta de que tenía una nueva amiga.
Mientras recordaba el día en que la conocí, un relámpago me despertó de aquel recuerdo. Mi pan con mermelada seguía en el plato. Me lo acabé, lavé el plato y subí de vuelta a mi cuarto, ya eran cerca de las 2:00 am.
Cerré la puerta de mi cuarto, aún con la luz apagada, me metí en mi cama y me acosté, mirando al techo y haciéndome la misma pregunta, hasta que me quedé dormido.
¿Por qué tuvo que hacerme tanto daño a mí?

ESTÁS LEYENDO
Luces de la noche
Teen Fiction¿Cómo se puede ser feliz? Carlo, un joven sencillo, sin ninguna cualidad o aspecto extraordinario, intenta superar el desamor que le causó Victoria, a la vez que intenta salir adelante en su vida, mientras se topa con distintas dificultades y alegrí...