- ¿Te gusta el pollo? – Estaba sudando, la garganta la tenía cerrada y su cara seguramente dejaba ver cada cosa que sentía. Se había arrepentido, era mejor esperar. Sí, definitivamente. Esperaría hasta que finalizaran los doce días y en ese momento le diría, por ahora era mejor seguir como estaban. Ella rió un poco.
- Sí, claro que sí. Parecía que fuese una pregunta más seria.
- ¿En serio? – Dijo con un gallito. Se aclaró la garganta y preguntó otra vez. - ¿En serio? Esa no era mi intención, a veces no sé controlar mis emociones.
- ¿Qué van a pedir? – Interrumpió el camarero. Debía tener unos dieciocho años, pelo castaño y ojos azules muy lindos por cierto.
- Yo quiero puré de papá con… - Ella pensó un poco. – Carne, quiero algo simple. Y una Sprite, por fa. – Él chico anotó todo luego miró a Zayn.
- ¿Y usted?
- Lo mismo, pero pollo a cambio de la carne. – El muchacho asintió y se marchó.
- Esto me recuerda a Baxton’s. – Comentó en tono nostálgico. Baxton’s era un restaurant pequeño en Doncaster al cuál solían ir, allí fue su primera cita, su primer aniversario, la verdad allí los celebraron todos. - ¿Seguirá en función?
- No lo sé, llevó mucho sin ir a Doncaster. – Ella dejo de observar el lugar y volvió su vista a él entrecerrando los ojos.
- Dime la verdad, ¿qué me ibas a preguntar?
Él carraspeó y deseó que por un momento la tierra se lo tragara, por fin podía entender por completo aquel dicho.
- Eso… que si te gusta el pollo.
- ¡Por favor, Zayn! No soy tonta, me doy cuenta cuando algo va en serio, sé que lo que sea que hubieses dicho era un tema importante, sé te notaba mucho. – Él trago saliva. Bien, lo haría. Aunque podría arrepentirse. Metió la mano en su bolsillo del pantalón y afirmó con fuerza la caja en su palma.
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- Quiero que para el cumpleaños de mi hijo sea todo perfecto, renovar todo aquí, la pintura, los muebles… incluso el personal. Tiene que se lo mejor para el mejor. – Dijo Johannah a una mujer, la cual anotaba cada cosa que decía. Debía ser la organizadora de la cuál tanto habló en el desayuno.
- Mamá, ya te dije. Tengo todo planeado, será un cumpleaños pequeño con mis amigos.
- ¡Claro que no! – Su madre parecía ofendida. – Será el cumpleaños del siglo, querido. Eres mi favorito, amor. Además del mayor, debes tener lo mejor. – Volvió a dirigirse a la chica que la acompañaba. – Creo que unos quinientos invitados.
¿Quinientos? ¿De dónde sacarían quinientas personas? Seguro que ni siquiera Louis conocía tantas personas personalmente como para invitarlos a su cumpleaños. Rodó los ojos y bufó, estaba cansado, cansado de su familia, de su madre y de que tratara de controlarlo. Tratara de controlarlos a todos, incluso a su padre. ¿Por qué no podía ser como las madres normales? ¿Acaso no sabía cómo tratar a alguien con amor? Dio media vuelta y se marchó a su habitación, quería estar lejos de ella.
“- Te amo, Louis – Susurró ella contra su pecho, sonriente. Él la imitó, sonreía a pesar de que sabía lo que ocurriría después de ello.
- Cally, debemos hablar. – La miró sonreír por última vez. – No te amo. Nunca te he querido. – Con cada palabra pudo notar como las lágrimas aparecían. – Quiero que te vayas, te alejes de mí. – Ella se sentó en la cama y lo miró furiosa, le dio una mirada letal y cubriéndose con la sabana se levantó, se vistió y la vio desaparecer por la puerta.
Esa noche lloró, lloró como nunca había llorado. Él la amaba, quería estar con ella para el resto de sus días… Pero el destino llamado Johannah no los quería juntos.”
Hacerle caso a su madre fue el peor error de su vida, si no fuese por ella nunca hubiera perdido a Callidora, su Cally. Por lo que había investigado ella se deshizo de todo lo que tuviese que ver con los Tomlinson y actualmente estaba felizmente casada con un tal Dante Gallagher, o algo así. Tenían una hija de dos años, Deborah, una niña hermosa. Sí, él había investigado todo de ella. Perdió a la única mujer que alguna vez quiso como algo más que una amiga, como algo más que una hermana. Él amaba a ____, pero como un hermano, a Callidora la amó como amante y compañero. Tenía planeado un futuro junto a ella. Tenía planeado tener hijos, hijos hermosos, ser parte de una familia grande. Pero todo se arruinó por su culpa, por obedecer a su madre. Esto ya era demasiado… su madre aprendería a no meterse en la vida de los demás, y aprendería de la peor forma que podrían hacerlo, en la forma en la cual ella sufriría más. Estaría humillada luego de esto.
Se sentía algo mal por ella, pues era su madre, pero ya lo había decidido.
- Niall. ¿Podrías llamar a Greg? Necesito un favor. – El rubio lo miró y asintió. Genial, su plan comenzaba, justo ahora.
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Se aclaró la garganta como por séptima vez, la miró directo a los ojos y aflojó algo su corbata.
- Mmm… pues… yo… - Tomó otra bocanada de aire pero llegó el camarero interrumpiendo. – Gracias. – Le dijo antes de que se marchará, tomó bebida y la miró, pero ella estaba comiendo con la vista baja. Había perdido su oportunidad, cuando volvieran a la casa le diría.
El resto del almuerzo no cruzaron palabra. Esto era incomodo. Zayn pagó la cuenta luego de comer el postre y volvieron al antigua hogar de los Styles. Afuera de esta había un muchacho, colorín, bueno realmente estaba peliteñido. Ojos azules y algo de acné esparcido por aquí y por allá.
- ¿Dallas? – Preguntó ella a lo que él chico se giró.
- Aquí está tu ropa, ____. – Era escocés, era obvio por su notorio acento.
- Gracias por traerla. – Sonrió luego de abrazarlo. – Me voy a cambiar. – Entró, Malik fue detrás de ella mientras que él otro muchacho subía a su motocicleta y se marchaba.
Él se quedó allí sentado en la sala. Como lo haría, cuál sería la mejor manera. Buscó una guía de teléfonos pero luego cayó en cuenta que la única que había era de hace veinte años así que el pequeño plan que había hecho se había ido a la basura. Como todo últimamente.
____ terminó de cambiarse cuando recibió la llamada de su hermano. Contestó, algo raro debía pasar pues no hace mucho que habían hablado.
- ¿Qué pasa, Boo Bear?
- Cambie de idea, quiero que vengan a mi cumpleaños. Tú y Zayn. – Ella frunció el ceño, ¿por qué ahora si quería que fuesen? – Las invitaciones ya fueron enviadas.
- ¿Invitaciones?
- Sí, ahora Johannah quiere que sean con invitaciones, algo más formal.
- ¿Qué planeas, hermano?
- Pues… mamá nos ha hecho daño, en especial a ti con Zayn. ¿Te has puesto a pensar en la situación que estas? Debes huir para estar con el chico el cuál amas, eso no debe ser así. No deberíamos dejarnos estar bajo el dominio de ellos, no más ____. Ya somos grandes.
- ¿Qué tengo que ver yo en tu plan?
- Nada. No quiero que te metas en esto, si alguien se ganará el odio de mamá seré yo, además tu ya lo tienes… no quiero que tengas más problemas con ella. Solo quiero que vengas a mi cumpleaños. – Hizo una pausa. – Por cierto, junto a las invitaciones envié un traje para Zayn y un vestido para ti, como ya dije ahora es una fiesta formal.
- ¿Podrías explicarme el plan por lo menos?
- Bien, lo haré. Pero no ahora. Te llamaré en la noche. Cuídate, amor. – Le envió un beso. – Ahora debo irme.
Dejó el teléfono en la cama y bajó nuevamente para encontrarse a Zayn sentado con la vista perdida.
- Creo que ahora si podemos hablar sin interrupciones, ¿no? – Se sentó a su lado y lo miró. - ¿Qué era eso tan importante?
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Mi pequeño problema.
Fanfiction¿Puedes tropezar dos veces con la misma piedra? ¿Aun cuando esta piedra sea jodidamente sexy?