- Pues… tenía planeado algo. – Comenzó algo trémulo. Tragó saliva, debía continuar. – Pero creo que será mejor hacerlo en otro momento. Este no es el lugar ni el día indicado. – La miró y trató de sonreírle, pero sabía que no podría, estaba bastante desanimado como para intentar dar una hipócrita sonrisa.
____ suspiró rendida. No lo obligaría a decirle, tendría que esperar paciente. Los siguientes fueron unos minutos incómodos, para ambos. Ella solo trataba de posar la vista en algo que las distrajera pero ni siquiera habían moscas volando por allí. Esto era mierda y más mierda.
- Emm… Louis llamó y dijo que fuéramos a su cumpleaños, nos envió las invitaciones. – Comentó para bajar la tensión que se había formado. – Voy arriba. – Se levantó y se fue, había algo de decepción en ella, se le notaba, la manera en que hablaba, su forma de caminar, él la conocía perfectamente. Suspiró, estaba perdiendo el tiempo…
22 de diciembre.
Había pasado una semana sin nada nuevo que contar. La relación entre Zayn y ____ no avanzaba, estaban estancados. Pues desde su última conversación las cosas habían quedado en un punto muerto, frío… Louis llamaba todos los días en cada momento que tenía, algo debía ocurrirle, ella lo había notado. Se escuchaba nostálgico, solo. Y seguro que lo estaba, pues Lottie no era tan apegada a él, no tanto como antes y Fizzy con las gemelas preferían mantenerse alejadas, pues veían a Louis como un adulto, un adulto al cuál no debían molestar.
- Quiero que sea mi cumpleaños, quiero verte y abrazarte hasta dejarte sin aire y sin pulmones. – Dijo con una pequeña sonrisa. – Te extraño, mi bebé.
- Yo también te extraño. – Hizo un puchero y suspiró mirando el jardín. – Tengo miedo, Louis. – Continuó luego de un pequeño silencio. Sin esperar reacción de su hermano, prosiguió. – Tengo miedo de lo que pueda ocurrir con Zayn y yo… esto es tan confuso. – Concluyó.
- ¿Confuso desde que punto de vista?
- Pues… no estoy segura sobre lo que siento, lo amo, o por lo menos eso creo… pero hay como una especie de barrera entre nosotros que no me deja entrar más allá, el problema es que ni siquiera sé quién la ha levantado, si ha sido él o he sido yo.
- Me gustaría ayudarte, pero esto es algo que solo ustedes deben entrometerse.
- Claro. – Musitó un poco decepcionada. – Hablamos mañana.
- Obvio, amor. Adiós, Cally. – Colgó el teléfono al mismo tiempo que ella fruncía el ceño. ¿La había llamado Cally? ¿Por qué Cally?
Dejó el móvil en la cama y se acostó, mirando el techo. Debía pensar. Como lo había hecho todas las mañanas, todas las tardes y todas las noches desde hace ya una semana. Aquellos días habían transcurrido rápidos, aun cuando la comunicación entre Zayn y ella cada vez era más escasa. Era como si la pasión, como si la chispa se estuviese extinguiendo. Eso era lo que ella menos quería. Pero estaba esa pared entre ellos que impedía que se acercaran, impedía que pudiese ir donde él y tomarlo en su boca para no soltarlo más.
Bufó y se levantó, lo intentaría. Iría donde él e intentaría revivir de alguna manera su relación, o lo que sea que ellos tengan. Abrió la puerta y bajó rápido las escaleras para encontrarse a Zayn hablando por su móvil en la cocina. Decidió no hacer ruido para escuchar la conversación, no era una metiche, solo era curiosa. Lástima para ____ que poco fue lo que alcanzó a oír.
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Tomó el vaso de whisky en un dos por tres, para luego servirse otro y otro. Debía llevar por lo menos siete pero extrañamente el recuerdo que deseaba borrar no se iba. Y pues llevaba ya demasiado tiempo tratando de luchar contra ello, pero es imposible. Ella tenía su corazón y al parecer nunca se lo devolvería. Quizás debería acostumbrarse a vivir sin esa parte de su ser, de su cuerpo. No es tan necesario en algunos casos.
Tosió ronco, dejó la copa y se levantó. El alcohol le hacía efecto, no tanto como le gustaría. Salió de la biblioteca con una botella de ginebra en mano y su móvil en el otro, sus pies estaban algo débiles haciendo que caminase retorcido. Pero finalmente pudo llegar al patio, se sentó bajo un roble, un gran roble y bebió un poco.
- Cally… - Murmuró cuando escuchó la voz de la chica desde el otro lado. Hace ya varias semanas que había conseguido su número, pero nunca se había atrevido a llamarla. Sentía vergüenza y un sinfín de otras emociones.
- Sí, soy yo. ¿Con quién hablo? – Su voz no había cambiado nada, ni su tono ni le melodiosa armonía que se formaba cuando hilaba palabras.
- Soy Boo Bear. – Rió y bebió un poco más. – Te extraño, amor. – Pero ella no le contestó, no había colgado pues aun podía escuchar algo de ruido ambiental, seguro que estaba en alguna calle o algo así. – Te amo, te amo, te amo… - Repitió varias veces antes de cerrar los ojos y caer dormido con una gran sonrisa en el rostro.
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- ¿Qué tal si salimos? – Por fin alguien había hablado. Bueno… no alguien, era Zayn. Pero por lo menos había servido para romper el silencio, el frío e incomodo silencio. – He escuchado que hay una feria navideña, quizás sea divertido. – Sonrió y eso fue suficiente como para que ____ se derritiera por completo. - ¿Qué dices?
- Claro, será divertido. – Se colocó una chaqueta y un gorro para combinar, en cambio Zayn simplemente se miró al espejo para arreglar su cabello.
Subieron al auto el cuál partió a la ciudad, el camino no era particularmente largo. Así que en unos minutos llegaron. La feria era muy encantadora, era tan… era indescriptible. Habían niños jugando, adolescentes paseando de la mano y señores ya de edad riendo de algún tema trivial. Era como esas ferias de películas, o ferias de los cuentos. ____ no había imaginado que esa clase de cosas realmente existían. Sonrió a más no poder y bajó sin esperar a Zayn, estaba ansiosa por subir a la rueda de la fortuna, la montaña rusa, los carritos chocones… Se sentía tan extraña, pero era una sensación buena, de felicidad.
- Vamos a la montaña rusa. – Sugirió, mejor dicho, ordenó ansiosa y sonriente. – Hace mucho que no subo a una. – Tomó su mano y partió rápido a la boletería para que su acompañante comprara los boletos.
Tuvieron que esperar unos segundos en una gran fila hasta que por fin fue su turno. Subieron al cuarto vagón de atrás hacia delante. El fierro bajó asegurándolos y uno de los trabajadores chequeó que todo estuviera bien para evitar cualquier inconveniente o problema. Poco a poco comenzó a moverse y a inclinarse, la adrenalina corría por sus venas. La expectación… Llegó hasta el final de la curva, comenzó a detenerse para luego de un segundo a otro caer precipitadamente, luego siguió de largo y dio una vuelta completa para finalizar con otra cima. ____ giró su rostro y miró a Zayn, él había hecho lo mismo. Se sonrieron y antes de que cayeran nuevamente se besaron. Era un beso tan extraordinario, la adrenalina le daba un toque mucho más emocionante, una sensación de mariposas en el estomago y hormigas en la piel.
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Mi pequeño problema.
Hayran Kurgu¿Puedes tropezar dos veces con la misma piedra? ¿Aun cuando esta piedra sea jodidamente sexy?