Capitulo tres

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Pov. Isabella

- ¡Isabella! – escucho mi nombre lo que me hace levantarme de mi asiento y dirigirme a la caja para recoger mi café, lo tomo y veo el vaso "Isabela" decía con letra muy bonita pero mal escrito, lo cual me irrito un poco ¿Por qué nadie podía escribirlo bien?

- ¿Sería tan amable de prestarme su marcador? – la mujer me vio con curiosidad y me paso el dichoso marcador, tache mi nombre y abajo escribí "Isabella" con una carita feliz, le pase su marcador y le sonreí – así está mejor

Sali del establecimiento y cruzo la calle para irme al parque que estaba enfrente, tenia que pensar seriamente que iba a hacer, ya tenia 10 llamada perdidas de Logan y unos 30 Mensajes que decían lo mismo "Isa" "por favor no es lo que crees" "déjame explicarte" "Isabella contéstame" y el ultimo que fue mi favorito "Es por esto que me la cogí, ya me tenías arto, siempre eras tan malditamente puritana, jodete" seguido por otro mensaje "mierda, perdóname, me altere" ¿Qué me joda? Imbécil, ¿no podía simplemente respetar mi idea de llegar virgen al matrimonio? Que se joda el, pero tiene razón en una cosa, todo esto si es mi culpa, pero, no porque no quise tener sexo con él, no, es porque le soporte mucho, tenia que imponer mi limite, pero no lo hice, ahora me toca soportar este dolor de haber perdido a alguien tan importante, porque, aunque me fue infiel yo lo ame como a nadie, llevamos juntos cinco largos años. Mire el cielo dándome cuenta que estaba nublado, valla el cielo quiere llorar como lo estoy haciendo yo en estos momentos, le di un gran sorbo a mi café sintiendo como me quemaba la garganta y mire hacia el frente dándome cuenta que había un hombre que me miraba con el ceño fruncido, sus ojos detonaban furia, lo que me hizo inquietarme, no tengo idea de porqué pero no quería verlo molesto, vi como se acercaba lentamente y rayos es tan malditamente guapo ¿Desde cuando hay un rubio de ojos verdes en este país? Ya estaba frente a mí, me había perdido en mis pensamientos, tomo mi mentón y levanto mi rostro, lentamente tomo un mechón de cabello y lo puso atrás de mi oreja.

-No sé cuál es la razón, pero, se que cualquiera que sea no merece tus lágrimas.

Fue ahí cuando reaccione, le di un manotazo para que soltara mi rostro y con la cara mas seria que pude poner – Tu no me conoces, no sabes porque lloro, no vengas aquí a querer hacerte el galán, ahora vete, no tengo ganas de aguantar a hombres como tu – y sonrió, espera ¿Qué? ¿sonrió? ¿Qué no sabe que lo acabo de mandar a la mierda?

- ¿Hombres como yo? Tu bien acabas de decir que no nos conocemos, exactamente ¿Qué tipo de hombre soy? – tomo asiento a mi lado – no importa que tipo de hombre creas que soy, solo confórmate con saber que nunca me ha gustado ver a una mujer llorar – apretó los puños – te propongo algo, aprovecha que no me conoces, desahógate, llora, grita, pero después de levantarte de esta banca, levantaras la mirada y sonreirás sin importar que.

Mi asombro no podía ser mas grande, ¿Enserio este hombre me esta tendiendo una mano sin siquiera conocerme? Es demasiado tentador, pero, algo que aprendí en clases es que nada en este mundo es gratis...

- ¿Qué quieres a cambio?

- ¿Por qué piensas que quiero algo? – me miro de una forma que me sentí tan frágil y expuesta así que miré hacia un árbol, ¡es un árbol de manzanas! ¡hay un árbol de manzanas aquí! Antes de irme tomare una... ¿Por qué me mira como si estuviera esperando algo? Espera... si esta esperando algo, bravo Isabella

- Nada en este mundo es gratis, sin importar quien seas, o lo que hagas todo tendrá un costo por mínimo que sea.

- Bueno si lo pones de esa manera... Quiero tu número, y la oportunidad de conocernos, tal vez pueda ser divertido, ¿Qué dices?

- ¿Qué digo? Digo que no te conviene conocerme... por lo menos no en estos momentos – bajo la mirada y comienzo a mover mis dedos para retener las ansias las lagrimas

- Siempre es bueno conocer a personas nuevas, nunca sabes quien te pueda dar la mano en el futuro

- O quien te pueda dar la espalda...

- ¿Te puedo dar un consejo? – asentí, dándole a entender que prosiga – Si la vida te da la espalda... - se detuvo y me interesó en verdad así que puse mucha atención – agárrale las nalgas – okay no lo pude evitar y solté una carcajada – te ves mejor cuando ríes que cuando lloras

- Tal vez tengas razón, pero por el momento mi llanto es justificado – le sonreí tristemente – no todos los días te topas a tu novio siéndote infiel en tu sillón favorito... - empiezo a llorar mas fuerte y siento como me abraza

- Tranquila ese imbécil no se merece tu llanto

- ¿" Ese imbécil"? ¡Claro que no! ¡No lloro por el! – no claro que no, esto esta mal... todo eso esta regresando, debo atenderme rápido

- ¿Entonces?

Lo miro con mucha tristeza y con mis labios temblando - ¡Es que era mi sillón favorito! – solo vi cómo empezó a reír sin parar y yo con él, miré mi reloj y vi la hora, ya era tarde y tenía que irme, tal vez logre agendar una cita para mañana, me levante tome mis cosas y estire mi mano.

-Tengo que irme

-Espera, me debes algo – cierto, pensé que no se acordaría, me paso su teléfono, escribí mi numero y se lo pase, el me marco, saque mi teléfono y ya tenía su número en el registro.

- ¿Cuál es tu nombre para agregarte?

- ¿No te lo he dicho? Que pena me aguantaste tanto y ni siquiera sabias mí nombre... me llamo Isabella

- No mal interpretes yo no aguante nada, solo te ayude, bueno nos vemos – se acercó y me dio un beso en mi mejilla para después dar media vuelta y empezar a caminar

- ¡Espera! Quisiera saber el nombre de la persona que me tendió una mano hoy

Giro y me dio una gran sonrisa

-Meliodas, mi nombre es Meliodas, nos vemos Bella

- Nos vemos... - una lagrima solitaria resbalo por mi ojo izquierdo mientras sonreía.






Meliodas... espero que no te arrepientas...

No descansareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora