Debajo de la tierra,
vivía un semi-dios,
de hombre era su cuerpo,
de topo su tez.Raptó a una doncella,
que a su túnel llevó.
Aunque no era una diosa,
de ella se enamoró.El Dios Ilineo,
a su hijo ordenó,
que mate al minotopo,
y rescate a la mortal.La dulce doncella,
desapareció
llevando en sus brazos
el gran corazón.¡Tal vez! Aquí abajo,
lo escuches latir,
y así su presencia
hoy puedas sentir.
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Crónicas de unas vacaciones nefastas.
No FicciónMi cama, el aire a 26° y un vaso de soda grande.