Chimuelo

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Chimuelo POV

Me levanté al alba como siempre y desperté a mi jinete para que comenzara su primer día como jefe. Yo como el alta debía hacer lo mismo: ayudar y proteger a los míos. Bocón le explicó factores principales que debía saber mientras yo los acompañaba. Por la tarde fuimos a dar un paseo en el bosque para despejarnos de nuestras labores.

Por un momento se me hizo ver oído algo, pensaba que había sido una ilusión, pero eso fue erróneo cuando Hipo y yo vimos una explosión en el cielo. Había un olor raro, era más que evidente que alguien estuvo aqui, alguien que no conocemos.

-¿Qué ocurre amigo?- Preguntó mi mejor amigo sobre mi lomo con curiosidad.

Yo solamente me quedé olfateando el rastro y comencé a buscar en que lugares había estado el invitado, obviamente era un dragón, además, no podía considerarlo un enemigo ni un amigo sin conocerlo.

Pasaban los minutos y alcé vuelo tratando de buscar ese olor que me había estudiado tan ansiosamente, mi jinete no comprendía que hacía pero si estaba seguro de algo, algo me inquietaba. El rastro regresó en medio del océano, continué volando hasta encontrar una isla peculiar, aterricé y me metí en unos matorrales, continué solo seguido por Hipo y lo perdí de vista dejandome llevar por mi curiosidad. Obviamente Astrid no se quedó atrás asique nos siguió sin que nos enteráramos al principio.

Neon POV

Regresé a mi isla y aparté todo lo sucedido de inmediato, no le diré lo que vi a mi familia aunque tal vez ya sepan de esto, prácticamente ellos si abandonaban el nido para vivir sus propias aventuras mientras yo me encerraba aquí. Ni siquiera había pensado en cenar, tenía un ciclón de preguntas y dudas en mi cabeza, ya no sabía que creer, estaba desconcertada.

Decidí quedarme en la orilla de la isla a observar el atardecer, ya había pasado un día y aprendí mucho del mundo que desconocía. Luciérnagas aparecían a mi alrededor mientras yo pensaba si cenar o no, o si debería dormirme ahora o esperar un poco. Me quedé observando las criaturas por un momento y atrapé una en mi nariz, la dejé sobre una flor para que no se lastimara pero ví que varias se fueron, ¿Qué las habrá asustado? Volteé mi vista hacia atrás y vi a un furia nocturna curioso con la vista perdida.

-Oye... ¿Estás bien?- Pregunté algo preocupada y a la vez impresionada de verlo, ¿No eran un mito? Decían que habían desparecido hace mucho y mis amigos me decían que me parecía bastante, ¿No eran bromas? Me acerqué a él y comencé a caminar observándolo mientras él hacia lo mismo. Tenía mucho miedo, no quería pelear en este momento, pero algo en él me intriga.

-H-hola...- Dijo tartamudeando con timidez. Yo sonreí ante este gesto, la verdad se veía adorable haciéndolo -M-me llamo C-chimuelo- Bajó las apéndices de su cabeza que servían de "orejas" y yo reí ante su ternura.

-Un gusto- Contesté sonriéndole levemente, en verdad nos parecíamos, la posibilidad de que hayan más como yo eran bastante altas. No podía quitarle los ojos de encima, ni siquiera estaba actuando tímida, era algo impresionante. Iba a decirle mi nombre cuando oí voces que me interrumpieron y asustaron.

-No es el último- Oí una voz sin fijarme quién era, hasta que oí un "Es una furia luminosa" con voz femenina y volteé rápidamente hacia el costado viendo a dos humanos espiándonos desde los arbustos.

Sentí un fuerte apretón en mi pecho y comencé a retroceder unos centímetros con mi respiración agitada para luego voltear y salir corriendo de ahí a la orilla, volé y desaparecí en el cielo nocturno.

No quiero morir, ¡No quiero morir!

Más allá de la extinciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora