·Nella·
Preparo café para Niall y para mi. Me siento a su lado y le entrego su taza. Son las nueve de la mañana y los chicos se han ido a no sé dónde a comprar unos skates. Niall remueve su café con ansia. Le miro y sonrío. Yo debería estar nerviosa, no él. Que yo sepa, la terapia es para mí.
-Oye, si no quieres no vengas Niall.
-Claro que quiero. Eres mi hermana pequeña y haré todo lo posible por estar a tu lado.-Dice. Calla y sorbe de su café.-Además quiero verte bailar Ballet de nuevo.
Mis ojos se abren por completo, y mi boca se entreabre. B-ballet. Me sigue dándo pánico hasta escuchar esa palabra. Mi cuerpo se tensa recordándo lo que pasó.
Flashback.
Aquí estoy, con solo dieciséis años. Aún no me lo creo. He recorrido demasiados quilómetros como para fallar a mi patria, Irlanda. Me coloco mis punteras y ando hacia el ''escenario'' con una hermosa sonrisa en mi cara. El público está enloquecido. En concreto Greg y Niall. Greg está eufórico en su asiento, más Niall, está gritandome ''VAMOS PRINCESA''. Me pongo de puntas y las luces se apagan. Entonces es cuando mi corazón empieza a palpitar contra mi caja torácica. Mis venas están a punto de estallar a causa de toda la adrenalina. La música se escucha a través de los altavoces. Mi cuerpo se desliza al son de la música. Al primer giro el público enloquece, al igual que al segundo. El tercero decido no hacerlo, quiero innovar. Salto en el aire y hago un triple salto mortal hacia atrás. Solo queda aterrizar, sé que puedo. Lo puedo hacer. Siento mis pies tocar suelo. Una de mis rodillas se tuerce y mi Fémur se rompe. Sale sangre, duele. Duele demasiado.
Fin flashback.
Cuando salgo de shock niego con la cabeza y me levanto.
-¿Como cojones esperas que baile ballet, si aún sigo teniendo pesadillas Niall? Estas loco.
-Lo vas a hacer.
-Vas con fé, Niall. ¿No comprendes? Mírame, ¿me crees capacitada?
-¡Nerella!-Pausa, nunca me había llamado así. Su forma de mirarme expresa seriedad.-Nella, debes hacerlo. Tienes que demostrar lo que sientes por el ballet.
-Pánico, eso es lo que siento y lo sabes, Niall. Coño, ¡lo sabes!
-No, no lo entiendes. Marga es tu psicóloga. Ella está haciendo lo que puede para hacerte sonreír a la vida. Pero tú no haces más que, perdona que te lo diga, llorarle a la vida. Hay que avanzar sin dejar de sonreír.
Le miro furiosa y frustrada al mismo tiempo.-¿Sí?-Asiente sorbiendo.-Pues te voy a demostrar que no le lloro a la vida.
Cojo la taza y camíno hasta mi habitación. Estoy temblando. En mis 21 años, nunca, nunca habíamos peleado. Me siento en la cama y sorbo de la taza. Pero a causa de mi temblor se mueve mucho. La dejo en la mesa de noche y me levanto pensando donde están mis punteras. Sí, es hora de que lo afronte. Rebusco en una caja de las mudanzas grande y encuentro una caja negra pequeña en lo más hondo. Supongo que los dejaría ahí cuando me deprimí por todo. Abro la caja con cierto añoro. Cojo las punteras y las observo detalladamente. Tienen alguna que otra pequeña gota de sangre, se ven aún que las punteras sean negras. Suena algo bobo, pero en el fondo de la caja negra encuentro mis calzas negras y mi tutú negro. Cojo una mochila y los meto dentro. Me visto. Són las diez y media, en diez minutos pasa marga por nosotros. Me abrocho mis jeans y me coloco mis vans verdes. Me deslizo a través de mi sudadera de los Celtics y miro mi pelo. Mis rizos caen por la gorra de la sudadera. No es tan horror pero decido recojérmelo. Me hago un topo perfecto y aplíco cierto maquilláje en mi cara. Cojo una camiseta de mangas largas negra y la meto en la mochila junto a una chaqueta morada. Salgo de mi habitación con la mochila colgada en mis hombros y sorbiendo las últimas gotas de café. Dejo la taza en el fregadero de la cocina y miro a Niall, ya perféctamente vestido. Lleva sus botas de cuero de camuflaje, sus jeans y su sudadera del Celtic. Sincronización irlandesa. Sonrío y él también lo hace. Llaman al timbre y bajámos a toda prisa. Abajo está Margaret con una radiante sonrisa.
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Lo que te conté mientras dormías. | Sam Clafin. [PAUSADA.]
RomansÉl, extraovertído. Ella, antisocial. Él, exasperante. Ella, impaciente. Él, el típico idiota que simepre lleva una sonrisa en su boca. Ella, la típica sábia, que prefiere callar antes de llorar en público.