capitulo 3

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Las Fieras Domadas Cap.3

Instante más tarde Héctor y Ángel estaban jugando a las cartas, mientras que Esteban y María preparaban el almuerzo. Él miraba a María de una forma rara, la había visto hacerse cargo de la situación, le daba ánimos al niño con dulzura y cariño. Entonces se acordó de Daniela, ella jamás tuvo un gesto para su hijo, ni siquiera le dio el pecho ni cuando el pequeño estaba malo le dedicó unos segundos. Y el había sido igual que ella, no había sido capaz de querer y proteger a ese trozo de su sangre.
M-¿Qué pensativo?
E-pensaba en Ángel (mirando a los niños),
M-es un niño estupendo y será un buen hombre cuando crezca
H-mami, tengo hambre
M-venga, (sacando unas salchichas y los palitos para asarla), al gusto de los señores.
E-claro, la tenemos que quemar nosotros. ¿Porque no las asas tu?
M-a no, cada uno coge la salchicha y el asa como quiera.

Después de comer los cuatro se metieron en la tienda de María ya que empezó a llover y a tronar, Ángel se puso en el regazo de María, cosa que molestó a Héctor
H-Ángel, vete con tu padre, (celoso) mi mama es mía. Ella te curó, pero yo quiero estar con ella
M-(sin soltar a Ángel, lo sentó en una de sus piernas y le hizo un gesto a Héctor para que él se sentara en la otra) ven cariño, (le besó la cabecita), Ángel es un poquito más pequeño que tu y se asusta con los truenos
H-si, pero él tiene ahí cerca a su papa, ¿Por qué se sienta contigo?
M-Héctor, (haciendo que la mirara), mama puede con los dos, no voy a dejar de quererte porque Ángel se quiera sentarse o abrazarme. Tengo suficiente amor y protección que darte tanto a ti como a él. Ángel tu amiguito y el mío y puede que le dé un poco de vergüenza de decir que tiene miedo para irse con su padre. Pitufito, no tengas celos, son malos consejeros y te hacen ver cosas que no son verdad. Ángel puede contar conmigo para hablar de niño a mama, al igual que tu puedes confiar en Esteban, y hablar con el de hombre a hombre.
Esteban miró con una extraña sensación la escena de los celos entre los niños, y como ambos se acurrucaban mejor entre los pechos de María, ella le hizo un gesto y él obedeció se sentó al lado de ella, pero por la parte donde estaba Héctor. Extendió un brazo sobre los hombros de ella y parecía como si él los estuviera protegiendo a los tres y esa sensación le gustó por primera vez
E-cuenta conmigo para lo que sea Héctor y esto también va por Ángel y por María.

La lluvia acabó al cabo de dos horas y los cuatro se quedaron dormidos, mientras esperaban a que descampara. La tarde y la noche el cielo estaba despejado y ellos jugaron al futbol
Por la noche después de cenar y de jugar a las cartas, María entró en la tienda y saco un pequeño bolsito
M-bueno caballeros, me voy a ausentar por unos minutos
AN-¿A dónde vas María, ya es de noche?
M-me voy a asear, y como soy la única mujer voy a tomarme mi tiempo
H-podemos dormirnos y ella seguirá poniéndose guapa
AN-mas guapa aun
M-gracias amores.(le guiñó un ojo a su hijo), hazle caso a gruñón (refiriéndose a Esteban)
Esteban vio como caminaba por el pequeño sendero que daba a la laguna, y se la imaginó quinándose la blusa que tenia puesta
María estaba peinándose el largo pelo cuando oyó unos ruidos, allí de pie detrás de la roca Esteban la observaba, ella tenia un pantalón y camisa de pijama de la pantera rosa,
M-¿Dónde están los niños?
E-en el campamento, se estaban poniendo los pijamas
M-es mejor ir con ellos, no me gusta dejarlos solos
E-(al pasar junto a él la agarró del brazo), gracias María, gracias por ayudarme a recuperar a mi hijo y que Héctor no tenga celos de Angel
M-no tiene importancia
E-(la aceró a él mas), sí que la tiene María, (sus labios casi se rozaban) la tiene y mucha
M-(algo nerviosa), es mejor irnos
Al llegar los niños estaban dormidos dentro de la tienda, Esteban busco su saco y el de Ángel y ellos se quedaron a dormir a la intemperie, pero como la noche era calurosa no les importó mucho. Antes de dormir, estuvieron hablando, pero el tema principal era el de sus hijos. Pero de madrugada empezó a llover y se metieron en la tienda con los niños.
Como no había parado de llover en toda la noche, los adultos casi no habían dormido.
E-es mejor irnos a casa. No quiere dejar de llover
M-si, voy a llamar a un taxi para que llegue hasta aquí.
E-vinimos en mi todoterreno, allí puedes poner las bicicletas y sus cosas
M-(empezó a despertar a los niños), amorcitos, niños, vayan abriendo los ojos
H-es de noche todavía mami, un poco más (se acurrucó mejor)
M-venga, arriba, Ángel, Héctor, ha estado lloviendo durante toda la noche y aun sigue. Tenemos que irnos
H-¿en bici? (sentándose de golpe)
M-no, vamos en el coche de Esteban, cuando lleguemos a casa mama, hará un buen chocolate caliente, y pueden seguir durmiendo si quieren. Doblen los sacos y no se quiten los pijamas. Esteban fue a buscar el coche para ponerlo lo más cerca posible y no mojarnos mucho.

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