Taeyong se sentía un poco ansioso al estar en aquel lugar todas esas velas, cuarzos y flores le daban un toque misterioso, debía admitir que sentía cierta curiosidad y todo eso se debía a su amigo Yuta.
El japonés había afirmado que después de asistir a una lectura de cartas, lo que la adivina le contó se había hecho realidad. Escéptico a sus comentarios Taeyong decidió comprobarlo por su propia cuenta.
—¿Hay algo en especial que quieras tener?
La pregunta sacó a Taeyong de sus pensamientos, vió a la mujer enfrente de él a los ojos y sintió un escalofrío recorrer su espalda.
El castaño negó sin poder decir nada más.
—Bien supongo que eventualmente todo llegará en su momento, sé qué dudas de esto pero veo cosas buenas en tu destino Lee Taeyong
El joven se sorprendió ya que no había dicho su nombre a la mujer, la pelinegra sonrió mostrando sus blancos dientes y empezó a leer sus cartas.
Después de unos minutos la mujer habló.
—Veo un encuentro inesperado que pasará más antes de lo previsto, cuando veas a esa persona se te vendrá una palabra a la mente.
—¿Que clase de palabra?
—No puedo decirte cual pero créeme que sabras cual es —la pelinegra le sonrió mientras guardaba las cartas
Taeyong se sintió un poco confundido pero al ver la sonrisa de la mujer se sintió un poco más relajado.
Le agradeció por lo que había hecho y cuando estaba por pagar la mujer negó con su cabeza.
—Hago esto para ayudar a la gente no me debes nada
Taeyong se quedó callado sin saber que hacer, realizó una reverencia y salió del lugar.
Tomó el camino largo a casa ya que tenía ganas de caminar un poco más y aparte el clima estaba bastante agradable.
Iba sumergido en sus propios pensamientos que no se dio cuenta que un perro labrador se arrojó sobre él haciéndolo caer, Taeyong abrió los ojos al sentir la lengua del can sobre su rostro, el castaño solo sonrió mientras acariciaba el pelaje del perro.
—Lo siento muchísimo Jeffrey no suele ser así, no se que le ha pasado
Un hombre de cabello castaño más oscuro que el suyo y de piel blanca se acercó corriendo hacia él, Taeyong debía admitir que era bastante apuesto.
El desconocido le tendió su mano y le ayudo a pararse, cuando Taeyong estuvo de pie le sonrió, acción que el desconocido imito mostrando unos adorables hoyuelos.
—Adorable —Taeyong cubrió su boca con las manos al darse cuenta de lo que había dicho
—¿Adorable? —repitió el más alto
El de cabellos más claros se sonrojo al escucharlo
—No, bueno es decir yo...
El dueño del perro rió al ver la reacción del más bajo, realmente era adorable.
—Soy Jaehyun —dijo presentándose
—Mucho gustó soy Taeyong
Ambos se quedaron mirando hasta que un ladrido captó su atención.
—Bueno creo que debo irme a casa —Taeyong se despidió pero fue detenido antes de dar un paso
—Sabes creo que podríamos invitarte un helado
—¿Podriamos?
—Si, Jeffrey y yo ya que soy su dueño y debería tener más cuidado con el y aparte quiero asegurarme de que no te hayas hecho daño al caer.
Taeyong se mostró convencido ante sus palabras y ambos caminaron hacia el puesto de helados más cercano. Había mucho que contar sobre ellos.
Adorable, fue la palabra que nunca abandonó la mente de Taeyong mientras veía a Jaehyun.
Realmente debía pasar un día de estos a agradecerle a esa adivina.
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You're my everything [JaeYong]
NouvellesPara Taeyong no existe nadie que lo pueda hacer más feliz que Jaehyun. Para Jaehyun no hay alguien más que Taeyong, solo tiene ojos para él y nadie más. [Serie de relatos y drabbles sobre el JaeYong]