-Camille, ¿Es enserio? – Pregunte angustiada
- Claro que es enserio _______, ¡ven vamos! – Dijo mientras me tomaba por una de mis manos y me jalaba para llevarme con ella
- ¡Camille, no! Es que ¡Estás loca! – le grité intentando hacer fuerza para que no me llevara con ella
- No estoy loca, solo me quiero divertir un rato, vamos ¿Di que sí? – me puso esa sonrisa que siempre utiliza contra mí para conseguir lo que quiere
- No Camille esta vez no te voy… - me empezó hacer pucheritos ¡Demonios! – Maldita sea, está bien te acompañare pero ni sueñes que yo entrare en eso
- ¡Si, eres la mejor de todas! – chilló mientras me daba un rápido abrazo, y volvía a tirar de mi para entrar en el famoso set de televisión.
Camille era mi amiga más cercana, nos habíamos conocido en la universidad porque ambas estudiamos literatura. Si yo era una ratona de biblioteca amaba leer, escribir, analizar textos antiguos, etc. Pero lo más raro de todo era encontrarme a alguien como Camille – loca, le gusta salir de fiesta, siempre anda a la moda y es de esas personas que siempre inventa alguna locura que hacer para no aburrirse – estudiando algo tan apartado de ella, pero a pesar de todo se defendía en la carrera y además disfrutaba su vida a morir. Todo lo contrario a mí, vivía sola en Londres, porque me había ganado una beca para estudiar aquí, y no tenía otra opción que venirme sola y dejar a mis padres y a mi hermano menor – por tan solo dos años – en Los Ángeles. Bueno y digamos que Camille es alta y rubia, en cambio yo soy de estatura media y mi pelo es color castaño claro, ella tenía unos grandes ojos azules que envidiar en cambio los míos se confundían con mi pelo, para simplificar todo, Camille era la amiga de envidiar y yo la cosa que camina a su lado, gracias a dios no era de esas rubias huecas, si no que todo lo contrario, era comprensiva, le gustaba ayudar, no se creía superior, en fin era un rubia hermosa tanto por dentro como por fuera.
Y hoy como todos los sábados nos encontrábamos haciendo unas de sus tantas locuras, y ¿Qué había tocado el día de hoy? Entrar en un concurso para tener una cita con un chico famoso, ven que tengo razón cuando digo que mi amiga es una loca de patio. Durante toda la semana había estado con la idea de ir y entrar en el concurso “The Choice”, luego que lo había visto durante una noche, y henos aquí, haciendo la fila para que ella entre a su bendito concurso, mientras yo espero como una tonta a su lado.
-¿Quiénes serán los famosos? – preguntaba mientras miraba la larga fila de chicas que había tras nosotras, no sé cómo Camille se había logrado colar de las primeras.- No tengo idea y no me interesa – le conteste rápidamente
- ¿Puedes dejar ese libro? ¡Por favor! – me suplicó ella
- No veo en que te molesta, tenemos examen el miércoles y sabes muy bien que no puedo bajar ninguna calificación, o si no adiós beca, y adiós Londres – le sonreí medio sarcástica
- Siempre tan dramática – me sacó la lengua, si sus típicos arranques infantiles
- Así me conociste y así moriré – dije imitando justo la frase que estaba leyendo de la obra, lo que nos hizo reír a ambas.
El tiempo pasaba y pasaba, y yo cada momento me aburría más. Había avanzado casi la mitad de mi libro, y recién le había tocado a Camille entrar a “postularse” era casi cien por ciento seguro que iba a quedar le daba mil y un patadas a todas las tipas que estaban en la fila, no era por mirarlas en menos, pero se notaba que no tenían mucho en la cabeza, las llevaba escuchando por bastante rato y los temas que más habían tocado, sexo, ropa y el lápiz labial que usaban, definitivamente una aberración a la humanidad que existan mujeres así.