-¿Qué te pondrás? - me preguntaba por tercera vez Camille, que se encontraba acostada en mi cama viendo la mini televisión que tenía.
- Iré como siempre me visto Camille - le gruñí, mientras seguía pasando la escoba por el suelo para sacar el polvo - Nunca me he arreglado, y menos lo voy hacer para Zayn.
- Pero ________, es un cita - dijo esta vez mirándome con sus ojitos de gato
- No Camille, es parte del contrato que firme... perdón ¡Que tú firmaste! - la acuse con mi mirada
- Algún día me lo agradecerás pequeña gruñona - me sacó la lengua, mientras se levantaba de la cama e iba hacia dónde estaba yo - Tengo que irme, que te vaya bien hoy
- Está bien, cuídate y mándame un mensaje cuando llegues - le pedí antes de que cerrara la puerta
- Como siempre amiga - me guiño un ojo y salió de mi habitación dejándome completamente sola.
A pesar de que la pieza era pequeña - muy pequeña - y estaba atiborrada de cosas, cada vez que alguien estaba aquí y luego se iba sentía esa soledad que finalmente salía invadiendo mi corazón. Odiaba esa sensación de sentirme sola, de no tener a mis familia a mi lado, de no tener a mi padre para que me cele o los abrazos de mi madre para consolarme, o las risas de mi hermano mientras me molesta. Una pequeña lágrima corrió por mi mejilla pero la cual limpie rápidamente y con algo de brusquedad. "_______ Outlaw tu no lloras" me dije a mi misma, y automáticamente mis lágrimas se secaron dentro de mis ojos sin llegar a su cometido. Seguí limpiando alrededor de treinta minutos más hasta que me di cuenta de la hora que era, deje las cosas de limpieza a un lado y me metí al baño rápidamente para darme una ducha antes de salir a mi "cita". Me di una larga ducha en la cual me dedique a relajarme y a pensar lo que se me vendría los próximos meses, tendría que esforzarme el doble o triple de lo que ya estaba haciendo, para lograr todas mis cosas de buena forma. Pasar mi último año de universidad con todos mis ramos aprobados, no dejar mi trabajo de lado para poder seguir sobreviviendo por mi cuenta y finalmente cumplir con las citas y arreglarle la vida al egocéntrico de Zayn Malik, cosa que dudo que yo pueda hacer. Un pequeño bufido se me escapó al pensar en el tercer punto, todavía no podía creer en lo que Camille me había metido no se que demonios se le estaba pasando por la cabeza, pero como dicen lo hecho, hecho esta y siempre me han enseñado que las cosas hay que cumplirlas y hacerlas bien, y yo lo haría de la mejor forma posible, aunque no le veía ni los pies ni la cabeza a esta situación.
Tome unos jeans de color claro de mi pequeño armario, eran bastante ajustados pero me agradaban como se me veían. Sobre esto me puse una pequeña polera de tirantes pero ni loca saldría a la calle de esta forma, así que tome uno de mis grandes polerones y lo puse sobre esta. El polerón era de tonalidades grisáceas con letras moradas que decían "Viva la vida", si como lo canción de Coldplay, pero era una mera coincidencia. Estaba poniéndome mis converse moradas - para combinar con las letras del polerón - cuando siento que alguien toca mi puerta. Esto me sobresalto un poco ya que nadie venía a estas horas a mi puerta, a menos que sea Frank el portero de la Universidad que me venga avisar algo. Con tranquilidad me pare de mi cama y camine hacia la puerta mientras sacudía un poco mi pelo intentando sacarle un poco de agua para que no estuviera estilando.
-¿Qué pasa Frank? - pregunté cuando abrí la puerta sin mirar a esta, ya que estaba concentrando en el nudo que tenía en mi pelo.
- Em... no soy Frank - habló alguien con una voz ronca, en ese momento miré rápidamente hacia la puerta y mi corazón se congelo. Frente a mí había un chico alto, delgado, con unos hermosos rulos y unos ojos verdes que deslumbraban. ¿El problema? Tenía muchos rasgos parecidos a mi hermano Peeta. Sus ojos eres verdes igual de penetrantes que los de mi pequeño hermano, sus rulos, su sonrisa, su forma de vestir - claro que la de mi hermano no era tan lujosa - y hasta incluso su forma de hablar. Eran casi iguales, claro uno que otro rasgo los hacían distintos, pero cuando levante mi mirada por un segundo pensé que era mi hermano, pero obviamente eso nunca pasaría el estaba lejos, muy lejos, técnicamente en otro continente.