3.Problemas

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Harry sigue hablandome, lleva hablandome los veinte minutos que llevamos de recreo. He dejado de escucharle a partir del "Sabías que...", y me sabe mal, pero tengo la mente demasiado saturada.

—...¿no te parece curioso?

—Esto...si, si, muy...esto, curioso, si.

—A mi también me parece interesante eso de que tienes algo verde entre los dientes.

Asiento.

Espera, ¿que?

Paro en seco.

—¿Que?

El ríe y niega con la cabeza.

—No me estabas escuchado-afirma

Suspiro y niego.

—Alex...si es por lo de el grupo de Justin...no te preocupes.

—¿Te refieres a aquel grupo de la clase anterior?

—Si, a ese mismo.

—Tranquilo Harry, está todo bien.

Pero no lo está, no me gustan la mayoría de cambios, y en parte aquel grupo de chicos si me preocupa un poco.
Además, preocupar a Harry por tonterías no merece la pena.

Cuando suena el timbre nos dirigimos a las taquillas para preparar los libros de química.

La clase está en el tercer piso, y subo sola en ascensor porque Harry me ha dicho que el va mejor por las escaleras.

Y llego tarde otra vez.

Los pasillos están vacíos, las aulas cerradas...

Abro la puerta.

—¿No le han enseñado a picar a la puerta?— dice una señora alta, con gafas cuadradas, falda estrecha, camisa y corbata, y un moño alto.

—Lo siento. Soy Alex.

—La nueva, ya.—me mira por encima de sus lentes— Ese es tu sitio.

Ladeó mi cabeza hacia donde indica.

Oh.

Un chico de ojos verdosos, pelo negro y actitud desaliñada, está al lado de mi asiento. Forma parte del grupito de antes. Es mi compañero.

Suspiro. Van a ser unas clases muy largas.

Antes de sentarme doy un vistazo rápido.

Harry y Sam se sientan el la otra punta.

La profesora, que por cierto, no me ha comentado su nombre aún , empieza a explicar algo sobre el calor y sus ondas.

Tampoco le estoy prestando mucha atención ahora.

—Soy Wesley, Wesley Tucker. Tu puedes llamarme Wes.—y guiña un ojo.

Se está burlando de ti

Le sonrio sarcasticamente.

—Hola.—murmuro y sigo escribiendo.

—Esta mal—murmura al cabo de un tiempo.

—¿Que?

—El ejercicio, está mal.

Sonrio negando.

—Yo lo veo correcto.

El ríe.

—Primero, la respuesta no es 46, sino 67. Segundo, ni siquiera vamos por ese temario.

Tiene razón. No vamos por ese temario.

Vuelve a reír cuando arrancó la hoja de la libreta.

No hace gracia.

—¿Se puede saber de qué te ríes?—digo girandome hacia el.

Me mira sonriente.

—Nada.

Abro la boca para decir algo, pero la cierro al quedarme sin palabras.

Vuelvo a centrarme en la pizarra.

Y después de veinte segundos, contados. Suena el timbre. Por fin.

Guardando los libros me doy cuenta de que me he olvidado los de la otra clase en la taquilla.

Voy a volver a llegar tarde.

Ya que estoy en la taquilla dejo los libros de la clase anterior, y cojo los de la siguiente

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Ya que estoy en la taquilla dejo los libros de la clase anterior, y cojo los de la siguiente.

Cierro, y me dirijo al aula.

Y todo pasa demasiado rápido; de camino, veo a Wesley en su taquilla, el me mira para después mirar detrás y abrir los ojos. Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, estoy en el suelo, con la silla y la mochila encima.

Wesley, aparta la mirada.
Y una risa grave suena detrás mío.

Tres chicos se acercan a el.

—Pobrecita eh, Tucker—dice sarcásticamente—Anda,vámonos a clase ya que no quiero otra sanción—-y le pega una palmadita en la espalda.

Se adelantan a el riendo todavía.

Le miro, esperando ayuda. Y parece que va a ayudarme si no fuera por qué retrocede y se va cuando se escucha un: "¡eh, Tucker!¿Vienes o que?"

Y se va murmurando un pálido "perdóname".

Y entonces me quedo ahí, en medio del pasillo, con los codos y rodillas hechos polvo, y repitiendo una y otra vez la estúpida disculpa del estúpido de Wesley Tucker.

Siento que sea corto.
Loveyougoodbye, lia.🖤

Wheels [w.t]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora