QUERIDA LEDA

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Leda abrió la puerta de la pequeña y vieja casa de una planta, que Odín, Padre de Todos, tan "caritativamente" les había proporcionado para que lo convirtieran en su hogar durante su estadía en Asgard.

Lo primero que vieron sus ojos fue a su consorte, Tindáreo, sentado encima del desgastado sillón de cuero café frente a la chimenea de ladrillos.

—Tindáreo —saludo Leda llamando su atención.

Tindáreo enfoco sus intensos ojos azul zafiro en ella, los cuales parecían brillar por la luz de los leños que ardían en la chimenea.

— ¿y? —Cuestiono Tindáreo — ¿está hecho? —sus ojos al igual que su penetrante voz reflejaron miedo y culpa.

Los finos y rojos labios de la pelinegra formaron una sonrisa, dejo caer su capa negra y revelo al recién nacido que llevaba en sus brazos.

Tindáreo entrecerró los ojos y dejo escapar un suspiro de frustración.

—está hecho, amor mío —respondió tomando asiento a su lado.

Levanto la manta que cubría el rostro del bebe, dejando ver un pequeño rostro sonrosado y regordete, con una nariz respingada y un cabeza llena de cabello rubio.

Deposito un beso en su frente con extrema suavidad y aspiro el dulce olor que desprendía la piel del pequeño.

—Soy madre —se dijo a sí misma en un susurro y sus ojos se llenaron de lágrimas de genuina felicidad.

Después de medio siglo buscando quedar en cinta, tener un niño en sus brazos y darle todo el amor, atención que su madre jamás le dio, lo había conseguido. Tenía un hijo que pese a no tener un sola gota de su sangre lo sentía como propio, era suyo, suyo y de nadie más.

Leda lo protegería con su vida, le daría una familia, un padre, un amor puro e incondicional que solo una madre puede otorgar, cosa que el príncipe Thor jamás hubiera podido ofrecerle, dada la condición en la que fue creada la vida que sostenía tan recelosamente en sus brazos.

—se lo que estás pensando —Tindáreo hizo que perdiera el hilo de sus pensamientos —y no está bien.

— ¿Qué no está bien? —Cuestiono Leda levantando la mirada y frunciendo el ceño —acaso ¿no está bien prometer darle una familia, un hogar, una madre, un padre, una vida tranquila, "normal"?

—jamás podrás darle una vida "normal", recuerda quienes somos, de donde provenimos.

Leda arrugo la nariz bastante molesta.

—Leda, mi razón de vivir, aún estamos a tiempo de devolver a esa criatura a los brazos de su madre, su verdadera madre.

— ¡Yo soy su madre! —lo contradijo observándolo con ojos inyectados de furia que hacían temblar hasta el más valiente guerrero.

—no Leda, tú no eres su madre, su madre es...

— ¡Cállate, cállate, cállate! Recuerda el trato que hicimos con Odín, prometimos cuidar a este niño como nuestro, alejarnos de Asgard y habitar el trozo de tierra que tan "benevolentemente" nos obsequió.

—se lo que prometimos, pero no está bien —negó con la cabeza y tiro su cabello, castaño claro, hacia atrás —no está bien, tu misma afirmaste que Thor amaba a su hijo por nacer, que lo esperaba con ansias, que...

—¿Qué es lo que verdaderamente te preocupa?

—que Thor lo descubra todo y... —agacho la cabeza y nerviosamente comenzó a juguetear con sus dedos —temo enfrentarme a la furia del Dios del trueno —confeso con las mejillas teñidas de rojo por la vergüenza que carcomia cada rincón de su cuerpo —no somos más que forasteros en estas tierras, si nos eliminan lo que queda de nuestro pueblo se ira con nosotros. Prometi a mi padre, el rey, que los protegeria con mi vida.

El Hijo De Loki y Thor《THORKI MPREG》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora