Voces de la noche

El faro.

Esta es una historia la cual escribi ase aproximadamente un año, inspirado por una pequeña frase que leí, busque si había algun tipo de historia con respecto a esa frase pero en realidad no encontre, de hecho dicha frase es según Internet un escrito en el diario de un velador de faro, frase misma que introduge en esta historia, solo esa frase dio vida a esta historia.

Evan habia desembarcado en aquella pequeña isla, estaba a punto de comenzar una nueva vida, con una nueva oportunidad de trabajó en un lugar completamente nuevo y desconocido para el, Evan apenas tenia los 17 años cumplidos su rostro aun se veía inmaduro y sus ojos verded solo le hacían ver mas dependiente, su cabello negro y lacio era agitado por aquella brisa maritima, su cuerpo era delgado y debil, pero la economía de su família le obligaba a tomar estas acciones, aquella pequeña aldea que encontraba en esa isla perdida en medio de el aclantico no era mas que una parada para marineros cansados, un lugar en el que los barcos anclaban un par de noches para que sus hombres recuperaran fuerzas y motivacion, no era rato ver una gran cantidad de bares y prostivulos en comparación a casas normales, tambien eran comunes las tiendas de suminostros y las droguerías para conseguir medicina, seguramente cuando un buen barco anclaba aquellos lugares ganaban una gran cantidad de monedas, Evan comenzó a caminar mientras el aroma a sal del océano se mezclaba con el de cerveza rancia, no habia mucha gente por las callea a esas horas pero el de hecho ya iba temprano a su nuevo trabajó.

-Buenos dias.- Dijo el joven mientras entraba a un bar.
-Buen dia muchacho, ¿que deseas?.
-Saber como llegar a el faro señor.
-¿¡El faro!?.- Exclamo aquel hombre gordo y viejo casi sin cabello y con un aroma a licor en todo su cuerpo. -¿Porque alguien tan joven como tu, desea saber eso?.
-Es mi nuevo empleo señor, cuidar ese faro.

El dueño de el bar sirvió una jarra de cerveza, la espuma de esta escurria mientras se le entrgaba a aquel joven.

-La casa invita, tu no eres de por aqui ¿cierto?.
-No señor.- Evan tomo la jarra y dio un gran trago, habia viajado por varios dias un poco de licor le vendría bien.
-Veras muchacho, no muchos aguantan en ese faro y los que an aguantado ya no estan del todo cuerdos, se cuentan muchas leyendas sobre ese lugar.
-¿Fantasmas?.
-No se exactamente que sea, pero ese faro es un lugar enigmático, si en verdad aun deseas ir te llevare a el camino.
-Siempre he sido algo escéptico señor.- Evan termino su bebida y se levanto mientras aque anciano le seguía. -Y cuenteme ¿que tipo de historias tiene ese lugar?.
-Muchas, sirenas, fantasmas, asesinos sueltos, incluso afirman que el capitán de aquel faro en verdad murio ase mucho tiempo, lanzándose a las rocas.
-¿Usted lo creé?.
-Bueno ase mucho que el capitán no viene a el pueblo, solo una vez cada mes viene Yoel el hombre que se encarga de el mantenimiento de ese lugar, pero es muy reservado y casi no habla.
-Ya veo, suena interesate.
-Si, algo, es por alla.- señaló el anciano a un lejano faro de color rojo opaco y a su alrededor vegetación y arena solo eso. -La marea es alta pero seguro César te lleva a el muelle.

Evan camino mientras observaba aquel lugar, definitivamente se veia aterrador y solitario, era mas que obvio que la gente de el pueblo solia mantener su distancia.
Pronto llegaron a una casa a la orilla de la playa.

-César.- Dijo el anciano mientras tocaba la puerta de madera.

Tras unos segundos apareció un hombre de unos 30 años de edad, alto y en buena forma.

-Ricardo, ¿que te trae por aqui?.
-Este joven desea llegar al faro, crei tu podrías ayudarle.
-Puedo, pero ¿porque deseas ir al faro muchacho?.
-Trabajare ahi señor.- Respondió Evan con animos.
-La juventud es muy valiente o muy estúpida.

Tras un rato de charla entre César y Ricardo finalmente aquel hombre aceptó llevarlo, César era un pescador desde que era niño, el habia vivido y cresido oyendo historias de aquél faro y el era el unico que se acercaba a ese lugar.