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Hola, soy Nostraidiotus, solo para avisar que este es el final del fic 😅 Gracias por llegar hasta acá y esperarme. Sé que tardé mucho en actualizar pero realmente no quería que esta historia terminara TuT me pone muy emocional saber que algo en lo que vengo pensando desde hace casi un año llega a su fin. Y nada, esta nota solo era para agradecerles. Sé que un fic XiuBaek a lo mejor no es muy fácil de digerir porque la ship no es convencional, o algo por el estilo. Así que el que este fic TENGA LECTURAS la verdad me emociona mucho. Gracias de nuevo, espero que les guste este final uwu si se confunden, igual y siempre respondo dudas.

🍃🍂

Ese jueves es más tranquilo. MinSeok y yo nos dirigimos al parque entre risas causadas por bromas y anécdotas que él me cuenta, alegre. Nunca lo había visto sonreír tanto y me hace feliz que se libere estando conmigo.

Caminamos por la ruta de siempre, él con sus manos metidas de forma despreocupada en los bolsillos de sus jeans, y yo aprieto los puños, metidos en mi chaqueta universitaria, esta vez por el frío. El viento está un poco loco hoy y me pega en el rostro con regularidad, causando que mi despeinado cabello se mueva sobre mi frente y mis ojos lagrimeen. Y al pasar frente a los solitarios baños públicos que hay sobre nuestra ruta, MinSeok me pide que me detenga.

—Tengo que hablar contigo.— Dice y yo estoy temblando tanto por el frío que no se nota que me estremezco. Sin embargo le hago una seña con la cabeza para que continúe y él toma aire antes de hablar de nuevo.— EunHa y yo vamos a divorciarnos—. Suelta casi con alivio y yo no sé cómo sentirme.

—Lo lamento—. Digo y él se ríe suave.

—Está bien. Es algo que quería hacer hace mucho tiempo. Sin embargo, tú y yo ya no vamos a poder vernos.— Baja la mirada como un niño regañado.— El programa social al que perteneces dicta que debes ser acogido por una familia estable. Y completa.

—No pasa nada.— Respondo con una sonrisa suave.— Pronto cumpliré la mayoría de edad y pensaba buscar un trabajo ahora que terminé el bachillerato—. MinSeok da un respingo y me mira.

—¿Te has graduado ya?

—Sí.

—¿Por qué no me avisaste? Pude haber asistido a tu ceremonia y darte apoyo. ¿Cuándo fue?

—Hoy. Pero no te preocupes por eso.

MinSeok me mira, casi con resentimiento y a la vez triste. Como si se sintiera culpable porque yo no haya tenido una fiesta. Y yo me guardo las ganas de contarle que la fiesta del instituto empezó temprano y que sí estuve un rato en ella, pero decidí retirarme porque prefería pasear en el parque con él. Los jueves, para mí, son casi sagrados.

MinSeok me ve y saca su billetera. Toma un par de billetes y me los extiende.

—Toma. Como no te compré regalo por tu graduación, ten esto y cómprate algo tú.— Y yo me siento pleno. No le acepto el dinero, pero me río, libre.

—MinSeok, no quiero dinero.— Miro a los lados con precaución y bajo la voz antes de seguir.— Mi regalo es caminar contigo. Mi regalo eres tú.

MinSeok mira a otro lado, incapaz de sostenerme la mirada, y lo entiendo. Yo desvío la vista hacia arriba, completamente rojo.

El tiempo se detiene para ambos. Pareciera que el viento decide parar de soplar y las hojas de los árboles dejan de caer. Las voces que normalmente se escuchan a lo lejos se callan y los automóviles que pasan sobre la avenida cercana al parque dejan de conducir. Inclusive los ruidos acuáticos que suelen hacer los baños se apagan y sólo nos quedamos MinSeok y yo. Puedo jurar que escucho nuestros corazones latir en sintonía.

—Entonces... ¿sobre el divorcio?— Dice él, casi susurrado, atreviéndose a romper la calma que nos rodea y yo me estremezco tanto por el frío como por su voz. Sin embargo sonrío calmado.

—No te preocupes por eso. Siempre tendremos Naejangsan.

Y es ahí cuando veo en los ojos de MinSeok algo que nunca había visto. Brillan casi como si quisiera llorar pero reflejan felicidad y yo me siento en paz. Nos vemos a los ojos y debato internamente sobre acercarme a tomarle la mano, pero hay una persona cerca. La veo por el rabillo del ojo. Y entonces habla.

—¿MinSeok?— Dice una voz femenina y al voltear, EunHa nos mira confundida. Sé que es ella porque la he escuchado tantas veces pelear con el hombre frente a mí, que me es imposible no reconocer su voz a pesar de ser la primera vez que veo su rostro, delicado. Yo me paralizo, incapaz siquiera de respirar, y siento un frío glacial apoderarse de mi cuerpo mientras ella me mira, casi con asco.— ¿MinSeok, por qué caminas con el marica?

—EunHa,— responde MinSeok frustrado— ya hablamos de esto. BaekHyun es una buena persona.

Sin embargo, EunHa no es tonta. Aprieta el agarre en las correas de su bolso de trabajo y nos mira, escaneándonos.

—Están muy cerca. MinSeok, ¿esta es la razón por la que quieres el divorcio?— Yo estoy sudando frío, pero el mencionado ni siquiera se inmuta.

—EunHa, tú y yo no vamos juntos hace mucho tiempo. No creo que quedarnos casados sólo por los niños sea sano para ninguno.

—¿Pero sí es sano tener relaciones con otro hombre?— MinSeok no responde. Yo quiero debatir, mencionar que él y yo no tenemos nada realmente, pero no puedo siquiera moverme y siento la garganta pegada.— No voy a darte el divorcio—. Anuncia ella, imponente, y finalmente, el hombre a mi lado habla.

—Esto no está a discusión, EunHa. Tú estuviste de acuerdo con eso, no puedes retractarte ahora.

—Pues no te lo voy a dar. No voy a firmar nada.

MinSeok, frustrado, hace el intento de acercarse a su aún esposa para para debatir mejor, sin embargo ella se aparta. Él intenta tomarle el brazo y EunHa se suelta de forma brusca. Entonces busca en su bolso de trabajo y saca una pequeña pistola que obliga a su marido a retroceder. Yo quiero hacerlo también, pero mi cuerpo entero no responde.

—EunHa, baja el arma.— Dice MinSeok calmado, pero con pánico en la voz.— Todos los problemas tienen solución, ¿sí? No necesitamos recurrir al fuego.

—Precisamente por eso la traje. Para acabar con el problema—. Responde ella decidida. Y entonces dispara.

Los sonidos a nuestro alrededor parecen detenerse, aunque probablemente sea solo un efecto del aturdimiento por el sonido del arma al ser accionada. Busco a MinSeok con la mirada, en pánico por lo que pudiera haberle pasado. Sin embargo él está bien, y me mira con el mismo pánico con el que yo lo vi. Es ahí donde me doy cuenta de que el disparo no fue hacia él, sino hacia mí.

De mi pecho, a la altura del pulmón izquierdo, brota tinta roja manchando mi chaqueta. Me siento un poco molesto por el agujero que le ha quedado, pero mi molestia pasa a segundo plano cuando finalmente el dolor se apodera de mí y no me queda de otra que dejarme caer hacia atrás, confundido, desorientado, sin aliento.

Casi en cámara lenta, mi cuerpo se estrella sobre las hojas de Ujangsan, causando un ruido sordo que saca a MinSeok del trance en el que se había metido al ver que mi pecho era el sangrante. Y él, furioso se acerca a EunHa e intenta arrebatarle el arma, aún humeante, de las manos.

Yo no puedo ser partícipe de la discusión que toma lugar entre ellos en ese momento porque, de verdad, ni siquiera mis oídos funcionan ahora. Solo me queda girar la cabeza e intentar respirar aunque sea un poco. A lo lejos veo los baños públicos, y el suelo cubierto de hojas naranjas, y ¡mierda! Se ve mágico. El viento sigue soplando, moviendo las ramas de los árboles, por lo que las hojas siguen cayendo. Y yo me siento en paz.

Esto ya lo había soñado yo.

Y vaya que era hermoso.

Las hojas de Ujangsan [XIUBAEK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora