Capítulo 3 : Momentos difíciles

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Los sonidos eran terribles, lo que no ayudaba en lo absoluto a los nervios de todos los caninos que esperaban su turno encerrados en distintas celdas en una habitación continua. Para el híbrido esta sería la primera pelea, a pesar de que se encontraba recién recuperado de su pequeña herida, ya había sido seleccionado para pelear.

-Escuche que han traído un par de Alemania-Comento uno de los prisioneros con la preocupación evidente en su voz.

-Eso no es nada, yo oí que había llegado un callejero si raza que es peor que cualquiera de raza, parte Doberman, parte Boxer- Replico otro.

-No, ustedes no saben lo que es terrible, has registrado a un perro mitad lobo en este torneo, según sé es terrible, con unos ojos amarillos que logran paralizarte de solo verlos y unos colmillos más filosos que un cuchillo- Interrumpió un tercero.

-¿En verdad, ¿Cuál es su nombre?-Preguntaron otros perros atraídos por el comentario.

-Su nombre es tan terrible como él- Contesto el perro

-¿Cual es?- Preguntaron los demás en grupo, Balto y Steele no habían intervenido en la conversación, pero escuchaban con claridad los comentarios de sus rivales.

-Su nombre es Muerte fría- Por su linaje, procedente de una manada de lobos salvajes y asesinos.

La mayoría de los perros tembló al escuchar la noticia, con excepción de los dos amigos quienes simplemente rieron al escuchar el comentario.

-ja, ja, ja, ja, No puedo creerlo-Exclamo Steele imaginando a Balto como un vicioso lobo salvaje, imagen poco probable en la vida real.

-¿No puedo creer que crean eso?-Pregunto al fin, - Ha sido la cosa más ridícula, ¿Díganme alguno ha visto a Muerte fría, ¿Saben como es?- Continuo.

-No, nadie ha vivido para poder contarlo-Replico otro perro.

-Entonces ¿Cómo pueden temerle?-Exclamo Balto interviniendo finalmente.

-Realmente dudo que el tal Muerte de hielo o como se llame sea tan terrible- Dijo con tranquilidad.

-¿Cómo puedes saberlo?-Preguntaron los otros en un tono molesto.

-Es cierto, nuevo- Prosiguió uno más. Sin embargo antes de que Balto o Steele pudieran responder los hombres abrieron la puerta de la habitación, llevando consigo un par de perros, uno de ellos fue abandonado en el piso, mientras otro era atendido por otro sujeto.

Los caninos guardaron silencio al momento, escenas como esas eran demasiado impactantes, incluso para ellos.

-No hay nada que se pueda hacer por su ojo-Comento el hombre atendiendo las otras heridas.

-¿Qué hay del otro perro?-Pregunto el primer sujeto.

-No hay nada que se pueda hacer por él-Replico el humano, a este o dejaremos en observación en una de las áreas vacías-Continuo.

Otro par de jóvenes entro al cuarto con un fajo de billetes en la mano, bueno doc, esta es su parte, y esto es lo que ganamos- Dijeron.

-Espera a que empiece lo mejor, ahora viene el Alaskan Malamute de Marco, contra el Doberman de Sam-

-Si, dicen que esos dos son muy buenos-Comento Doc. Cerrando su botiquín, uno de sujetos que inicialmente había llegado con él, cargo al perro llevándoselo de ahí. Al otro simplemente lo ignoraron, dejándolo a su suerte.

La puerta se cerró a sus espaldas, dejando a los cautivos solos con sus pensamientos, todos observaban como su compañero herido peleaba por sobrevivir respirando con mucha dificultad.

Balto: Caminos encontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora