Capítulo 1 : Un adiós inesperado

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El viento soplaba fuertemente, arrastrando consigo la nieve del invierno, el otoño cerraba sus puertas mientras los árboles se cubrían de espesa blancura. Perdidos entre la espesura del bosque un equipo de perros recorría el camino de vuelta a casa.

Al frente Kodiak dirigía al equipo con pericia, su rojizo pelaje resaltaba ante el blanco de la nieve, la cuál comenzaba arreciar su caída.

-Kodi, debemos apresurarnos- Se escucho una voz a su espalda, los otros perros observaban sus alrededores con preocupación.

-No se preocupen chicos, sin importar lo que suceda, yo los llevaré sanos y salvos a casa-Afirmo el líder con orgullo, mientras aceleraba el paso.

Lejos de ahí en el pueblo, el viento no parecía afectar a los presentes quienes discutían un asunto de gran importancia.

Dentro de la oficina del alcalde un grupo de gente se manifestaba en contra de las nuevas órdenes provenientes del gobierno federal.

-¿Cómo pueden pensar que eso es sensato, nosotros necesitamos nuestros perros para los trineos- Decía uno de los asistentes.

-Nadie tocará a sus perros, sin embargo cualquier animal sin registro será consignado a las autoridades- Exclamó el agente mostrando la orden.

-Pues esta perdiendo su tiempo, porque aquí no hay perros callejeros-Contesto otro.

-Y que hay del perro que vi en el Bote esta mañana, ¿Es de alguno de ustedes?-Continuó el sujeto.

-Lo es- Se escucho la exclamación de un joven de cabello rubio, quien parecía ir llegando al lugar, -Balto es mí perro, lo adopté cuando llegué a Nome-Continuó el muchacho.

-Entonces espero que tenga una constancia que certifique sus palabras- Replicó el agente.

-La tengo-Exclamó el joven piloto con tranquilidad.

-Entonces mañana será la revisión, hasta entonces -finalizó el agente saliendo del establecimiento

-¿Escucharon eso, ¿Por qué será que implementan una medida de ese tipo?-Murmuró la gente con preocupación.

A las afueras del pueblo el híbrido perro / lobo aullaba con alegría preparándose para recibir el trineo; desde que su hijo se había convertido en el guía del equipo Balto caminaba a las afueras para esperar la llegada del grupo.

-La nieve esta arreciando Balto, será mejor volver a casa- Exclamó Jenna quien se encontraba justo al lado de su compañero.

-Descuida Jenna, yo puedo esperar un poco más, pero tú deberías volver ahora-Replicó Balto sin dejar de observar el camino.

-Okay, nos veremos después, no te quedes mucho a la intemperie-Finalizó la perrita volviendo a su hogar.

-Señor, es obvio que esta gente no esta dispuesta a cooperar-Se escuchó la afirmación de otro federal quien observaba a la pareja desde el pueblo.

-Se que ese perro no es un pura sangre, es peligroso para el lugar- Argumentó su jefe con frialdad.

-Y que, si es el famoso Balto, jamás podremos hacer nada- Aseguro el ayudante apuntando con el rifle hacia su objetivo.

-No sabíamos que él era el famoso héroe, su figura asemeja a la de un animal salvaje, a las orillas del bosque- Replicó el jefe

-No lo creerán-Finalizó el franco tirador sin mover el rifle

-Entonces, ¿Por qué apuntas?- Pregunto el oficial de alto rango.

-Porque no quiero vivir en la miseria con ese mínimo salario toda mi vida-Aseguró el ayudante.

Balto: Caminos encontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora