El primer contacto

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El amor, sinónimo de muchas cosas, sentimiento que según la situación puede derivar en una clásica y melosa historia o en una de gran agonía que palabra a palabra envuelve al lector enseñándoles la cara más grotesca y desagradable de la misma; En esta historia ese será nuestro punto de partida.

Era 1993 en un frío mes de Octubre, no de aquellos que utilizan en las postales donde las hojas secas caen poco poco al suelo y un hermoso atardecer se dibuja en un rojizo cielo, era de aquellos donde el clima se encontraba enojado, rayo a rayo con su consecuente trueno abordaban el aire y estremecían con un vigoroso estruendo las calles de San Francisco, la cual yacía cubierta por una abundante capa de algodones grises que lloraban con fuerza e inundaban lo que por el día era una sonriente urbe llena de vida. En una de esas calles, en un pequeño bar de poca monta se encontraba una chica de cabello rojizo la cual sencillamente no sabía lo que podía desatar esa noche.

Su nombre era Piper Vause, ella era una simple bartender de poca experiencia pero con una necesidad grande de siempre ser la mejor.

Esa noche había pocos clientes, un par en una mesa del fondo del lugar junto a la diana para jugar dardos y otro par sentado en la barra los cuales bebían y bebían sin descanso. En ese momento una figura se proyectó en la puerta del bar, era un hombre de unos 30 años, delgado y con poco más que una fina capa de cabello en su cabeza, entró con una gabardina color caqui empapada y un par de botas que dejaban huellas a su paso causadas por el suelo mojado de la acera.

-Dame un tarro de cerveza Lincoln- dijo con voz ronca dirigiéndose a Piper la cual se limitó a mover su cabeza de arriba a abajo y realizar lo que el extraño hombre pedía.

-Otra- comentó el embriagado sujeto en repetidas ocasiones; trago a trago su mirada se perdía más y su equilibrio parecía verse comprometido -otra- dijo ahora suavemente tal como si de un lamento se tratara - ¿está seguro?- argumentó Piper  al mirar el lamentable estado del hombre - cerraremos pronto y quizá no sea buena idea...- antes de terminar la frase el hombre le dió una servilleta y salió a toda prisa del bar. La nota contenía el siguiente mensaje:

Si estás leyendo esto es porque mis sentidos están demasiado abrumados como para hablarte de viva voz, quizá sea un poco raro, pero desde que entré por la puerta del bar no pude mirar otra cosa que tus bellos ojos color avellana, traté de ahogar mi pena en tantos vasos de alcohol me fuesen necesarios para así poder reunir el valor de hablarte... Después de el tercer tarro me he rendido ante mi falta de valor y preferí optar por un método digno de un cobarde; una nota, poco elegante tal vez más espero que efectivo, pues sólo quería externar mis sentimientos hacia ti e informarte que  haré lo posible porque tus labios se puedan reunir con los míos eventualmente, aún cuando tenga que pasar toda una vida añorando este deseo. Tal vez ahora no sea el mejor momento, pero créeme que volveré ya con un par de pantalones puestos y con el objetivo de conquistarte poco a poco.

Tu fiel enamorado
Alex Chapman

Piper quedó consternada, aquel hombre de aspecto no muy agradable y mirada fría como hielo fue capaz de escribir una nota con tanto sentimiento como para hacer sonreír a aquella bartender la cual sencillamente enrojeció por los múltiples halagos recibidos. Piper salió del bar volteando a ambos lados de aquella avenida buscando a su alcoholizado enamorado; para su desgracia este había desaparecido dentro de la niebla espesa como telaraña que acariciaba la aún errante ciudad de San Francisco.

Pasadas ya las 12 AM nuestra protagonista cerró el local, tomó sus cosas y se fue a su casa en medio de una ligera llovizna; por alguna razón la ciudad se veía más pacífica de lo normal, pocos autos transitaban la inundada calle y parecía que no había ni un sólo sonido en el ambiente, aunque aún así algo no se sentía bien; Piper extrañada por este sentimiento volteó en repetidas ocasiones a su espalda, atenta a cualquier clase de peligro o señal de algo extraño, poco a poco los pasos se volvieron zancadas, las cuales resonaban fuertemente en los charcos residuales de la lluvia, los latidos de Piper se elevaban ¿Qué estaba sucediendo?  ¿Acaso alguien estaba detrás de ella?

Después de recorrer 7 manzanas con el corazón en la mano Piper llegó a su casa, abrió la puerta y colocó el seguro sólo para después encender todas las luces de su pequeña casa heredada por su difunta abuela, miró por la ventana pero no parecía haber algo extraño, lo que no sabía es que este sólo era el inicio de una serie de sucesos que uno no le desea ni a su peor enemigo.

Impura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora