¿Vandalismo?

20 2 11
                                    

Habían pasado un par de días de ese fortuito encuentro entre aquel hombre misterioso y nuestra protagonista, la cual seguía sintiendo que algo no estaba bien, había veces que encontraba pisadas en su césped que no correspondían a ella, colillas de cigarrillos en su acera y el aún incómodo sentimiento de que alguien la miraba; un día al llegar al bar para realizar su turno nocturno ,su compañero Lörmann, un viejo hombre alemán gordo y con un distintivo diente faltante en la zona frontal de  su boca le dió lo que parecía no más que un húmeda servilleta del bar sacada de su bolsillo izquierdo -Un tipo llegó más temprano y te dejó esta nota, parecía un poco nervioso por cierto- Piper extrañada tomó el trozo de papel cubierto con un poco de vino que el gerente había derramado sobre ella y la leyó:

Hola, aquí estoy una vez más denigrando mi hombría con una nota digna de un niño de tercer grado, siquiera esta vez tengo la justificación de que no te encontré en el bar cuando llegué, lamentablemente fuí privado el día de hoy de admirar tu belleza y poder dedicarte un par de elogios aún cuando fuesen llenos de balbuceos y risas nerviosas como si de una colegiala enamorada se tratara. En fin, te quería volver a recordar lo hermosa que me pareces y lo mucho que tengo ganas de poder hablar contigo, tuve la oportunidad cuando la otra noche te vi con esa blusa color azul y esos jeans oscuros que resaltaban lo hermosa que eres, pero una vez más no pude con la presión de estar ante una mujer como tú, de tu belleza y con una mirada que me hace sentir único; me empiezo a quedar sin espacio así que simplemente lo diré, me encantas.

Tú eterno enamorado
Alex Chapman

Piper conmovida por las brillantes líricas de su penoso enamorado dió una sonrisa de aquellas tiernas, de esas donde sólo una de tus mejillas reacciona y se levanta ante los latidos de su corazón el cual se derretía ante esas lindas palabras, pero había una cosa que intrigaba a Piper, ¿cuándo la vió usando esa blusa azul? Por políticas del bar los trabajadores siempre tenían que utilizar un polo negro que fungía como uniforme, y aunque Piper siempre usaba esta prenda sobre su blusa, ¿Cómo era posible que el tal Alex pudiera verla? Poco duró la intriga de la bartender cuando una voz familiar la llamó, era Lucas, un chico con el cual Piper mantenía un de esas típicas relaciones en las que no son nada pero que a su vez se sienten como si lo fueran todo, ambos escondían sus sentimientos bajo una capa ligera de cortesía y profesionalidad la cual se vió comprometida cuando él habló -Hola Pips, ¿cómo va todo?- Piper con un nudo en la garganta correspondió el saludo y le contó un poco de su día, evitando completamente el tema de su enamorado  a distancia.

Después de un rato llegó la hora de cerrar, ambos tenían que completar las horas de la semana así que se quedaron hasta tarde y Lucas se ofreció a acompañarla a su casa; al llegar Pips agradeció su compañía y abrió la puerta de su hogar, cuando estaba apunto de entrar el chico la detuvo y le dijo -Oye... Sé que esto es un poco repentino, pero sólo quería saber si quisieras salir uno de estos días conmigo, no lo sé, ir a cenar o quizá al cine- Piper alzó las cejas por la sorpresa de aquella propuesta -Claro, me encantaría, aunque tenemos que ver cuando, después de todos ambos tenemos turnos dobles esta semana- El bar había perdido a su tercer bartender, dejando a Lucas y a Piper como los únicos en ese puesto, por lo que ambos dividían sus jornadas de forma que un día le tocaba el turno de la tarde a Lucas y a Piper el turno nocturno, rotando de vez en cuando para que así no se hiciera pesado el trabajo, aunque claro, esto significaba una menor convivencia entre ambos; -Claro- dijo Lucas con un aparente seño fruncido, -Bueno si quieres al parecer la siguiente semana el lugar estará cerrado por remodelación, te parece si ese día...- Piper interrumpió antes de que este terminara la frase -Perfecto, ese día está bien- El chico claramente más feliz confirmó esto y se despidió de Piper con un pequeño abrazo, sólo para después dar la vuelta y adentrarse a la oscuridad de la noche. Piper al entrar a casa no pudo evitar dar un pequeño saltito de alegría, con una sonrisa de oreja a oreja se colocó la pijama y se dispuso a dormir feliz por la escena que acababa de protagonizar.

Al día siguiente Pips salió ya lista para retomar su turno en la tarde, pero al salir  notó que algo andaba mal, las flores que ella tenía en su jardín habían sido completamente quemadas y parecía que otra vez había huellas en su césped aunque esta vez menos marcadas; Pips pensando que había sido el hijo de su vecino, por lo que fue y reclamó el estado de su jardín. Ya había pasado que el niño hiciera daño a la propiedad de Piper, pero esta vez ella pidió directamente a los padres de aquel niño de cabello rizado que le ofrecieran una disculpa, acto que los padres aceptaron y que Pips sintió como una verdadera victoria.

Después de esta escena Piper apurada corrió para realizar su turno en el Bar, al entrar ella se sorprendió al reconocer el rostro de aquel sujeto de las notas, el cual esta vez iba luciendo un look bastante elegante, aunque la expresión de su rostro no era de alguien feliz de verla, incluso se lograba apreciar un tanto molesto por la presencia de la chica, -Hola- saludó ella primero dándole una sonrisa de cortesía la cual no fue correspondida; -Tenemos que hablar- dijo el hombre en tono serio y preciso, situación que dejó extrañada a Piper y le hizo recordar lo que había en la última nota sobre su atuendo, ¿Qué querrá decirme alguien que apenas conozco? Pensó ella mientras el tipo daba un largo sorbo a su vaso de Whisky añejo y se preparaba para articular sus palabras...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 04, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Impura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora