La agente Rodríguez

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POV ANA

Quedé con Miriam en el Ba-ding Ba-ding. Antes, me sacaba algo de dinero cantando allí. Hasta que hubo un asesinato y bueno, despidieron a casi todo el personal.

Había quedado con ella a las nueve. Eran las nueve y cuarto, ¿dónde coño estaba?

Estaba a nada de irme cuando apareció. Llevaba un vestido negro con flores bastante ceñido y unos tacones a juego.

-Vaya.-Verla sin uniforme era bastante raro.-

-¿Te parece mucho?

-Eh. No, estás impresionante. Bueno, vamos dentro.

-Gracias, tu también.-Espera, me habia dado un repaso increible y no se habia cortado ni un pelo.-Si, pasemos.

Nos sentamos en una mesa apartada. Como conocía al dueño nos dejó sentarnos en la zona VIP.

-¿Te gusta mucho este sitio?-Preguntó para romper el hielo.-

-Si, el hecho de que haya musica en directo es la caña. Además, trabajé aquí durante dos años.

-Y ahora estás trabajando en el bar ese...

-Exacto.

-¿Puedo preguntar por qué?

-Porque quería pagarme la carrera. Además, mi novio, o ex novio, me dijo que era mejor que trabajase ahí. Es el negocio familiar asi que tampoco me puedo quejar, tengo vacaciones cuando quiero.

-Pues me atrevería a decir que es un gilipollas.

-¿Acaso estás celosa?

No hizo caso a mi pregunta. Bebió un sorbo de champán y prestó atención al show.

[...]

Estuvimos 3 horas en el bar.

-¿Quieres que te acompañe a casa? Nunca sabes lo que te puede salir.

-Claro. ¿Estás segura?

-Si, no te preocupes.

Miriam había venido andando asi que fuimos en mi camioneta.

-¿Quieres pasar? Nos podemos tomar otra dentro.

-La verdad, si. Ya es muy tarde y no quiero despertar a Mimi.

Mierda, acababa de insinuar que me iba a quedar a dormir.

Miriam simplemente me sonrió.

No era una casa grande, pero era acogedora.

-Deja tus cosas ahí. Me voy a cambiar y ahora sacaré algo para beber.

Dicen que la curiosidad mató al gato ¿no?

Debido al alcohol, me vino la valentía que no me había venido en mi vida. Con sigilo, me dirigí a la habitación de Miriam. Abrí un poco la puerta, lo suficiente como para verla mientras se cambiaba.

Era preciosa, no lo voy a negar. Además, tenía un cuerpo de escándalo. Que pena que no se pudiese apreciar debajo de ese uniforme de poli.

El alcohol hizo su efecto y si ya era torpe de por si, imagináos como soy borracha.

Me tropecé y me caí de boca al suelo.

-Dios Ana. ¿Estás bien?-Me levantó del suelo.-Ven, siéntate en la cama.-

¿Miriam es tan amable y cariñosa siempre?

-Si, perdona.

-No te voy a preguntar lo que hacías mirando de la puerta.-Se sentó a mi lado.-Ya me lo imagino.

OT 2017 // WYNONNA EARPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora