Capítulo 2

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El tiempo en Los Ángeles era un poco más frío de lo que me esperaba, pero aparte de eso, no había nada fuera de lo normal ese día. Después de desembarcar del avión, nos dirigimos a la zona de recogida de equipaje. Jinyoung, Jihoon y Woojin iban los primeros, yo sólo oía el parloteo de Jihoon y los aplausos exagerados de Jinyoung al reír. Jisung, Daehwi y Kuanlin iban caminando entre ellos y nosotros. Minhyun y Jahwan caminaban pegados el uno al otro, como de costumbre, como si nadie pudiera verlos. Ong estaba a mi lado, sin parar de quejarse de lo deprimido que estaba porque estaban publicando sus fotos de predebut en internet otra vez. Sungwoon seguía como siempre: iba el último, con los cascos puestos y mirando a su alrededor a través de los mechones de su pelo liso.

Aminoré el paso a propósito y tiré de él.

—Deberías quitarte eso ya, si no, no nos vas a oír si te llamamos —dije.

Se me quedó mirando, ensimismado, y su expresión se volvió despreocupada:

—Oh, no hay problema —dijo.

No mostró ningún ademán de quitarse los cascos después de eso. Negué con la cabeza, exasperado, y seguí escuchando las quejas de Seongwu. No le había dicho a nadie que en realidad estaba de mal humor porque había pasado la noche en vela. Hoy había visto cómo el manager le echaba la bronca a Ha Sungwoon por plantear la idea de volver a casa, así que eso significaba que mis propios planes de volver a casa se habían ido al traste.

—¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara, como si tus padres se hubieran muerto? —dijo Jaehwan, mientras esperábamos a que saliera nuestro equipaje. Jaehwan siempre nos molestaba de este modo cuando sabía que nadie estaba de humor para hablar.

Ha Sungwoon se quitó los cascos y murmuró desde un lado:

—Está llorando tu pérdida en silencio.

—He tenido una vida maravillosa, sobre todo la tenía antes de conocerte —dijo Jae, mirando hacia afuera—, y si consigo llegar a la furgoneta a salvo y sin romperme ningún hueso, consideraré que mi vida ha sido perfecta. Ah, que sepas que no te has afeitado bien —dijo, mirando a Sungwoon con gravedad.

—Y tú no te afeitaste las piernas anoche. Hace un momento, en el avión, pude sentir esa fuerte presencia masculina que solías tener —dijo Sungwoon, arreglándose el cuello de la camisa.

—¿Por qué? ¿Estás cachondo? —Jaehwan se echó a reír—. Si tienes lo que hay que tener, cuenta lo cachondo que estás en la entrevista de mañana.

—Barrera idiomática —dijo Sungwoon, negando con la cabeza—. Si estuviéramos en Corea, sería plausible, pero LA no es mi territorio, así que dejaré que Daniel y Daehwi usen su perfecto inglés para expresar por mí mis sentimientos cachondos.

—Sois unos asquerosos... —dijo Ong mientras les lanzaba una mirada de disgusto al escuchar su conversación—. Comportándoos de esa manera y tan pegados delante de otras personas... ¿es que no te basta con Minhyun?

—¿De qué habláis? —la voz Minhyun los interrumpió.

—De nada importante —dijo Jaehwan sonriendo mientras miraba a Minhyun—. Estábamos discutiendo sobre si nos darían vacaciones este año para ir a casa.

—¿Vacaciones? ¿Cuándo? Si es como la última vez, voy a ir contigo a tu casa —declaró Minhyun, sin dar pie a discusión.

—Posiblemente... —Jae le lanzó una mirada asesina a Ong, que estaba intentando disimular una risita—. Aunque supongo que las probabilidades de que eso pase son muy bajas, a Sungwoon ya le han reñido... en fin, oye, ese reloj que te acabas de comprar está muy bien.

48 Horas (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora