Pequeño rayo de luz.

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Pueden ayudarme a corregir faltas de ortografía  ♡

―Estábamos a punto de despegar, ¿que ocurre? ―Llego agitado Harry, con el uniforme de su trabajo hecho un lío. ―¿Estas bien mi amor? ―preguntó cuando se percató que el rostro de Louis era un mar de lágrimas. ―Te dije mil veces que no te hicieras ilusiones, cariño. 

Louis negó varias veces. ―Lo logramos. ―susurro. Los aceitunados ojos de Harry parpadearon. Volteando a ver al doctor confundido, el doctor asintió con los pulgares arriba y una sonrisa. ―Tengo veintiún semanas de embarazo. ―dijo con una sonrisa abrazando a su esposo por el cuello. 

El rizado devolvió el abrazo con la mirada perdida. Nada estaba bien, todo había  sido su culpa, había tenido sexo con Louis sin usar protección y ahora su pequeño Ángel iba a perder otro bebé, lo que condenaría a su esposo a noches largas de llanto sin fin. 

―Vamos a cuidar tan bien de él o ella. ―dijo Louis rompiendo el abrazo y tomando a su pareja de las mejillas. 

Harry negó, con lágrimas amenazando salir.  ―No quiero que te hagas ilusiones. 

―Para eso le he pedido a Louis que te llamara. ―el doctor interrumpió y ambas miradas se posaron en él. ―Para que les recomiende como llevar su primer embarazo. ―sonrió satisfecho. 

El mayor se mordió el labio inferior.   ―N-no es nuestro primer embarazo. ―confesó. 

El hombre con bata intento comprender. ―Bien, entonces ya son unos expertos en el cuidado del embarazo, el parto, los cuidados al bebé y esas cosas. ―dijo sacando un recetario de un cajón de su escritorio. 

Los labios de Louis temblaron. ―No llegó a nacer. ―susurro casi inaudible, pero todos en el consultorio alcanzaron a escuchar. ―He tenido do-dos abortos espontáneos en dos años. 

Harry le acarició la espalda, intentando dar ánimos. Se sentó en el sofá frente al escritorio del doctor y subió a Louis a su regazo, abrazandolo por la cintura. 

El doctor los miró apenado. ―Mis disculpas. ―dijo cruzando ambas manos sobre el escritorio. ―Louis, Harry... ―los señaló a ambos. ―he tenido a cientos de pacientes que han tenido mas de tres abortos continuos, pero con los cuidados adecuados y un chequeo cada semana, su sueños de ser padres se han hecho realidad. Lo que yo les recomiendo, a ambos, es que sigamos el protocolo de seguridad, claro si ustedes lo aceptan. ―Los cuestiono. 

―¡Si!

―Creo que tenemos que hablar primero.  

Ambos hablaron al unísono. 

El hombre de edad mayor soltó una risa. ―Iré por una taza de café, pueden dialogar en lo que regresó. ―dijo levantándose de su silla y saliendo del consultorio. 

La habitación se quedó en silencio. 

Louis jugaba con un hilo que sobresalía del traje de Harry. Se veia tan tierno su pequeño Ángel, no queria interrumpir su entretenida acción, pero tenían que hablar tarde o temprano. 

―Lou... ―inicio y el ojiazul se detuvo con su juego. ―sabes que tu cuerpo rechaza a los bebes, amor, no quiero que entres en depresión si algo llega a pasar. ― lo tomó por el mentón, obligándolo a mirarlo. ―podemos adoptar. 

Su esposo sollozo, negando. ―Por primera vez en estos dos años tenemos una oportunidad. ―habló con un nudo en la garganta. ―No perdemos nada en intentarlo. 

Harry negó, intentando hacer que su esposo entendiera. ―¿No perdemos nada? ¿Qué pasa si tu cuerpo empieza a fallar por tantos abortos? ¿Eh? ―preguntó restregándose la cara. 

―Entonces pasará lo que tendrá que pasar. No quiero un hijo que no sea de nuestra sangre, que no tenga tus ojos esmeralda o tus rizos marrones... ―negó. ―Quiero un bebé con tu rostro y con mi sentido del humor. Alguien que cuide de nosotros cuando seamos ancianos. ―habló sonriendo a su esposo. ―Quiero intentarlo, no nos queda otra opción. 

Harry no lo pensó dos veces. Asintió abrazando a su esposo.  

Louis tenia razón, ¿qué otra opción tenían? Ninguna. 

Pero, si en caso de que el cuerpo de Louis volviera a expulsar al  bebé, no culparia a su pequeña pareja, jamás lo haría. Pero el mismo se someterá a la Vasectomía, para no poner en riesgo la vida de su amado esposo. 

El doctor entro con una taza de café en la mano, caminó hasta sentarse en su asiento y los observo, esperando que la pareja ya tuviera la respuesta final. 

―Bien. ―dijo Harry. ―hagámoslo. 

El doctor se acomodo mejor en su asiento. ―Bien. ―Comenzo a escribir en un recetario. ―Tendrás dietas estrictas, nada de frituras y grasas durante todo el embarazo. Se prohíbe cualquier acto sexual hasta que el bebé esté  fuera de peligro. ―ambos se miraron con vergüenza.  ―Nada de esfuerzos,  procura estar la mayoría del tiempo en reposo absoluto. Te recomiendo salir a caminar cortas distancias dos veces a la semana. ―escribía rapidamente seguido de dar las recomendaciones. ―Lo mejor es que hagamos unos estudios a Louis del porque su cuerpo rechaza a los bebes en su cuerpo. Claro, cuando el bebé ya haya nacido... pero no hay que adelantarnos. ―firmó y les entregó la receta. ―Quiero que nos estemos viendo cada mes durante todo el embarazo y con gusto, yo seré quien te acompañe en la cesárea, Louis. ―le regaló un ancha sonrisa. ―Salvemos a su pequeño rayo de luz. 

La pareja asintio con las sonrisas mas felices del mundo. 

Hey!

Les digo de una vez que en esta novela pienso actualizar una vez a la semana, ya que me encantaría que los capitulos fueran largos. 

Gracias por leer



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