Buen Viaje.

517 75 11
                                    

-No te olvides de tu desayuno, amor. -recordó Louis metiendo unos Sándwich de Atún a una bolsa de papel y guardandolo en la maleta de su esposo.  

Harry salió con la corbata hecho un lío en su cuello, acercándose a su esposo para que lo ayudará a arreglar el pequeño problema. 

Louis soltó una risa, desatando el desastre que su esposo había cometido y ayudándolo a hacerlo correctamente. 

―¿Seguro que quieres ir solo? ―pregunto cuando el castaño terminó. ―Puedo cancelar y  acompañarte. ―Louis suspiro. 

―Estaré bien. ―beso sus labios. ―Ahora ve al trabajo, es tarde. 

Harry asintió, observando con sus orbes aceitunadas la hora en su Rolex plateado. Cogió su maleta junto con sus llaves y le dió un largo beso a su pequeño y dulce esposo. 

―Cualquier cosa, me llamas, ¿si? No importa la respuesta. ―beso por último la frente del ojiazul, limpiando una lágrima que se escapó de los ojos de su pareja. 

Louis asintió. ―Buen viaje, te amo. ―dijo viendo como el rizado salía de la casa. 

 ―Te amo más. ―gritó antes de cerrar la puerta. 

✺✺✺✺✺✺

―¿Por que dejaste que fuera solo? ―pregunto frunciendo el ceño. 

Harry se frotó el puente de la nariz. 

―Porque él queria ir solo. ―explico mientras ambos amigos caminaba por la pista de aterrizaje y llegaban al avión que usarían.  

Subieron las escaleras de la aeronave, una mujer rubia los recibió. 

―Buen dia Señor Styles, Señor Payne. ―los saludo con un asentimiento de cabeza con amabilidad Bianca. La nueva aeromoza de la aerolínea. 

Los ayudó a tomar su equipaje para poderlo almacenar, permitiéndoles la entrada a la aeronave. 

―¿Y no tienes miedo? ―dijo el ojimiel, intentando reanudar su plática al momento que ambos entraron a la cabina del avión y se preparaban para su vuelo. 

El ojiverde bajo la mirada. ―Estoy aterrado... ―susurro. ―Se supone que tengo que estar emocionado, pero no lo estoy. 

Tenía miedo. 

  ―Pero, Harry. ¿No te emociona llegar esta noche y saber la noticia que tu esposo tendrá un bebé? 

Los ojos marrones de Liam brillaban con emoción. Sin embargo, los de Harry estaban apagados, por miedo. 

―Claro que estaré emocionado, siempre lo estuve. ―su voz se quebró. ―Pero Louis ya ha perdido a tres bebes en dos años. ―bajo su mirada, viendo al suelo. ―No quiero que se vuelva a embarazar. 

El ojimiel tragó en seco con vergüenza. ―Lo lamento. 

Harry y Louis se habían enterado que iban a ser padres por primera vez hace dos años. Oh, todo había sido tan inesperado, estaban tan felices y emocionados. Habían comprado su propia casa con ayuda de sus padres y lo primero que hicieron fue comprar muebles para la recamara de su primer bebé.  

Todo se volvió triste cuando a las once semanas de embarazo, Louis tuvo un aborto espontáneo.

Sus sueños se habían derrumbado y junto con ellos, Louis. 

Su pequeño Ángel de ojos azules había caído en una terrible depresión, a tal grado de tener que tomar tranquilizantes. Cada día que veía o pasaba por la habitación de su hijo, lloraba sin parar, forzando a Harry a cerrarla con llave. 

Louis metió el cuerpo -aun sin formarse- de su primer bebé a una caja blanca y lo enterró en  su jardín. Sembrando encima de él, una rosa blanca. 

Harry nunca lo dejo o lo culpo por eso. Simplemente le había dicho que las cosas pasaban por algo en esta vida. 

Cuando Louis se enteró casi seis meses después que estaba embarazado de gemelos, su vida volvió a florecer.
Su rostro estaba decorado con una orgullosa sonrisa. Y la habitación que estaba cerrada con llave por tanto tiempo, se volvió a abrir, junto con sus esperanzas de comenzar una nueva familia. 

Pero tres meses después, Louis volvió a tener un aborto espontáneo. Y la depresión y el llanto por las noches regresaron. Así que ya era tiempo de detenerse.

Harry y Louis tuvieron una dura plática.  Ya no volverían a intentar tener a otro bebé, por el bien de Louis. 

El castaño volvió a enterrar a sus dos pequeños bebes en una caja, acompañados de dos rosas blancas. 

Estaba seguro que no se volvería a embarazar, por su bien psicológico y de salud, y si así fuera, estaba seguro que su cuerpo lo volvería a rechazar. 

―Tranquilo, ya pasó y no se volverá a repetir. 

✺✺✺✺✺✺

 ―Louis Tomlinson, ¿cierto? ―preguntó el doctor mientras observaba los documentos del castaño. 

Asintió.  

―Dolor abdominal, náuseas, fatiga, mareo... ―leyó los síntomas. ―Recuestate en la camilla y levanta tu sudadera hasta el pecho. 

Louis obedeció los pasos, caminando hasta la camilla y levantando su sudadera. El doctor se lavó las manos y se colocó unos guantes de hule. Tomo el gel y lo unto en el abdomen del ojiazul, pasando el aparato de metal sobre la piel del castaño. 

Rápidamente en la pantalla de la computadora apareció una imagen a blanco y negro que para Louis ya era conocida.  

Los ojos de Louis se cristalizaron. 

―Louis... ―dijo el doctor con una ancha sonrisa. ―Tienes veintiún semanas de embarazo. 

¿Les está gustando? :(

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Les está gustando? :(

Haganmelo saber. 

Gracias por leer ♡

À bord. [LS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora