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Sus días son repetitivos, el mismo estado de ánimo siempre, las mismas lágrimas, las noches de insomnio. No hay nada que pueda hacerlo sentir feliz y se ha acostumbrado a eso, a que lo utilicen y lo desechen, a ser abandonado, a dejarse consumir cada día con miedo a intentar algo y fracasar.

Se esfuerza cada día por seguir respirando, su madre está presente y se siente más solo, tiene miedo de que lo rechacen por ser de ésta manera, se aisla y cae más bajo, nadie se da cuenta de cuanto dolor lleva bajo esa máscara, un ejemplo de abandono fueron sus antiguos amigos, los cuales le hicieron confiar y dar lo mejor de sí para ellos, siempre ayudando a pesar de que quien más necesitaba ayuda era él.

Ha intentado miles de veces acabar con su vida; cortando sus venas, tomando pastillas.
Hubo una semana donde estaba al borde, sus días se resumían en ir a un puente luego de la escuela é imaginarse un mundo sin él, todo seguiría igual, todos seguirían su monotonía y no importaba si hay un humano más o un humano menos.
Se discutía así mismo en saltar o no, hasta que algo pareció cambiar, caminando cabizbajo pasó a chocar con alguien dejando caer sus lentes, alzó la mirada y su corazón parecía haberse detenido por unos segundos, era hermoso, su cabello negro azabache, labios delgados, y como no fijarse en esos lindos ojos oscuros de gatito, su respiración se entrecortó y torpemente se agachó para recoger los lentes ajenos, hizo una reverencia de disculpas, le entregó los lentes al chico y siguió su rumbo.
Al salir de la escuela el aire frío chocó contra su rostro, la fría y violenta brisa se mezclaba con sus lágrimas saladas, entonces corrió, corrió hasta llegar al lugar que más amaba y dejó deleitar por cada grito interno que llevaba a su mente, secó sus lágrimas y cuando estuvo a punto subió sobre el puente, se giró, cuando estuvo a punto de lanzarse unos delgados y pálidos brazos rodearon su cintura, mi boca quedó entrecerrada, mis ojos reflejaban el vacío que había dentro de mí, ni me inmute, hasta que lo escuché hablar.

- ¿Crees que vas a ser feliz si acabas con tu vida?

- Tú que sabes.

Mis palabras fueron frías, directas, ni si quiera estuve consciente de la forma en que contesté.

- Sé que estás cansado de lo mismo, pero te aseguró que esta no es la mejor solución; escapar de problemas que tu mismo provocas.

- ¿Y tú qué sabes de mi vida?, ¿estuviste aquí hace siete años cuando todo comenzó a caer?

Sin darme cuenta lágrimas comenzaron a caer incesantes por mis mejillas, mi pecho dolía y mi mirada se volvió borrosa a causa de esto.

- Solo intenta ser feliz.

- Lo dices como si fuera fácil, las personas como yo no merecen ser felices, solo gastan un espacio inevitable en la tierra malgastando el oxígeno haciendo cosas inservibles.

- Hace tres años dije que las personas hermosas no deberían sufrir, sigo sin cambiar de opinión en este momento.

- No sabes lo que dices...

- Cada vez que sientas que todo cae sobre ti, secaré tus lágrimas y reemplazaré tus lágrimas por sonrisas.

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It rains broken hearts[YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora