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Escritora: Samara García. Fb: www.facebook.com/samara.garcia.378 Twitter: SamG_Belieber.

—Yo la amo, no la puedo dejar sola, ¿Y si se despierta y no me ve? ¿Y si se deprime aún más?

—Vamos amigo, podremos bajar a la cafetería y comer algo, y luego puedes darle un beso de buenas noches y mañana venir a verla. 

Justin alzó el rostro a ella, estaba tan tranquila, cuando separó sintió el dolor de sus rodillas, al parecer había durado mucho tiempo arrodillado, pero no le importaba, le acaricio el pelo, su corazón se contrajo nuevamente, no pudo contener las lágrimas que se desbordaron por su mejilla, se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla… —Hasta mañana amor, le dijo como si ella pudiese escucharlo.

—Tengo que encontrar a la niña, si ella se levanta y no la ve, podría ser algo fatal.

James suspiró mientras se tomaba su café. —Al parecer es como si se la hubiese tragado la tierra, la niña no aparece por ningún lado. Si hubiese estado muerta, ya nos habríamos enterado.

—A menos que la hubiesen matado y… No, no pensaré en eso.

Justin tapó su rostro con ambas manos y suspiró con frustración, —si quieres te puedes ir, me quedaré aquí hasta mañana, le dijo a james.

—No tengo nada mejor que hacer, te acompañaré amigo.

—En serio estoy empezando a pensar que eres gay, no puedes ser tan incondicional.

James abrió los ojos como platos, y rompió a reír, — ¿lo confirmamos con tu modelo?

—Definitivamente no, respondió Justin agitando sus manos en señal de rendición.

Las horas pasaron realmente lentas para el gusto de Justin, james lo había entretenido bastante, de repente decía unas cosas descabelladas que lo hacían sentirse feliz de tener un amigo tan incondicional como él. Cuando amaneció, Justin y james estaban en la sala de espera, aguardando hasta que la enfermera terminara de chequear a ____.

Algo llamó la atención de ambos hombres y fue el extraño personaje que irrumpió en el hospital, ella era alta, de pelo rubio y cuerpo realmente esbelto, alta y caminaba como si el mundo completo debiera advertir su presencia. Llevaba unos lente de sol, el pelo suelto extendido por toda su espalda, y un vestido sencillo color negro ceñido al cuerpo. Lo que más le sorprendió fueron las palabras que dijo. —Buenas Tardes, dijo con voz suave…. —Estoy buscando a una chica llamada ____ Johansson. ¿Aún está aquí?

La enfermera la observó con una sonrisa, —sí, ella está aún aquí, en la habitación del fondo, pero temo que tendrá que esperar unos minutos, unas enfermeras la están revisando.

—Muchas gracias.

Ángela caminó con desanimo hacia la sala de espera, observó a dos tipos que la observaban, pero que llamara la atención era algo sinceramente normal en su vida. —James di algo, le dijo Justin sonriendo al ver la cara de impacto que tenía, —¿James? Preguntó, pero él no respondió, tenía la cara de idiota mientras miraba en dirección a la chica.

Una enfermera salió. — ¿Quiénes son los que verán a ___? 

—Nosotros, dijeron james y Justin al unísono.

—Yo, dijo la chica.

—Bien, solo puede entrar una persona, ella está en estado delicado, cualquier noticia, deberían ahorrársela para cuando este estable.

Ángela miró a ambos hombres con el ceño fruncido. — ¿Ustedes qué son de ____?

—No, creo que deberíamos formularte la pregunta a ti.

Ella bufó mientras se quitaba los lentes de sol, revelando unos ojos grises iguales a los de ____... —Yo soy su hermana.

:O

Un amor en tiempos de Guerra. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora