Lanzo un grito ahogado desde el fondo de mi garganta, un grito ensordecedor lleno de adrenalina.
Mi cuerpo moviéndose libre al compás de la música desprende calor y sudor. Las luces alocadas me desorbitan, y el gentío a mi alrededor grita y ríe con todas sus fuerzas. Me siento libre. Completamente liberada.Después de beber unas cervezas en la casa de la puerta verde, Brais y los chicos decidieron asistir a una fiesta, de la que anteriormente habían recibido invitación. Debo admitir que no me negué, pero valla que quise.
Las chicas que nos acompañaron me prestaron algo más cómodo para la ocasión. A pesar de que estamos en pleno invierno, visto un sort y un top bastante cortos y ajustados, y a decir verdad me sientan muy bien.Sentir a mi cuerpo bailar y moverse es algo liberador. Mis tímpanos ya no dan más del fuerte sonido que sale de los parlantes, pero a pesar de eso no quiero alejarme.
De pronto, el tacto de una mano con mi piel me hace sentir una extraña electricidad, pero a pesar de eso no me inmuto. En seguida puedo sentir una respiración revoloteando en mi oreja, lo que por inercia me hace doblar el cuello para dejarle más espacio a quien sea que esté a mis espaldas.
Labios carnosos besan con desesperación mi piel, y siento una lengua húmeda esparcirse deseosa por mis poros. Cierro los ojos para concentrarme aún más en todas éstas sensaciones, y es increíble lo nuevo que se siente.
En un impulso volteo, para quedar frente al mismo chico del sofá, el mismo que estaba hace un rato en la casa.Puedo observar fugazmente sus ojos verdes clavados en los míos. Sus ojos, cargados de deseo y lujuria, una lujuria que puedo sentir entrar por mis fosas nasales. Ésta vez, la sonrisa ha abandonado su rostro, y solo puedo ver oscuridad en él.
No puedo ni siquiera pensarlo, y ya me encuentro besándolo con todo el deseo que jamás pude sentir. Su lengua alocada recorre con desesperación cada esquina de mi boca.Acomodo mis brazos sobre sus hombros para acercarme aún más a su cuerpo, deseoso de más. Lentamente nos voy empujando hasta que su espalda choca con un muro, donde al hacerlo, siento su pene erecto rozar con fuerza mi pierna descubierta.
Guiada por algo superior a mi conciencia, bajo lentamente hasta quedar hincada frente a su entre pierna, donde una vez allí desabrocho con habilidad sus vaqueros, adentrando su miembro en mi boca y dejándolo llegar hasta el sitio más hondo de mi garganta.
El sabor amargo no tarda en invadir mis papilas gustativas, y unas náuseas salvajes amenazan con invadir mi sistema. Pero éstas no alcanzan a lograr su objetivo, ya que la lujuria y la perversión en mí son más grandes que todo.
Sus movimientos son lentos y llenos de placer. Sus manos se enredan en mi cabello y lo tiran queriendo aún más. Las nuevas emociones que estoy sintiendo son realmente únicas, es increíble lo nuevo que estoy sintiendo.
Cuando los movimientos comienzan a ser cada vez más rápidos me enderezo y vuelvo a besarlo, pero ésta vez es él quién decide tomar la iniciativa. Siento como su mano avanza hasta mi ingle, y tira hacia abajo de mi ropa interior, acorralándome esta vez a mí contra la pared.
Me penetra con fuerza, casi con desesperación. Siento su respiración agitada ser lanzada a mi oído, y puedo sentir su aliento a cigarrillos, ese olor que me es tan familiar. El placer comienza a apoderarse de mi cuerpo con cada movimiento, y aunque la rapidez con la que lo hace me produce un poco de dolor, el orgasmo me empieza a atacar con la misma fuerza brutal con la que él me embiste.
Ahora mi respiración está también agitada, y mi corazón late a mil por hora. Nuevamente su lengua empieza a juguetear y a dar vueltas por mi mandíbula, mi oreja y mi cuello. Para darle más comodidad, me ubico rápidamente con una pierna a cada lado de sus caderas, para comenzar a sentir un orgasmo completamente inexplicable.
Logro escuchar los silenciosos gemidos que se le escapan, y sus movimientos son cada ves más rápidos y placenteros.
Me quiebro en mil pedazos cuando el placer llega a mi cuerpo con todas sus fuerzas. El orgasmo tarda un poco más en apoderarse de él, pero cuando lo hace, otros gemidos salen de su boca, como si fuera la primera vez que siente algo tan fuerte.
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Awake[En Proceso]
Teen FictionCada vez que miro hacia atrás lo veo a él. Lo veo como un error, pero un error que debí haber cometido. "Creo que tal vez podría renunciar a todo, solo pídemelo", esa definitivamente es la mía. Él nunca me lo pidió, y yo jamás se lo dije.