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Harry se sentía de verdad irritado y cansado, la tarde lo había alcanzado y como tenía planeado había caminado por todo Londres en busca de la dichosa Musa.

Había visto muchas chicas guapas, pero ninguna había logrado esa chispa de inspiración en el.

Y por si fuera poco, además de haber caminado por horas. El café en el que se había detenido para poder descansar estaba repleto de gente, por lo que no había una sola mesa libre en el lugar.

Harry miraba atentamente a todos lados por si algún sitio se despejaba, aunque se había prometido a si mismo que si no había lugar en los próximos 5 minutos abandonaría el local.

—Puedes sentarte aquí si quieres.—Dijo una voz llamando su atención.

—¿Disculpa?—

—Hay un lugar libre aquí.—Dijo la chica señalando frente a ella en la mesa de dos plazas que ocupaba junto a los ventanales.—Veo que buscas un lugar para sentarte a tomar tu café, y puesto que este está desocupado, es tuyo si lo quieres.

—Gracias.—Dijo el muchacho con una sonrisa de alivio, en serio estaba cansado de caminar.

Harry no había prestado  atención a la muchacha hasta aquel entonces, era rubia, no más alta que el, delgada pero no al punto de ser un esqueleto y con unos ojos realmente bonitos...la chica era bastante guapa.

—Soy Maddison Bing—Dijo la rubia extendiendo su mano ante la atenta mirada del joven.

—Harry Holland—Dijo el chico medio colorado aceptando su agarre.

Habían entablado una pequeña conversación hasta que el mesero llegó para tomarle la orden a Harry, pues Maddie que ya había ordenado se tomó unos segundos para observarlo a detalle.

—Y dime Harry, ¿eres fotógrafo?—Dijo Maddison refiriéndose a la cámara que colgaba a un lado del asiento el chico.

—Si. Bueno, en realidad aún estoy estudiando.

—Genial, ¿me dejarías ver tu trabajo?— Madison era curiosa, si que lo era.

—Si me dejas tomarte una foto tal vez lo haga.—Harry no supo siquiera por qué lo había hecho, por qué había dicho aquello, simplemente su mente se lo impuso. ¿Que tal si se negaba? Quedaría como un completo tonto frente a aquel ángel.

—Me parece un precio justo.—Dijo la chica asintiendo a la petición del muchacho—Aunque te aviso que no soy muy fotogénica. Más bien soy un desastre.

—Es imposible que una chica tan guapa como tú nos e vea bien en las fotos.—Dijo Harry causando un tremendo rubor en la chica, mientras sacaba su cámara para fotografiarla.—Si no te proyectas en la fotografía es que no has conocido al fotógrafo ideal.

—Pues esperemos que haya tenido suerte y seas tu.— sentenció mirándole para sonreír ante la cámara. Aquel acto había logrado que Harry sonriera también viéndola a través del lente.

—Tu trabajo es magnífico.— Elogio Maddison Harry era realmente bueno a su parecer.

Conversaron, bebieron su café e incluso compartieron una rebanada de pastel.
Cualquiera que los hubiera visto sentados ahí, no hubiera creído que hasta hace algunas horas no se conocían. Simplemente habían encajado con facilidad.
Harry Holland era realmente divertido y su sonrisa era linda, o al menos eso pensaba la rubia.

—Se está haciendo tarde y me tengo que ir.—Dijo Maddie tomando sus cosas, lista para despedirse del joven.

—Podría acompañarte si quieres.— se ofreció el.

𝑴𝒖𝒔𝒂 • 𝐡𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐡𝐨𝐥𝐥𝐚𝐧𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora