1:02

1.1K 94 3
                                    

—¡Hey Harry!—saludó Sam a su mellizo en cuanto entró por la puerta, sabía que sería el. Siempre llegaba a la misma hora, así que no tuvo que apartar su vista del televisor.

—Hola—respondió el recién llegado para desplomarse en el mismo sillón que ocupaba su hermano.

—¿Que tal te fue en la escuela?

—Pareces mamá preguntando eso.—se burló el de cabello rizado.

—Solo quiero saber qué tal te fue en las fotografías que tomaste ayer. ¿Que tal te fue con eso?

—Bien...creo.—respondió Harry masajeando su cuello.

—¿Con eso te refieres a...?—Dijo Sam fijando la vista en su hermano, originalmente sabía que cuando preguntara por el proyecto Harry le diría que tuvo la mejor nota; como era típico de el. La indecisión de su voz revelaba que no todo había salido como lo esperaba.

—La profesora cree que he perdido el talento.— dijo Harry con algo de indignación en su voz. El nunca se preocupaba por ser el mejor, Harry adoraba la fotografía...eso lo hacía el mejor.

—¡Tonterías!—exclamó Sam incrédulo.

—Bueno, en si no cree que lo perdí.—declaró Harry soltando aire, mientras Sam lo miraba confundido esperando que continuara.— Solo piensa que me hace falta algo para que sea tan bueno como antes. Dice que perdí mi pasión en lo que hago...

—Y, ¿Cómo se supone que recuperas el talento? ¿Que no naces con el?— preguntó Sam sarcásticamente.

—Te pidió que encontraras una musa ¿cierto?—Dijo la madre de los chicos que entraba al salón. Lo había escuchado todo.

—Ajá.

—¿Una que?—esta vez era San quien le dirigía la palabra a su mamá.

—Una musa Sam, es una figura femenina de la mitología griega, una fuente de inspiración en las artes o las ciencias. Para Harry "la musa" sería aquella persona que le inspiraría al momento de tomar las fotografías, que en su mayoría serían de ella.

—¿Como se supone que encuentre una musa?—Harry estaba estresado aquello no parecía para nada sencillo.

—La musa no debe de buscarse Harry, puede ser cualquier persona. Realmente sabrás que es ella cuando la veas, será como una conexión.

—¿Entonces sólo debo esperar?

—Puedes ayudar un poco al destino y visitar lugares públicos hasta dar con ella—Dijo la mujer guiñando un ojo al muchacho.

Harry estaba consternado ¿hablaría con una extraña? Acaso llegaria diciendo "oye eres mi musa". Tonterías, aquello sonaba patético y era realmente raro. Harry no era el raro de la familia, ese era Tom ¿verdad?

—¿Mamá?— la voz de su gemelo trajo a Harry de vuelta al mundo real.

—¿Sam?

—¿Papá es tu musa?—preguntó burlón. Demonios, Harry sabía que en cualquier momento su gemelo haría aquella pregunta.

—Algo así.— afirmó frunciendo el ceño.

Al instante los gemelos Holland hicieron sonidos pretendiendo estar asqueados. Pero vamos ¿a qué hijo le gusta ver a sus padres ser románicos?

—Dejen de actuar como bebé y ayúdenme con la cena.

Camino al comedor Harry se comprometió a pasear todo el fin de semana por las calles de la ciudad. Encontrar a esa chica era vital, no había tiempo que perder.

𝑴𝒖𝒔𝒂 • 𝐡𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐡𝐨𝐥𝐥𝐚𝐧𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora