HERO [BNHA]

➤ 00.

La primera luz al despertar fue la del sol. Por la ventana los rayos se filtraron como un manto sobre su rostro, se encontró aún adormilada y logro ver en donde se encontraba. Las paredes blancas, la poca decoración, los cuadros de flores, seguramente era el hospital. Un poco mas despierta, la pequeña contemplo sus piernas vendadas, un brazo enyesado, la venda en la cabeza y el ojo cubierto.

Era una momia en miniatura.

Una débil sonrisa se instaló en su rostro. Estaba feliz de poder seguir respirando, gritar al mundo que estaba viva. Realmente viva.

La puerta se abrió. De un hermoso blanco deslumbrante, entro un hombre vestido de doctor, a su lado, la enfermera tomaba notas y al percatarse de que la niña estaba despierta detuvieron la conversación que mantenían.

— ¡Despertó!

La enfermera con poco tacto mostró su sorpresa. El doctor regaño a la empleada por su poco profesionalismo. Con calma el médico suspiro, solicito a la enfermera avisar a los padres de la niña cuanto antes, dejando a los dos en la habitación. La niña no tardo en contemplar el semblante intranquilo del médico, por lo que observaba el hombre no estaba de excelente humor. Ella espero, deseaba una respuesta a su estado. Pero el medico solo se limitó a negar con la cabeza

¿Cómo decirle a una niña, que no volvería a caminar?

— ¿Qué sientes?

Fueron las palabras del médico. La enfermera no regreso, por lo que intento relajar la situación con bromas malas, ocasionando la risa de la menor, la alegría de verle a salvo basto para sentir la culpa en los hombros del médico, dio todo por recuperar la movilidad en las piernas de la pequeña, pero desconocía el resultado de la cirugía. De acuerdo a los informes, un edificio se derrumbó a causa de un terremoto.

El cuerpo de rescate hizo todo lo posible por salvar a los involucrados, víctimas que decidieron trabajar aquel día. Poco a poco los heridos fueron en aumento, ningúno grave, solo con heridas superficiales, torceduras, golpes pero ninguno que ameritara una ambulancia.

El edificio estaba por derrumbarse, los refuerzos no resistían más y antes de que este colapsar solicitaron la autorización de la policía para retirarse. Nunca se esperó que una víctima siguiera bajo los escombros.

Solo un hombre, el símbolo de paz logro escuchar los lamentos de la víctima. Logro salvarla de la muerte.

Pero fue demasiado tarde, la pequeña perdió tiempo valioso y el cuerpo de rescate, policías y héroes se lamentaron. Ahora, después de la cirugía solo fue cuestión de tiempo para que despertara. Y afrontar la crueldad de la situación.

✿

Algo iba mal, lograba percibirlo en los rostros tan conocidos de la pequeña familia de la cual era parte. Su madre, una mujer de alta estatura, delgada, de larga cabellera brillante y unos bellos ojos le observó con temor al hablar. Meditaba cada palabra que decía, calculando cuales debía decir y cuáles no.

Ella me miente...

Su padre, un hombre calvo, de baja estatura y una gran sonrisa miraba a la pequeña con grandes ojos, buscando cualquier indicio de esperanza. Temiendo delatar su postura con respecto al padecimiento de su hija.

Él está asustado...

Su abuelo, la única persona honesta que le dio el sentido de ser ella misma, sin temor al expresarse, se encontraba callado, en una esquina de la habitación con los ojos rojos y las ojeras marcadas.

Él no dice nada...

Su pequeño mundo estaba colapsando, y ella, una niña de diez años conocía de sobra el cambio que generaban los adultos. La puerta se abrió, el doctor entro acompañado de dos cuerpos de la policía y una persona que aguardo, oculta tras la puerta.

— ¿Nos permiten un momento? Alguien ha venido a verla.

Con prisa los adultos se retiraron. Ella aguardo paciente, observando los movimientos de aquellos que eran su familia. ¿Por qué le mentían? Era más fácil decir la verdad, a ocultarla.

Pero ¿Cómo decirle que su mundo sería reducido a poca movilidad?

Una vez la familia de la pequeña salió, el doctor informo del tiempo requerido para la visita, los policías se instalaron a cada lado de la puerta, mientras la figura imponente de un hombre entraba. Por la altura del mismo bajo la cabeza al pasar, la niña abrió con sorpresa la boca sin emitir ningún sonido.

All Might

El héroe de todos los niños se encontraba delante, con su reluciente traje azul, rojo y blanco. La capa ondeante y la sonrisa en su rostro le dio la alegría de sonreír desde su despertad.

— Estoy aquí.

Las palabras del héroe sembraron la esperanza en la pequeña. Una que necesitaba con desesperación. El héroe número uno del país se presentó con un pequeño obsequio para la niña, un sencillo ramillete de lirios naranjas representando los buenos deseos.

Incomodo ante la situación, All Might busco un asiento para su considerable estatura, pero una ligera risa lo distrajo, era de aquella menor que sonreía a pesar de la adversidad, una digna sobreviviente ante la tormenta.

✿

El tiempo le dio la oportunidad de visitar a aquellos que tanto lo necesitaban. Un héroe no solo salva a las personas ante los ataques de un villano, desastres naturales, robos o secuestros; pocos son los que dan la alegría a quienes necesitan sonreír.

El hospital cerca de la prefectura de Shizuoka requería toda la alegría posible. Todo inicio como una visita, una que calmara a los medios con respecto al modo que ignoro la policía a la niña bajo los escombros.

¿Quién podía culpar al cuerpo de policía, por ignorar a una víctima sin habla bajo tal edificio de cinco pisos?

Los humanos aún con habilidades, seguían siendo humanos. Pero ante los ojos del mundo, aquello no tenía perdón. Por esa razón, el símbolo de paz, junto a un grupo de rescate, se ofrecieron a dar la visita a la pequeña sobreviviente. Solo eso, no tenían por qué inmiscuirse en el resultado de la cirugía, tampoco era necesario conocer el estado de la familia y mucho menos, saber que la niña nunca volvería a caminar.

All Might era consciente de ello. Entonces ¿Por qué volvía todos los días?

La idea surgió como publicidad para generar una buena fama a los involucrados en el rescate, dar visita de parte de los héroes a niños, niñas, adolescente, adultos al hospital para alegrar sus días. El impacto fue mejor de lo esperado, la buena reputación devolvió la esperanza a la gente y todo regreso a su ritmo.

— ¿Está bien que lo coma todo?

La pequeña observó sorprendida una caja de pastelillos que en su regazo estaba, regreso la mirada cargada de emoción a la persona que le obsequió tal detalle. El héroe solo asintió sonriente y la chiquilla río gustosa.

.

.

.

.

  ✿ 

1127 Palabras.