Capítulo lX

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Llegó el atardecer, y el sol estaba a punto de ocultarse; Vegeta se sentó a observar el horizonte, pensando en lo que sentía cada vez que Bulma estaba con Yamcha. Jamás imaginó sentir celos por nadie; aclaro sus pensamientos y confirmo algo que no se encontraba dentro de sus planes, ya estaba completamente enamorado de esa mujer.

– Deberías entrar a la casa y comer algo amigo– dijo Goku sentándose a un lado del saiyan.

– ¡No tengo hambre!

– Se lo que sientes por ella...yo siento lo mismo por Milk.

– No tienes idea de nada insecto, déjame en paz.

– Deberías decirle lo que sientes.

– ¿Para que me rechaze o se burle de mí?

– Si no lo haces habrá otro que lo haga y la vas a perder.

–¿Otro? ¿Hablas de esa sabandija de Yamcha?–  Goku levantó los hombros, después se puso en pie y fue alejándose.

Vegeta pensó en lo que le dijo Goku, tenía que decirle a Bulma lo que sentía, que cada vez que la veía su corazon palpitaba de manera acelerada, y que cuando no estaba a su lado le extrañaba demasiado; pero ¿como comenzaría? él no estaba acostumbrado a mostrar sus sentimientos tan abiertamente. El saiyan, cómo nunca , tubo miedo al rechazo ¿Que haría si ella lo despreciaba?

Se levantó y no tan seguro de lo que estaría a punto de hacer, se dirigió a un pequeño jardín donde ella se encontraba junto con Yamcha. La noche ya se había hecho presente, así que subió su mirada al cielo lleno de estrellas y se armó del valor suficiente; después la miró, lucía tan hermosa en ese vestido que resaltaba el azul sus ojos; su corazón pálpito tan rápido que parecía querer salir de su pecho.

–Niña...podemos hablar.

– ...

– Porfavor...– dijo el saiyan con dificultad, pues sentía que su orgullo se estaba doblegando.

– Está bien.

– ¡Retirate insecto!– dijo el saiyan mirando con desprecio al terrícola.

– Te veo después hermosa– dijo Yamcha poniendo sus labios en la mejilla de la joven.

– ¡Ya lárgate !

Cuando Yamcha se fue; Vegeta se puso aún más nervioso, no sabía cómo empezaría a decirle todo lo que su presencia le provocaba, y que de verdad la amaba.

– Dime, de que es lo que tienes que hablar conmigo.

–... Lamento lo de la otra noche...no fue mi intención tratarte así...– al saiyan le costaba demasiado pedir una disculpa, sentía que su dignidad se perdía con cada palabra.

– Yo mentí esa noche...yo si quería besarte...Yo...yo te amo.

El sayayin se sorprendió, no esperaba tal confección; se suponía que el era quien le diría a ella lo que sentía. Después poco a poco Bulma se acercó a él y sin pensarlo un momento más lo besó.

– ¿Tu me amas?– pregunto la peliazul separandose de él.

– ¿No fue suficiente con corresponder a tus labios para que lo sepas?

– Necesito oírte decirlo...

–¿Que más da si lo digo o no? No te basta con saberlo.

– No, no basta y si no puedes decir lo que sientes por mí, me voy– Bulma se dispuso a irse, pero él la sujeto de la mano.

– No te vallas...porfavor...me cuesta mucho decir lo que siento; fui criado así, en donde los sentimientos son señal de debilidad, se que soy un egoísta orgulloso...– la acercó a él tomándola por la cintura y la beso tiernamente como jamás había besado a nadie en su vida– esto es lo que puedo ofrecerte; demostrartelo con acciones...sin palabras...

Mi princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora