Capítulo XlV

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-Estoy tan contenta...desearía que siempre fuera así- dijo la peliazul abrazando al saiyan.

-Lo será...yo siempre voy a amarte.

- Y yo a ti...- dijo ella fundiendo sus labios con los del saiyan; y en un instante comenzaron a desnudarse lentamente.

En estos dos días el sayayin y la princesa se entregaron completamente, al grado de conocer cada lunar y cicatriz que adornaba sus cuerpos.
Vegeta estaba fascinado con la belleza de su mujer; cuando la ropa se delizaba suavemente dejando a la vista su desnudez; admiraba cada trazo de su figura, el contorno de sus curvas y la belleza de ese rostro angelical; realmente lo habían vuelto un esclavo ante sus encantos...

Todo parecía perfecto...pero en la mente de Bulma un pensamiento no dejaba de atormentarla; su padre aún estaba en Neudum, y aunque se encontraba protegido por Bardock y Raditz, sabía que Broly no se daría por vencido, haría lo que fuera necesario para lograr su cometido.
Ella se sentía culpable de sentirse tan feliz; mientras su padre tal vez necesitaba de su ayuda...tal vez se encontraba en peligro...

-¿En que piensas mi princesa?- Vegeta la miró pensativa, y en ese instante aún recostado en la cama, abrazó su espalda desnuda.

- Tengo que regresar a Neudum... mi padre me necesita...

- Está custodiado por Bardock y Raditz, estará bien...- beso su frente tratando de tranquilizarla.

- Yo sé que me necesita...lo sé...- dijo la peliazul y de repente comenzó a llorar al sentir un mal presentimiento dentro de su pecho.

-No...no irás a Neudum ¡yo iré y tú te quedarás! no podría soportar si algo te sucede...yo moriría si llego a perderte- el saiyan la sujeto más fuerte.

- Iremos juntos...

- No mi princesa...cuando Goku llegue, iremos a Neudum...él y yo.

- Pero...

- Déjame protegerte- dijo el Saiyan interrumpiendola.

Comenzó a besar su cuello y ella se dejó llevar; nuevamente hicieron el amor.
Ya exahustos se dieron una ducha juntos; después se vistieron y esperaron la llegada de sus amigos en la sala; todo se escuchaba tan tranquilo, hasta que un fuerte estruendo los asustó. Se levantaron rápidamente y se asomaron por la ventana; no se distinguió absolutamente nada, estaba demasiado obscuro y los árboles bloqueaban la vista al horizonte.
Decidieron salir de la casa; Vegeta tomo la mano de Bulma, y la colocó tras él; caminaron sigilosamente, pero con curiosidad por saber que es lo que estaba pasando.
Cuando se acercaron a donde provenía el ruido; se encontraron con una pequeña nave en forma de esfera.

- Quédate detrás de mí...iré a revisar quién está dentro- dijo el Saiyan y se acercó; abrió la nave con un poco de esfuerzo y lo que vió lo dejo sin palabras.

-¡Es Raditz!...¿Esta muerto?- pregunto la peliazul.

- No...no lo sé...

-... Goku- dijo Raditz recobrando la conciencia

En ese instante Raditz comenzó a despertar, trato de levantarse, pero no lo logro, cayó al suelo.
Vegeta lo levantó y recostó su cuerpo cerca de un árbol.

-. ¿Que demonios pasó? - pregunto Vegeta.

- Broly...nos atacó...- se esforzaba al hablar, sus heridas eran demasiadas, y su cuerpo estaba cubierto en sangre ya seca - ...mató a mi padre...lo mató- comenzó a llorar.

- ¿Y mi padre? ¿Que pasó con él?...¿Está bien?- pregunto la peliazul con desesperación.

- No...lo sé...estaba inconsiente cuando huía...lo siento

Bulma cayó al suelo, deseando que su padre estuviera bien; lamentaba haberlo dejado solo.

- Iré por el...lo prometo- dijo Vegeta levantando a la peliazul.

- Tengo miedo...si Broly le hizo algo...- Bulma lloró inconsolable, pero el saiyan con sus manos trato de secar las abundantes lágrimas que emitían sus bellos ojos y le dió un beso...

Después Vegeta puso el brazo de Raditz al rededor de su cuello, y lo ayudo a levantarse; se dirijieron a la casa; pero nuevamente un estruendo los detuvo, este se escuchaba aún más fuerte que el primero, pues la velocidad con la que se impactó era demasiada.

Miraron en dirección a la nave; la cual se abrió poco a poco. Jamás hubieran imaginado que el ser más despreciable se encontraba dentro...con su tipica sonrisa diabólica decorando sus labios.

- No sabes cuánto te extrañe mi princesa...

Mi princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora