Un cielo gris, lluvia, un paisaje de película y un angustiante sentimiento de nostalgia y melancolía abarcando mi corazón.
El cielo está gris, las nubes vienen y van, moviéndose por el oscuro cielo de manera elegante y violenta, una danza llena de angustiantes sentimientos, como los que se acoplan en mi pecho en esté preciso momento.
Las gotas de lluvia golpean la superficie de cemento, mientras el resonar de estás se escucha levemente al golpearse en esas piedras con nombres gravados, un sonido que al cerrar los ojos me llena el alma. Las gotas golpean de igual manera mi cuerpo, y el frío de estás me hace sentir algo para variar.
Abro los ojos, sacando la mano que descansaba en mi bolsillo para tomar el ramo que tenía sujeto sólo la izquierda con ambos.
Miro al nombre grabado en cemento delante mío."Sakunosuke Oda."
Nunca había visto un nombre tan hermoso, plasmado de manera tan fría. Dejo el ramo delante de este, junto al insiencio que se apagó gracias a la lluvia.
Las flores blancas brillan gracias a las gotas, que todas elegantes y egoistas se deslizan por sus pétalos, cayendo al suelo, y perdiéndose en un fin de otras gotas.
Este día te traje Lirios, Odasaku. Pues la chica de boba sonrisa en la floristería me dijo. El lirio es símbolo de vida eterna después de la muerte, al menos eso puedo desearte, ¿Verdad?.
Miro a la lapida a tu lado, notando tres ramos de rosas rojas junto al bello nombre de una mujer, el primer ramo de un pequeño tamaño, un arreglo simple de 10 rosas, que perdieron su belleza al marchitarse y quedar de tonos palidos, su belleza, más no su elegancia. El segundo no es más grande que el que describí primeramente, más hay una diferencia, los pétalos aún no han caído y su color rojo se aprecia débilmente, dando por sentado que perderá su belleza en cualquier momento. Y el tercero, sus petalos de un rojo vivo, bañando en las gotas las cuales se acomodan en ellos. Se nota que ese ramo no lleva ni dos días allí. Alguien le trae rosas a esa mujer cada cierto tiempo, quizás porque en vida eran las flores que más le gustaban.
Vuelvo a mirar tu nombre tras ese pensamiento, ¿Cuál eran tus flores favoritas, Odasaku? Es una pregunta que ya no puedo hacerte, lo cual me duele en el alma.
En su momento quizás lo haya visto como algo insignificante, pero ahora, simplemente quiero saber cuales eran. Para no adornar tu lecho con diferentes flores cada semana, de las no estoy seguro, ¿Te gustan?¿Las detestas?¿Eres alérgico a alguna?. Realmente debimos tener más conversaciones triviales.Volteo con la intención de irme, observando al hombre parado detrás mío. Uno hombre de cabellos negros y ojos verdes que simplemente me miraba con una sonrisa. Su larga gabardina medio mojado cerca de las rodillas, y su cabeza protegida por un paraguas, el cual sujeta con su mano derecha mientras con la izquierda sostiene un nada ostentoso ramo de rosas.
— Buenas tardes. —Saluda pasandome de largo, acercándose a la fría piedra a lado de la tuya. Poniendose en cuchillas para depositar el ramo en está.— Perdón por no venir ayer, amor. —Se disculpa para luego levantarse y mirarme.— Perdón por quedarme mirándolo. —Se disculpa a lo que yo guardo mis manos mojadas en mis bolsillos.
— ¿Puedo preguntar la razón de su atenta mirada?. —Pregunto yo con una ceja en alto y para nada buena actitud.
— Supongo que las personas dolidas llaman la atención. —Respondió en una risa, llevando la mirada hacía donde tú descansas— ¿Era un buen amigo?
— De los mejores. —Respondí sin pensarmelo.— ¿Era su esposa?. —Pregunté y él sonrió dolido. Tenía razón, las personas dolidas llaman la atención.
— Si, hoy cumple un mes. —Respondió guardando su mano libre en su abrigo negro.— ¿Le gustaban los Lirios?. —Preguntó dirigiendo su mirada al pequeño ramo que te había traído.
— No sé… —Respondí yo quedo.— realmente no tuve la oportunidad de pregutarle. —Confieso yo, viendo tanto los Lirios, junto con los Narcisos y Claveles que había traído semanas anteriores.
— Ya veo. —Respondió riendo, la risa de alguien que ríe con nostalgia.
— ¿Le gustaban las rosas?. —Pregunté yo y él negó.
— La verdad en 2 años de matrimonio no se me ocurrió el preguntarle. —Respondió sincero.
— ¿Por qué le trae rosas?. —Pregunté curioso, preso de una profunda conservación con un completo desconocido.
— Porque le quedan. —Respondió él casi de inmediato.— Era una mujer romántica, elegante y sumamente hermosa. Si cada que veo las flores me recuerdan a ella, ¿Por qué no traerle de mis flores favoritas para ella? —Sonreí ligeramente a esa inocente respuesta.
— Un placer. —Dije volteando a lo que el hombre asintió volviendo su atención a la tumba de esa mujer de rosas.
Yo seguí caminando, perdido en la lluvia que poco a poco iba cesando. En tantos años juntos jamás pensé en hacerte esa pregunta. Quizás debería buscar la que mejor te quede, como un mísero acto que podre hacer por ti.
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Bueno no tengo forma de hacer portadas así que ahí queda.(?)
Dedicado a marcev27 y -Arizu porque pese a TODO se las quiere. Antes que me vengas con que no vas a leer Marcev, hazlo y verás.
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Flowers on his grave.|One-shot|(Odazai, BSD)
Fiksi Penggemar_ Una pregunta que ya no podré hacerte. (Bungo Stray Dogs no me pertenece, sólo usé los personajes para la historia Créditos por la imagen de la portada a su respectivo/a autor/a)