Un hombre de cabello marón y ojos verdes iba y venía por la casa, preocupado al ver la hora y no saber dónde estaba su hija.
Después de unos minutos logro calmarse y tomar asiento en el sofá donde estaba su hijo menor, entre dormido y confundido al ver lo inquieto que estaba su padre.
El sonido de una puerta abrirse llamo la atención de los dos, dirigiendo inmediatamente su mirada a la entrada. Encontrándose con una niña de largo y salvaje cabello rojo y caídos ojos.
El hombre al ver la apariencia de su hija le tapo los ojos a su hijo, lo cargo y lo acostó en su habitación. Él era demasiado pequeño para ver tal cosa.
Cuando llego a la sala encontró a su hija en el mismo lugar. Apretó la mandíbula e hizo fuerza para no llorar. Ya eran varias Las veces en que su hija volvía a la casa con golpes o moretones, pero jamás algo tan grave.
Con lentitud se acercó a la niña y con el mayor cuidado la alzo en sus brazos y corrió al baño. Al llegar la deposito en la bañera y abrió la canilla de agua fría, la desvistió y dejo que sus heridas se limpiaran y refrescaran con el agua.
En menos de un segundo el agua se transformó en sangre que goteaba por el diminuto cuerpo de la niña de tan solo 10 años.
Después del baño la recogió con suma delicadeza y la seco con toques suaves, la llevo a la otra pieza y la vistió, vendo sus heridas y la sentó en la cama, sentándose enfrente ella.
¿Qué paso?- pregunto casi susurrando escondiendo el dolor y la impotencia de ver a su pequeña en ese estado.
La niña no respondió solo siguió mirando el piso, el blanco piso. Levanto la mirada para encontrarse con los cristalinos ojos de su padre. Que se sentía impotente al no poder ayudarla y protegerla como él querría.
Al ver el mal estado de su padre se acercó a él y tomo su mano. Al encontrarse con la mirada del hombre le sonrió y susurro un débil: "estoy bien"- cuanta mentira.
¿Pero qué podía hacer? ¿Decirle a su padre, el hombre que tanto se preocupaba por ella, que 10 monstruos la esperaron en la salida, la corrieron hasta acorralarla en un callejón y ahí golpearla y apedrearla como si ella hubiera cometido el peor de los pecados, que fue nacer?
"Estoy bien"- volvió a susurrar, pero esta vez no se lo dijo a su padre más bien parecía decírselo a sí misma, intentando convencerse que lo que le pasaba no le dolía.
"Estoy bien"- susurro entre cortada con ya lagrimas formándose en sus ojos queriendo salir y decirle a su padre que no era cierto, que nunca estuvo bien y nunca va estarlo.
El hombre al ver como la figura de su hija temblaba la abrazo con fuerza intentando contenerse para no llorar.
En ese mismo momento la niña se abrazó a la figura de aquel hombre y grito con fuerza. Grito todo lo que no grito cuando la golpeaban. Grito todo lo que no grito cuando sintió las afiladas piedras hundirse en su carne. Grito por el dolor de aquellas heridas ahora vendadas. Grito por ser tan débil y no defenderse, grito por que no podía hacer más nada que gritar.
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Lo que el corazón calla.
PoetryCallamos tantas cosas, que terminamos ahogados con nuestras propias palabras. Sentimos que nos arde la garganta, nos lloran los ojos, y se nos cierra el corazón. Quedamos atrapados en una cárcel llena de ansiedad y miedo. La mente nos pide pensar fr...