It is Happening III

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Para cuando empezó a ser incapaz de levantarse de la cama durante todo un día la situación comenzó a ser aplastante.

Intentaba verse animado muy a pesar de sentir como la muerte tocaba la puerta.

La manera en que tiraba el picaporte.

Tony creyó verdaderamente que su vida podría no cambiar mucho, rechazó todo aquello que lo llevara a una vida que no quería tener.

Ahora sabe que eso es una completa mentira. El deterioro era inevitable.

La vida se le iba de entre las manos y no podía hacer ni una mierda por ello, ni por su marido o por su hijo. Los veía irse con él.

Y ahí, acostado en la tediosa cama no le quedaba de otra más que sufrir, su cabeza punzaba, su equilibrio se había ido al carajo y una simple ecuación le costaba lo que no estaba escrito.

Una ecuación que con seis años hubiera resuelto mientras jugaba con algún juguetillo.

El castaño miró sus manos suspirando.

-Señor Stark, creo que sería conveniente que tome asiento -.

¿Un mal comienzo? Totalmente. Un doctor no suele decir eso para darte la mejor noticia de tu vida precisamente.

Su corazón latió expectante, con un miedo que se le hizo familiar.

Había decidido que ir con un médico era lo mejor cuando sus mareos se hicieron recurrentes. No le dijo a Steve, claro que no, podía ser nada, no lo preocuparía por una estupidez. Y es que muy en el fondo tenía la esperanza de que fuese otro bebé...

Sorpresa, sorpresa, no era nada de lo esperado.

- No es tratable - sentenció con rostro neutro el de bata blanca. Tony asintió estando y no estando, escuchando y no haciéndolo - Recomiendo la quimioterapia intensiva inmediatamente, esta entrando en la ultima etapa, pero se podría mínimo alar...-.

-¿Cuánto tengo si no la tomo? - interrumpió el genio con voz cansina.

El gesto en el doctor se torció inconforme - No lo recomiendo, para nada -  pero su paciente pareció importarle más cualquier cosa menos eso - Pero si no se lleva la quimioterapia, la esperanza de vida disminuye casi en un sesenta porciento - alertó serio.

Ya daba igual sinceramente. Moriría de igual manera.

Estaba jodido.

-No es justo...- se quejó con voz rota.

Carajo, no lo era.

Tony Stark, el niño genio que nunca tuvo amor de sus padres, creciendo con el cariño de su mayordomo, para que cuando sus padres murieran él se sumiera en adicciones y cuando por fin había podido salir de estas, Jarvis muriese, arrastrándolo de nuevo. Viviendo solo y ebrio, hasta que en medio de esa rutina lo secuestraron.

Le torturaron, y él se convirtió en Iron Man, se convenció que podía ser más que un borracho millonario, así lo sintió en la iniciativa Ultimates, donde por accidente encontraron al buen Capitán América congelado mientras buscaban a su compañero Hulk en los polos. 

Sintió amar a su compañera de equipo, la mujer más sensual del mundo, Natasha Romanoff. El sentirse amado lo llevó a pedirle matrimonio ni bien supo que la idea le agradaba. Se enteró poco después que en el equipo había un espía. 

Con miedo investigó y encontró. 

El dolor que sintió en su pecho fue lacerante al momento en que vio como encerraban a su prometida. No fue difícil deducir que la bebida fue su bálsamo, lo que le mantuvo a flote, en lo único que podía confiar realmente. 

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⏰ Última actualización: Apr 25, 2019 ⏰

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