Park Chanyeol es un inspector de policía que, después de arruinar una redada, se vio obligado a buscar un caso nuevo en un sótano lleno de expedientes sin resolver, terminando así por toparse con un archivo que detallaba la historia de un burdel, ll...
Chanyeol sabía que lo había jodido todo, con una "J" mayúscula; lo supo cuando miró los ojos del comisario Son, y este, disgustado como él mismo, dio la vuelta y se marchó, sin decir una sola palabra.
Otro caso perdido, otro archivo sin resolver.
La lluvia emanaba incesante desde varias nubes negras que cubrían el distrito de Pyongyang, su cabello estaba totalmente húmedo, caía por su frente, y aún tenía ese asqueroso olor a tierra mojada que había adquirido al revolcarse en un terreno lodoso cuando intentaba atrapar al culpable; nudillos ensangrentados, un labio roto, y un arma descansando en su mano derecha daban hecho a lo ocurrido. Aún quedaba una sola bala.
—Vamos, Chan, debemos despejar la zona antes de que lleguen los forenses. —susurró, en tono comprensivo.
Chanyeol no tenía ánimos de nada, ni de la lástima con la que Baekhyun le hablaba, ni de despejar la zona, y mucho menos de aceptar su derrota: estaba furioso. Hacía dos meses que trabajaba en este caso sin detenerse, siguió el protocolo correspondiente, investigó, cuestionó, detuvo, interrogó, e incluso torturó a quien fuese necesario para obtener información. Pero al final, lo único que consiguió fue haber sido ridiculizado de nuevo frente a todo el cuerpo de policías.
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