Caminaba por las húmedas calles de Londres, aspirando la suave brisa mañanera, pasos torpes y apresurados que hacían que mis botas con tacón se doblaran de vez en cuando. Mi libro bajo mi brazo, y mi cabello absolutamente hecho un desastre cayendo por mi cara.
Mi cabeza se levantaba algunas veces, estirando mis labios en una sonrisa cada y que una persona conocida se cruzaba en mi camino.
La pequeña biblioteca comunitaria en el lugar donde vivía era siempre muy aburrida y sola, pero los padres en el verano buscan sacar a sus hijos de sus casas el tiempo más alargado posible, enviándolos a cursos de lectura en ella, lo cual era un martirio total para todos los que trabajaban en aquel asombroso lugar.
Doblé la última esquina que me quedaba, viendo las grandes puertas de madera, lance un suspiro agotador y me adentre en la silenciosa construcción. Un aroma ya conocido llegó a mis fosas nasales, papel y café.-¡Pero si ya llegó mi impartidor de clases favorito!.
Sonreí y di doble beso en la mejilla de la muchacha frente a mi.
-Hola Ericka, perdón por la tardanza, me levanté un poco tarde...
Sonreí al notar como la delgada rubia delante de mí rodaba los ojos.
-El primer día Harry, el primero.
Asentí.
-Yo lo sé, pero estaba muy acostumbrado a llegar aquí a las 11, no a las 9.
-Cómo sea.
Sonrió.
-Es mejor que vayas a tu grupo de adolescentes, ellos en verdad están muriendo.
Hice una cara de asco.
-¿Tan malos son?.
La rubia negó y luego asintió repetidas veces.
-Siempre me dejas los peores.
Ambos reiremos y comencé a caminar en dirección a un pequeño salón, escuchando ruidos y voces.
-¡Buenos días!.
Abrí la puerta y sonreí a todos los adolescentes que me veían mal, nadie me respondió.
Aclare mi garganta un poco y camine hasta el pequeño escritorio frente a todas las mesas.
-Mi nombre es Edward, soy su maestro en este pequeño taller.
Sonreí a todos, pero ellos no hacían nada más que mirarme raro.
-¿Quien está aquí por voluntad propia?.
Nadie levantó la mano, todos se miraban unos a otros con caras de curiosidad.
Asentí.
-Bien, ¿Quien está aquí porque lo obligaron sus padres o tutores?.
Todos levantaron la mano y rieron un poco, sonreí.
-Está bien, entiendo... ¿Alguna pregunta para mi?.
Sonreí y algunos levantaron la mano, le di la palabra a un niño pelirrojo.
-¿Porqué usa ropa tan... llamativa?.
Reí un poco y le di la palabra a una niña de cabello corto y negro.
-¿Cuantos años tiene?.
Hice una seña de que esperara y le di la última palabra a un niño moreno con ojos avellana.
-¿Que vamos a hacer?.
Sonreí.
-Bien, respondiendo a las 3 interesantes preguntas que me hicieron: Me visto así porque me parece que es lindo el estilo que tengo, es llamativo y muy único... me gusta un poco lo extravagante.
Sonreí.
-Segundo, tengo 37 años.
Algunos de los jóvenes abrieron la boca sorprendidos.
-¿Que pasa?.
Reí por sus expresiones.
-¡Usted no parece de 37, se ve de 25!.
Un par de niñas gritaron desde la parte de atrás.
-Gracias por su lindo comentario.
Sonreí y hice una reverencia hacia ellas.
-Tercero, hoy vamos a hacer un gafete con su nombre y les leeré el libro que vamos a estar trabajado este taller.
Todos asintieron aburridos.
-Ola de nombres.
Todos hicieron muecas de aburrimiento y tal vez enfado.
-De derecha a izquierda, un, dos, tres, ya.
Junté mis manos y puse completa atención en los rostros de todos los jóvenes.
-¡No olviden incluir su edad!.
Grité de que el primero comenzara.
-Soy Laura, 14 años.
-Christian, 15 años.
-Peter, 14 años.
-Leslie, 15 años.
-Brandon, 16 años.
-Michelle, 14 años.
-Arturo, 16 años.
-Julieta, 15 años.
-Daniel, 16 años.
-James... 15 años.
Asentí un poco.
-Los materiales que necesitan para hacer todo están en sus cajones.
Abrí el viejo libro en mis manos.
-Dos aclaraciones.
Hablé viendo como todos seleccionaban sus materiales.
-La historia se desarrolla en Rusia, lugar que es muy frío, y Segundo, voy a leer el libro como si yo fuera el protagonista, ¿Entendido?.
Todos asintieron en silencio y comenzaron a recortar y dibujar su gafete.Mi corazón de acelero al leer la pequeña firma en la esquina de la hoja, tan precisa y delicada, la acaricié con mis dedos y miles de recuerdos volvieron a mi mente, como si lo estuviese viviendo en carne propia una vez más, las desgastadas hojas de papel entre mis dedos se sentían frágiles, la tinta un poco manchada y descolorida de las letras, pero aún se alcanzaba a leer a la perfección.
Solo esperaba que estos niños pudieran aceptar y procesar ambos personajes de la historia, de mi historia. Solo quería que ellos supieran que es el amor.
ESTÁS LEYENDO
P r o h i b i t e d | L.S |
FanfictionOh amada Rusia. Tan fría como el corazón de la peor mafia que habita en ti. Tan caliente como el amor que se vive en el. Oh amada Rusia, déjame verte a los ojos y llenarte con mis lágrimas. "Ten Piedad de mi, déjame vivir por ti, déjame vivir po...