P r o h i b i t e d | L.S |

2

Claramente nada podía mejorar con el tiempo a menos que tú quisieras, tuvieras las condiciones para aceptarlo y cambiar tu mismo... algo que yo no tenía.
Cerré los ojos tratando de despejar mi mente de los absurdos pensamientos que me atormentaban día a día.
¿El amor va más haya de la muerte?.
Me pregunté, frunciendo el ceño y mirando las copas de los árboles moverse, el helado viento moviendo mi cabello, colándose por mi ropa y haciendo enrojecer mi piel.
Voltee a ver mis manos, recordé la calidez y el tacto que tanto me hacían sentir vivo, tracé las caricias que alguna vez me hicieron sentir amado.
Lance un fuerte suspiro y recargue mi espalda contra el respaldo de la banca.
¿Podía alguien arrepentirse de por vida el haber tomado un decisión tan incorrecta?, la respuesta es si, me quedo perfectamente claro desde el primer momento que lo realice.

Desde el primer momento que tome tu mano me di cuenta que la quería sujetar para siempre.

-¡Otra vez temprano!.
Sonreí viendo a todos.
-Comience a leer, entre más rápido más cosas nos cuenta.
Gritaron un poco, yo reí.
-Deberían de relajarse un poco, aún les tengo que explicar la actividad de hoy.
-¡Dígala!.
Todos gritaron en un coro.
-¡Bien!.
Grite riendo un poco y comenzado a buscar donde me había quedado.
-Hoy van a escribir una carta a su compañero de adelante.
Todos se voltearon a ver confundidos.
-Díganle lo que opinan de él, lo bueno y lo que les agrada, díganle lo maravilloso que es.
Todos seguían con el ceño fruncido.
-Lo que quiero lograr es que vean la belleza de cada uno de ustedes, independientemente de lo que hagan, piensen u opinen, todos deberíamos ser seres humanos buenos.
Todos asintieron.
-Comienzo a leer.
Sonreí al ver como todos asentían emocionados.
Reí un poco.
-Yo opinó que la juventud no está perdida.
Susurre un poco.

•••

Cerré los ojos, acostándome sobre la cama hecho un desastre, repitiendo una y otra vez la canción que hace algunas horas había gozado con Louis, no me sorprendería si mis padres vienen a reclamarme que le cambie de una vez por todas, no me importaba.
Después de todo, yo lo había tratado mal, él no me agradaba, dejando a parte lo engreído y estúpido que era, él me hacía sentir cosas que no me gustaban, ¿Como querer algo que te hace sentir incomodo?, no se podía.
Pero por alguna extraña razón, su sonrisa, su risa y sus ojos... su voz y...
Golpee mi cara con lo manos, esto definitivamente no estaba funcionando, suspire con frustración. Jamás había sentido esto, tal vez son solo síntomas de que alguien no te agrada.
Rasque mis ojos un poco agresivo, y trataré la canción que estaba sonando, no quería volver a sentir el extraño malestar en mi estomago, no quería tener que volver a compartir tiempo con el, ni aunque Madre y padre me obligaran.

Pasaron bastantes días, no había tenido contacto alguno con ese hombre, mis padres siquiera lo mencionaban, todo había vuelto a la normalidad.
Me la pasaba leyendo, escuchado música, dibujado y observado las horribles nubes que cubrían todo los días el hermoso cielo.
Debía admitir que la mayoría de los días me los pasaba de mal humor, estar encerrado en la casa por tanto tiempo me tenía ansioso, más de lo normal.
Todos los días en casa eran tranquilos, nadie hacía ruido, Gemma es lo suficientemente mayor para hacer cosas que no requieren de ruido y yo, a mi no me gusta el ruido, ¿Porque debería hacerlo?.
Estruendosas carcajadas de Gemma comienzan a escucharse por toda la casa, al principio no le di importancia, solo eran risas, pero después de algunos -muchos- minutos, me coloqué de pie y camine hacia el pasillo, esperando encontrar la fuente de esas ruidosas y nada tranquilas risas, camine un poco, rascado mi bazo en el proceso, llegue a la habitación de mi hermana, toque varias veces la puerta, pero no hubo una respuesta.
Gemma y yo siempre somos muy unidos, contándonos todo y siendo tolerantes uno con el otro, así que en realidad no había necesidad de pelear con ella, simplemente abrí la puerta y desde el umbral de madera me dispuse a hablar.
-Hola Gemm, perdón que pase así, pero no me respondiste cuando toqué, yo solo quiero a pedirte un poco más de silencio, sé que está también es tu casa, pero en realidad no disfruto mucho del escándalo, lo sabes... bueno, eso es todo, sigue pasándola bien.
Comente todo, viendo hacia el piso, los amigos de mi hermana siempre me habían hecho sentí incómodo, no en la manera en la que Louis lo hace, si no, ellos en verdad se me quedaban viendo mucho y se reían de mi, prefería no tener contacto con alguno de ellos.
Cerré la puerta, comencé a escuchar susurros y alguna risas, no le di importancia y seguí caminando hasta llegar a mi habitación, donde retomé las cosas que hacía, continué dibujado una perfecta mariposa.