Cambio drástico de la mañana a la tarde en mi manera de andar por la calle. De apresurado y casi callándome por la prisa, a clamado y relajado, viendo cómo todas las personas caminaban tranquilamente por la calle.
Los árboles no se movían para nada, no era una noche con mucho viento, aunque aún seguía siendo fresca y relajante.Acomode mi cabello detrás de mis oídos y suspire, extrañaba ser joven, extraña poder hacer tonterías sin preocuparme lo que pasaría después, los viejos tiempos se echan de menos en la soledad de tus pensamientos, miles de recuerdos y millones de sensaciones, las cuales jamás podrían volver, jamás volvería a sentirlas.
Camine un pequeño lapso de tiempo más, llegando a casa y sintiéndome cálido una vez más, los días no eran agotadores, no para mi.
Sonreí viendo por la ventana, recordado las mismas estrellas de hace 20 años, en el mismo orden, con el mismo significado.Las estrellas son como tus lunares, difíciles de contar pero fáciles de admirar.
7:30 de la mañana, saliendo de mi casa, hoy no había retraso, coloqué mis lentes y me dispuse a caminar fuera de la puerta. Prestando atención a pequeños detalles que habían cambiando del día anterior, porque así es la vida: aveces parece rutinaria y sencilla, parece que ya te la sabes de memoria, pero no es así, siempre hay pequeñas y nuevas cosas que observar, cosas que podrían no tener un significado o importancia relevantes, pero definitivamente vale la pena prestarles atención y apreciarlas.
-¿Que les diste ayer?.
Fruncí el ceño y coloqué el azúcar en mi café.
-Un gafete.
Dije meneando delicadamente el líquido caliente entre mis manos.
-¡No eso, Harry!.
Sorbí un poco del café.
-No se de que me estás hablado.
Tome el libro con la mano libre.
-¡llegaron desde hace 15 minutos!.
Gritó con una enorme sonrisa.
-¿Mis alumnos?.
La chica delante de mi, siempre se empeñaba en hacerme enojar o confundir.
-¡Si!.
Abrí los ojos.
-Dios mío, los estoy haciendo esperar.
Comencé a caminar al salón.
-¡Me tienes que dar la receta!.
Gritó antes de que entrara al salón.
-¡Buenos días!.
Todos voltearon a verme y sonrieron.
-Hoy llegaron temprano....
Hablé al mismo tiempo que me sentaba en la vieja silla de madera.
-No está tan mal como creíamos.
Arturo comentó con diversión.
-Claro que no está mal, soy un excelente profesor.
Sonreí y todos asintieron.
-¡Bien!, hoy... vamos a hacer un dibujo... un dibujo del libro que les estoy leyendo, lo que se imaginen que va a pasar o una escena, lo que quieran, no olviden incluir su nombre.
Todos asintieron comenzado a sacar los materiales.Coloqué mi café en un extremo de la mesa, tomando el viejo libro dentro mis manos, abriendo las páginas hasta donde estaba su pulsera como marcador, la acaricié y sonreí, quitándola de las frágiles hojas.
-Comienzo...
Susurre admirando el maravilloso silencio en el salón, todos realmente interesados en escuchar un poco más del libro, sonreí y aclaré mi garganta, comenzando a leer.•••
Mis brazos permanecían cruzados en mi pecho, la mitad de mi cuerpo entre las mantas, con el ceño fruncido y claramente enojado.
-Tienes que bajar, Harry.
Padre se sentó a mi lado.
-Te he dicho que no, ustedes permitieron anoche que ese... médico.
Comente con desprecio en la última palabra de mi oración.
-Entrara a mi casa, a mi habitación...
Bufé y voltee los ojos.
-Era el único médico que teníamos a la mano, Louis es un buen muchacho responsable, lo menos que podríamos hacer para pagarle es invitarlo a desayunar.
-¡Deja de mencionar su estúpido nombre en mi presencia!.
Golpee la cama con mis puños.
-¿Que tienes en contra de él?.
Apreté los dientes.
-El no está a mi altura.
Volví a cruzar los brazos.
-El está a nuestra altura Harry, deberías de dejar tus prejuicios a un lado y por lo menos hablar con el.
-No quiero hablar con ese patético hombre.
Padre bufó, señal de que estaba perdiendo la paciencia.
-Bajas o estás castigado, es mi última palabra.
Abrí la boca indicando, viendo como salía de la habitación.
-¡Pero padre!.
Grite lanzando una almohada contra el suelo.
No estaba dispuesto a convivir con personas que no son de mi agrado, bufé tratando de indagar en mi mente los castigos que mi padre me podría dar...
Sin salir de compras... no televisión... no hablar con mis amigos de otros lugares por teléfono... no postres...
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P r o h i b i t e d | L.S |
FanfictionOh amada Rusia. Tan fría como el corazón de la peor mafia que habita en ti. Tan caliente como el amor que se vive en el. Oh amada Rusia, déjame verte a los ojos y llenarte con mis lágrimas. "Ten Piedad de mi, déjame vivir por ti, déjame vivir po...