Penguin Daycare ✧CHANSOO✧

5. 바보

Debido a unos problemas de tiempo, por dos días YooRa fue la responsable de pasar por YonKoon a la guardería. ChanYeol iba por su pequeño pasadas las diez de la noche  a casa de su hermana.
El segundo día, antes de ir por él, tuvo que hacer las compras porque era ese momento o nunca y bueno, YonKoon no se alimentaba de aire. 
Pasó por el supermercado al  que acostumbraba ir. Hizo sus compras con algo de prisa pero llevando todo lo necesario en su carrito.
Cuando llegó a la caja registradora, reconoció desde donde estaba, al hombre que se disfrazaba de réptil extinguido, junto a otro hombre que no había visto nunca. Ambos esperaban a ser atendidos para pagar sus compras; sin embargo eso no era lo raro, fue la manera en que sus manos se entrelazaban la que impactó a ChanYeol.

Éste salió antes del supermercado y mientras guardaba las compras en el baúl del auto, estaba pendiente de cuando saliera el profesor de YonKoon.
Salieron justo antes de que ChanYeol terminara y no, no quería ser entrometido pero no importa como lo viera, parecía que ese hombre estaba engañando a KyungSoo.

"Tal vez no es lo que parece. Además no es asunto tuyo"

Retumbó una vocecilla dentro de su cabeza.

No era su problema, pero ¿Por que no era capaz de seguir su camino entonces? Él tenía que saber si ese cretino estaba siendo infiel.
Para ser sincero, no le gustaba la idea de que ese hombre estuviera jugando con KyungSoo. Entonces entró al auto, aún con su misión de ver si no era lo que parecía, se quedó en silencio acechando en la oscuridad.

Ellos guardaban también todo lo que habían comprado. Su auto estaba frente de donde estaba ChanYeol. Cuando terminaron, cerraron la puerta y antes de subir al auto, el profesor abrazó al hombre que lo acompañaba.

— En lugares públicos no Chen.

Advirtió el que tenía una apariencia amable.

ChanYeol observaba desde su asiento simulando que revisaba su celular.

— Solo un beso y ya, no hay nadie aquí.

— Vamos a casa, ahí tampoco no hay nadie.

— Aburrido.

Soltó el tal Chen antes de estampar sus labios con los del otro.
ChanYeol abrió sus ojos en sorpresa e indignación.
Era justo como lo pensó, ese hombre era un infiel.

🐧

Pensó mucho si debía o no contarle a KyungSoo lo que había visto aquel día en el supermercado, aunque dos razones lo hacían replantearse si era buena idea hacerlo.

La primera era que no era la persona adecuada para contarle algo así a KyungSoo que a penas había visto dos veces. La confianza era nula, prácticamente eran desconocidos y eso mismo lo llevaba a la segunda razón: No era de su incumbencia. Sería distinto si KyungSoo fuera su amigo, pero no lo era. Cuando dejaba de pensar en todo eso, un remordimiento se acomodaba dentro de él logrando que volviera a pensar de nuevo en que debería hacer. Si callar, mantenerse al margen o hablar.

Fue por YonKoon y aún estaba indeciso sobre qué hacer, cada vez que entraba más a la guardería, su decisión era menos clara.
Lo siguiente que encontró fue a su pequeño hijo, quien estaba en el regazo de KyungSoo (disfrazado como de costumbre) le leía un cuento que no alcanzaba a leer desde donde estaba, de cuál se trataba. Al rededor de ellos, estaban más pequeños escuchando, algunos con sus ojos comenzando a cerrarse, otros distrayéndose con peluches o  crayones de colores.

Por un momento ChanYeol olvidó su disyuntiva interna porque el cuadro dulce que estaba sucediendo frente a sus ojos era todo lo que cautivaba su atención. YonKoon estaba quedando dormido, con su carita pegada al pecho de KyungSoo y este meciéndose lentamente para mantener el movimiento parsimonioso que arrullaba delicadamente a su hijo.  ChanYeol se encontró con sus propias ganas de querer llorar.