La verdad desnuda

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Un sonido hueco resonó en el salón del trono.

Sansa Stark, yacía en el suelo de la gran sala, con multiples magulladuras causadas por los golpes de aquellos hombres que se hacian llamar caballeros.

Las primeras semanas después de la muerte de su padre, cuando comenzaron las palizas, se esforzaba por repetirse a ella misma que aquellos no eran verdaderos caballeros, que los caballeros de verdad no pegaban a las mujeres, si no que las protegían y salvaban de innumerables peligros, las amaban, respetaban y ayudaban en todo lo que las doncellas necesitaban...

Sin embargo, mientras escuchaba las burlas y risas del rey al que un día amó con toda su alma, era una sola pregunta la que surcaba por su mente:"Existirían de verdad los caballeros?"

En el mismo salón, tan influyente como impotente, se encontraba un perro el cual pareciese que estuviera siendo obligado a presenciar como golpeaban a su amo una y otra vez mientras que lo sujetaban con una correa de hierro.

Sandor se hallaba al lado del trono, mirando con un odio profundo que no se atrevía a manifestar la escena grotesca que tenía lugar frente a sus ojos, temiendo que de un momento a otro se fuera a soltar su correa, mientras sus dedos se agarraban con zaña al pomo de su afilada espada.

-¡Quitatle la ropa!-ladró Joffrey desde su trono con una maliciosa sonrisa. En una mano sujetaba su ballesta y con la otra se aferraba febrilmente al trono,mientras que en su cara había plasmada una mirada sádica que no le auguraba nada bueno a Sansa.

-No, por fa vor,no-sollozó Sansa desde el suelo mientras los guardias forcejeaban con sus prendas hasta dejarla semidesnuda.

La joven ahora se encontraba abrazando su débil cuerpo con sus brazos, tratando de esconder en vano sus pechos con su cabello rojizo y con sus brazos temblorosos <<JODER, ESTO ES DEMASIADO HASTA PARA MÍ>>

Con la sangre ardiendo en las venas, el perro había comenzado a desenvainar su espada cuando de repente las puertas de la sala de abrieron de par en par.

Nunca pensó haberse alegrado tanto de ver a un Lannister aparecer frente a él como en aquel momento.

-¡¡¿PERO QUÉ ES ESTE ESCANDALO?!!-Gritó Tyrion avanzando por la sala dando grandes zancadas, o al menos, todo lo grandes que le permitían sus cortas piernas.

El perro, aliviado, corrió a tapar con su capa a Sansa y la ayudó a levantarse del suelo.

Tras disolverse la "reunión" por orden de Tyrion, el rey Joffrey mandó a que su perro acompañase a Sansa hasta sus aposentos, claro que él no era su dueño legítimo, como farlaba de ser...

El camino hasta la habitación de Sansa fue silencioso y rápido, como de costumbre; sin embargo, en la cabeza de Sansa habitaba de todo menos el silencio.

No quería estar allí, no quería aguantar aquello más, no quería ser la esposa de Joffrey, el asesino de su padre...

Y con ese último pensamiento, se vino abajo por completo.

<<No queda nada>>, pensó,<<No tiene sentido que continue viviendo, eso solo alargara mi sufrimiento...y no me queda nada en esta oscuridad tan fria>>.

Llegaron a su habitacion.

El perro se apresuro a abrir la puerta para dejar pasar a la dama con una elegancia impropia de alguien de su taye, y una vez la hubo dejado dentro, se dispuso a cerrarla de nuevo, sin embargo algo le llamo la atención... Sansa estaba mirando la ventana como si tras aquel hueco en la pared estuviera una vision de su padre... O al menos una forma rápida de llegar a él.

La Verdad Desnuda: Sansan-Oneshot(Sandor×Sansa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora