9.Resolución: Nuevo castigo

533 41 0
                                    

"¿Por qué estás tan contenta Hanji?" preguntó Erwin con su creciente interés tomando forma de sonrisa socarrona.

"¿Acaso no es obvio? ¡Ha sido fascinante! Creo que ya sé como ocuparé mi tiempo libre entre estudio y experimentos." Rió de forma descontrolada con sus manos en las caderas.

No había cosa que más fascinase a Hanji Zoe que los titanes, por lo que, si había decidido invertir su energía en algo más, ya podía ser inusual y digno de estudio.

"Además Erwin, tú también te reíste, ¡todos te oímos, no intentes disimularlo ahora!" le espetó al hombre rubio dándole un codazo juguetón y sin perder en ningún momento su sonrisa de oreja a oreja.

"He de reconocer que ha tenido su gracia ver a Levi perder la compostura para variar, pero dudo que esos dos cadetes puedan decir lo mismo". Reprimió una pequeña sonrisa y se despidió de Hanji con un gesto de la mano, prosiguiendo el camino a su oficina.

Ambos habían encontrado algo interesante con lo que matar el tiempo y molestar a su vez al líder de tamaño reducido de las fuerzas especiales. ¡Hoy era su día de suerte! Al fin podrían putearlo con algo a lo que sí reaccionaría, y lo mejor de todo era que incluso podían hacer equipo para ello...

READER'S POV:

-Duele, duele...- Era lo único coherente que vagaba por tu mente, aún petrificada por lo que acababa de suceder...

Miraste a tu brazo aún aprisionado bajo el agarre de aquel demonio de pequeño envoltorio por cuerpo, ¿acaso lo que habías hecho era como para causar una reacción tan jodidamente exagerada? Ya te había impuesto un nuevo castigo, asique... ¿por qué te seguía llevando a rastras con él?

Debía estar muy cabreado, pero todo este sin sentido ante vuestro comportamiento infantil, hacía que tu sangre hirviera aún más.

"Heichou, me hace daño..." No hubo respuesta.

"Heichou... he dicho que me hace daño..." Silencio de nuevo.

"¡Levi heichou, me está haciendo daño!" Haciendo fuerza clavaste firmemente tus pies en el suelo, obligándo así al pequeño y malhumorado hombre a detener su paso de una vez por todas.

Te revolviste en vano, intentando librar tu brazo de su férrea prisión, obligándolo así a quedar finalmente cara a cara.

Haciendo acopio de todo tu valor, que en ese momento parecía querer huír en todas direcciones, levantaste tu vista para salvar vuestra poca diferencia de estatura y así poder mirarle a la cara.

-¡¿QUÉ?! ¿No se había dado cuenta de que me llevaba con él hasta ahora?- sopesaste llena de incredulidad, tu hipótesis parecía estar tomando forma al observar como Levi heichou salía al fin de su estupor.

Volviendo en sí, sentiste aliviada como su mano aflojaba su agarre, deslizándose por tu antebrazo, tomándose su tiempo para depositarla de nuevo sobre tu muñeca, tirando sin previo aviso hasta quedar ni medio paso entre vosotros, con los brazos aún entrelazados frente a vuestros pechos.

Durante todo el proceso tu rostro se debatió entre sorpresa, que acabó por convertirse en creciente indignación, cosa que para Levi no pasó desapercibida.

"¿Qué pasa mocosa?" replicó de forma severa, esperando por tu reacción.

Mascullando entre dientes te apañaste para conseguir que tu voz saliera y poder replicarle.

"¡No entiendo! ¡¿Acaso nuestro comportamiento de hace un momento es tan grave?!"

-Y... ¡¿Quién diablos se cree Levi heichou para prohibir que me relacione con nadie?!- tu creciente ira tomando control de tu voz por momentos, mientras seguías replicando, esperando por su maldita respuesta.

"Mi tarea estaba hecha a la perfección, y nadie me ayudó tal como se me ordenó. No hacía falta decir, ¡que obviamente íbamos a recoger todas las bolas de papel después!" La rabia que estabas sintiendo decidió manifestarse en forma de pequeñas lágrimas, que se deslizaban lentamente por tus sonrojadas mejillas.

Odiabas parecer débil, permitir a cualquiera el ver tus vulnerabilidades, pero en este momento era lo único que podías hacer...

Sacrificar toda tu fuerza de voluntad y reprimir tus insintos había sido tan difícil...

Pero bien sabido era que romperle la nariz de un puñetazo a alguien de tan alto rango como este hombre traería algo más que problemas, ¡y no estabas dispuesta a entregar tu sueño deliberadamente!, sólo porque el odio que el tapón te hacía sentir había sido demasiado que manejar, y habías perdido tu poco autocontrol...

"Lárgate antes de que cambie de idea" masculló liberando tu muñeca, sacándote de tu ensimismamiento.

Sin pensarlo dos veces desapareciste de su vista tan rápido como tus temblorosas piernas te lo permitían, hasta llegar a un pasillo despejado bastante alejado de 'La zona 0' de la que habías prácticamente huído como si te hubieras topado con el diablo.

Había algo en su mirada de tan sólo hace un momento que no lograbas identificar... y eso, no hacía más que producir escalofríos en tu rígido cuerpo, dado que seguramente nada bueno vendría de ello.

En vez de la usual ira, el odio o sus miradas asesinas, parecía como... como si se hubiera estado debatiendo consigo mismo.

Algo se escapaba de toda está ecuación mal formulada, pero lo importante era que una vez más habías conseguido evitar tu prematura muerte.

Asíque sin volver la vista atrás corriste a refugiarte al cuarto que compartías con las chicas.

Eren's POV:

El joven aún seguía procesando las palabras que Heichou le había dedicado, se habían clavado en él como malditas dagas.

"¿Mantenerme alejado de [Nombre]? ¡¿Que puta broma es ésta?!" Vociferó resignado mientras de forma desesperada su cerebro buscaba rápidamente algún vacío legal en las órdenes de Levi, al que aferrarse desesperadamente.

Pensaba aprovechar todas las horas de las comidas tanto como fuera posible, ya que era inusual que los altos mandos comieran con los cadetes. No era mucho, pero de momento era lo mejor que se le había ocurrido...

Y así, se dispuso a recoger 'el campo de minas' que había quedado en la biblioteca tras su corta batalla. Dándole vueltas a que más podría hacer.

Levi's POV:

No sabía que diablos pasaba con él, había estado tan jodidamente abstraído en sus cosas, que no se había dado cuenta de que había llevado a rastras consigo a la mocosa todo el camino.. Hasta que la irritante joven decidió plantarle cara.

-Mierda, me desquicia- sopesó observando cabreado la pálida palma de su mano, la misma con la que había retenido a [Nombre] minutos antes.

Había dado una orden absurda, de la cual ahora no podía retractarse, y de la que tendría que informar a Erwin...

-Cuando le diga que he prohibido al cadete acercarse a la mocosa, Erwin va a pensar que no estoy cuerdo y me hará la vida imposible con sus irritantes e inservibles mofas...

Tch! Ya no había vuelta atrás-

Es una trampa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora