10.La tormenta ' al desnudo'

810 73 38
                                    

A/N:Hacedme saber que os parece! =)

Habían pasado un par de días después de que aquella última tormenta que era Heichou, azotase por lo que de momento parecía la última vez, tanto tu vida como la de Eren. Os había resultado prácticamente imposible hablar, ya que cada vez que la ocasión parecía perfecta, Levi Heichou se encargaba de aparecer de la nada con otro de sus malditos encargos, obligando a Eren a huír por su vida y a ti disimular con inocencia fingida, que no tramabas nada.

Él hombre parecía disfrutar infligiendo tortura a otros, estaba claro.

Cuando habías planeado usar el tiempo de entrenamiento cuerpo a cuerpo, que normalmente pasabas prácticamente con Eren, te viste forzada a un cambio de pareja.

Si no era Levi Heichou el que parecía divertirse con vosotros, lo hacía Hanji... Y por la manera en que revoloteaba por allí, cosa que era muy extraña dado que rara vez se la veía fuera de los laboratorios, y mucho menos en los campos de entrenamiento de los reclutas, tramaba algo.

Y como no, para ésta sesión, acabaste emparejada con un chico rubio enorme, su nombre era... Reiner Braun.

Observaste asustada la imponente diferencia de vuestras alturas, te sacaba algo más de una cabeza, posó sus ojos sobre ti, escaneándote con una sonrisa.

"He visto como le hacías pasar un mal rato a Eren, eres divertida, pequeña" se mofó con sus brazos en las caderas.

Si había dos cosas que te crispaban los nervios eran:

1- que se mofasen de ti

2- que hicieran alusión a tu escasa estatura

Con ira homicida rezumando por todos tus poros, cargaste hacia él sin pensártelo dos veces... para acabar segundos después suspendida en el aire.

El mastodonte rubio te había sujetado con una mano por la chaqueta, y te encontrabas pataleando cómicamente en el aire, mientras cuanto más te movías , más provocabas acabar balanceándote de forma graciosa como si fueras un columpio. Mierda.

Todo ésto provocó una oleada de risas por parte de todos los presentes, lo que acabó sumiéndote en la más profunda vergüenza. Inflaste tus mofletes y aún colorada aprovechaste cuando uno de los balanceos te giró, quedando a la vista de Reiner.

"¿Me puedes soltar ya?" Dijiste con un hilo de voz, aún con tu gesto de ardilla comilona en el rostro.

El rubio parecía perplejo, con tus mofletes aún inflados, apartaste tu mirada avergonzada, mirar a cualquier otra parte que no fuera el riguroso escrutinio al que te estaba sometiendo parecía la mejor opción. Sentiste poco después como tus pies volvían a posarse en el suelo, aliviada.

"Ta-tan adorable, parecías una ardillita" le oíste decir justo antes de que acabara con tu paciencia revolviéndote el pelo, como si fueras una niña pequeña.

Un mortífero "Tch!" escapó de tus labios al tiempo que le sujetabas la muñeca de la mano que aún tenía posada sobre tu cabeza, giraste sobre tus talones, clavándole en el proceso tu codo libre con fuerza en el estómago. Para poco después propinarle una patada en sus partes más preciadas.

Cuando el mastodonte cayó con un golpe sordo, retorciéndose de dolor, observaste a los demás como aplaudían divertidos ante el espectáculo que estábais dando, mientras que a ti te abrumaba la culpa por habértelo tomado tan a pecho.

Ayudaste a erguirse al pobre chico, sentándote junto a él en una valla cercana.

"Lo siento, me excedí.. Pierdo el temperamento facilmente y yo.." balbuceaste avergonzada.

El chico se rió y quitándole hierro al asunto, te aseguró que era su culpa por haberte provocado a posta.

Entablando un poco de charla mientras él se recobraba de tu 'paliza castradora', empezaste a pensar que no era tan aterrador como te parecía en un principio. Te enseñó unas cuantas técnicas de defensa personal, pero debido a vuestras enormes diferencias, sus enseñanzas no obtenían muy buenos resultados en ti. Asi que con una de sus enormes manos en tu cabeza, te dirigió entre la multitud hacia la rubia de expresión amenazadora. Había costado mucho que te ayudara con tu entrenamiento, era muy reacia a perder el tiempo enseñándote. Pero dada vuestras alturas similares, era una pareja perfecta. Y Reiner no había dejado de insistir, hasta que la pobre tuvo que optar por ceder, o estaba claro que la perseguiría hasta el fin del mundo.

Casi al final del día y poco antes de que os mandasen a las duchas, te escabulliste y te colaste en una de las cabañas masculinas. Si tenías suerte podrías devolver una de las que le tenías juradas a Eren. (Si mal no recuerdo, eran 2)

Asíque con tu modo ninja activo, esperaste sigilosamente hasta que el castaño entró en la habitación.

Una vez cogió sus cosas de aseo, lo seguiste y cuando se metió en el único cubículo de las duchas libre, entraste apresuradamente, antes de que alguno de los otros terminase, y le robaste tanto la ropa como la toalla...

-Oh Eren, ser el más lento en la ducha hoy iba a ser un gran problema para ti- sopesaste riéndote por lo bajo una vez estabas fuera de peligro.

En una de las ocasiones en la que te encontrabas absorta vigilando por encima de tu hombro, comprobando atemorizada cada dos por tres que nadie te hubiera pillado, te chocaste de bruces con la persona que menos querías ver en ese momento... Si, Levi.

"Después de la espantosa demostración de hoy, y ¿te atreves a estar por ahí holgazaneando mocosa?" Su fría voz mostraba un tono despectivo..

Si querías salir bien parada de éste lío, ibas a tener que jugar bien tus cartas...

"En re-realidad le estaba buscando heichou" Ante tu respuesta, Levi enarcó una ceja de forma recelosa.

"Se supone que sigo de castigo, y como han acabado los entrenamientos, le buscaba para la asignación de hoy. Incluso ya he traído conmigo trapos de limpieza" fingiste estrujando la ropa engurruñada de Eren entre tus manos.

A punto de cantar victoria cuando Heichou te mandó seguirle, un estruendo os sobresaltó. Rápidamente te giraste, para encontrarte con un Eren completamente empapado y desnudo, tapándose sus partes viriles con un cubo. Parecía encolerizado, mirando frenéticamente a su alrededor, hasta que posó su mirada en ti, te escudriñó hasta detenerse en el bulto delator en el que habías convertido su ropa, aún en tus manos.

"[NOMBRE!] ¡Traidora!" gritó echando a correr en tu dirección, sin percatarse de la figura mortífera tras de ti.

Oh mierda... ésto iba a iniciar otra tormenta.

Es una trampa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora