Capítulo 4

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Capítulo 4

—Así que el nuevo ¿eh? —

—Sí, ¿y puedes creer que viva solo a unos metros de Verónica? —

— ¿El destino? —

—Jajá no seas tonto. — Comenta la chica tras unas carcajadas

— ¿Qué? Esta puede ser su oportunidad, sabes lo mal que terminó su relación con Richard. ¿No crees que sea su luz al final del túnel? —

La chica lo mira de reojo sin dar mucho crédito a lo que dice, aunque quizás pueda llegar a tener razón. Prefiere no pensar en eso. Pero ¿por qué no le agrada la idea? Lo sabe, muy dentro lo sabe. No quiere levantar sospecha así que decide seguirle el juego.

—Tal vez. — Dice guiñándole el ojo. A pesar de que su amiga le ha dicho que no tiene interés en el nuevo, hay algo que resalta por encima de eso, algo que tendrá que averiguar y que no tardará mucho en hacerlo.

La pareja conversa sobre como la han pasado esa tarde al momento que se dirigen hacia sus casas. Han decido caminar para tener algo así como un paseo romántico. Y es que la verdad no recuerdan cuando fue la última vez que compartieron una noche bajo la luna. Las cosas han cambiado para ambos en esos últimos meses.

El chico toma la mano de quien va a su lado, la cubre con ambas manos y exhala sobre ella al tiempo que nota que su mano esta helada. La chica esboza una sonrisilla, es una de las pocas en meses. El chico la mira y piensa ¿Cómo es posible que todo se le haya ido de las manos? Sabe que todo empezó a marchar mal cuando los problemas en casa fueron aumentando, cuando tuvo que tomar decisiones y abrirse paso como pudo. Sin quererlo descuido lo que es lo más importante para él y por mucho que trate ni él ni su relación con la chica que quiere están cerca de ser lo que era.

— ¡Mira! Ya han inaugurado el nuevo parque — Exclama la chica señalando hacia donde está ubicado.

— Si te apetece, vamos — Comenta el chico sonriendo. No lo hace frecuentemente pero con ella casi no lo puede resistir.

Ambos se dirigen hacia el nuevo parque ubicado a unas cuadras de la casa de chica.

— ¡Wow! —

— Sí que te sorprende —

— ¿Qué a ti no? — Comenta la chica tras observar de cerca todo lo que allí se encuentra. Es un parque realmente hermoso. Hay faros de luces a los alrededores, bancos, juegos para niños. La chica se acerca a la fuente para verla con lujos y detalles, cada cosa que ve la sorprende aún más.

Mientras la chica sigue en su deleite el chico se acerca con 2 vasos de chocolate caliente. — ¡¿Qué?! ¡Hasta chocolate! —

— Sí, lo vende una señora que está casi a la salida del parque — Comenta el chico tras una sonrisa.

La chica le da las gracias y ambos se sientan en uno de los bancos. La pareja no dice nada durante unos minutos. Es el chico quien rompe el silencio y dice:

—Oye, quiero que sepas que... — Está lo interrumpe —Ya sé lo que vas a decir —. El chico esta perplejo, no se esperaba eso y menos el semblante tan distinto de la chica, nada parecido al de hace unos minutos.

—Sé que dirás que quisieras que las cosas fueran diferentes —

—Y sí, eso quiero. Quiero que todo esté bien entre nosotros —

—Ay por favor, estamos como estamos porque así lo quisiste tu—

— ¿Pero qué dices?, ¡Sabes que todo lo que sucedió estaba fuera de mis manos! —

Sin PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora