Dejando el presente Almas en línea

Prólogo

Frente al joven y madre de este, El bandido de costosa armadura levantó su espada. Tener misericordia es tomar una vida en un mismo impacto filoso y preciso. La espada, que apenas reciba un leve rayo solar ,de entre las hojas de la orilla del bosque, brilló como sol en el cielo.

El joven cerró los ojos, frunció el ceño y se mordió sus labios ambos a la vez puesto entre sus dientes. El semblante de aquel joven representaba el miedo de lo que jamás pensó una vez viviría. Solamente lo estaba aceptando en sus adentros porque no había nada que pudiera hacer. Si este conociera un arte de defensa o tuviese al menos un poder, podría usarlo contra el Bandido frente a su madre y escaparía, pero no

tenía tal capacidad.

Entonces el vio una sola conclusión, ella moriría ahí frente a él, sin poder hacer algo. La espada empuñada con fuerza, dirigida hacia su madre cortó el aire...

Pero ella no sintió el filo, o dolor alguno.

Abrió sus ojos esos que entre el miedo mantuvo cerrados, lo primero que noto fue la espada que se detuvo de la nada, según su perspectiva en el momento. Dando más tiempo alcanza ver , el bandido había dejado

de moverse, cómo estatua petrificado. La atención del Bandido ya no estaba centrada en la

Madre de aquel joven. El rostro sorprendido, ante lo que para el solo sabe a leyendas para niños, aquello desconocido para el, sembró el miedo. Dado a tal escandalosa expresión es como si

la mirada del Bandido ¡gritará! ¡Mira tú también mujer!, ella volvió la mirada en la misma dirección.

Entonces sorprendida vio.
La oscuridad viva, entre sombras,

Se plasmó en ella terror. Oscuridad materializada como por pequeñas fibras de entre el aire del bosque, y sin embargo de una

profundidad inimaginable, cómo ver de frente un agujero negro de tiñe puro, recuerda ella la expresión del anciano ciego de su pueblo, en cómo describe su falta de vista, luz y color. Aquella mujer no podía explicarse al ver tal hecho, se preguntaba una y otra vez en su fuero interno, tal oscuridad verla de tal forma, como solo historias y leyendas se asemejan pero,aún haci mucho más aterrador, afirmó-esto pertenece a las artes ocultas más profundas.

¿será un portal? Pregunta el joven, Intrigado más que asustado le encuentra forma hexagonal a lo que llama portal.

Entonces, ocurre lo más inesperado y su corazón comenzó a latir más fuerte, su pregunta fue respondida.

*Exactamente Joven*

Se escucha desde la oscuridad.

En el instante en que se percató de lo que era, el bandido logra mover sus labios, deja de estar atónito,
grita-¡Un demonio! Tratando de moverse y correr pero en vano fue su intento, al no lograrlo se puso histérico, haciendo ver cómo Valientes guerreros al joven y su madre que pese al miedo y la situación logran guardar la compostura limitándose a solo el temor que llevan por dentro.
Se muestra una existencia que ningún mortal podría vencer. Armadura de azul oscuro, orillas rojas como la sangre fresca, Yelmo que desprende un aura maligna, siendo poco a comparación del resto de la armadura pues la que está desprende se asemeja a la forma de una capa y puesto en su mano izquierda 3 anillos, que titilaban a su color. Tal ser en compañía de otro ser de contextura más fina y más bajo pero semejante a Él. Hacen su entrada sublime de forma intimidante, segura y soberbia, se muestran, el bandido sintio como su

mirar no toleraba ver de frente a la entidad que se mostro sintiéndose en ese momento una indefensa presa.
La entidad más robusta se acerca hacia el joven y madre, pregunta
haci- ¿Cuánto darías a cambio por ser tu madre y tu salvados de la muerte?
Responde el joven sin pensar o dudar- Lo que se me pida a cambio.
Tras la respuesta queda solo el silencio del aire siniestro entre los árboles, movimiento las ramas y sus hojas , sin escuchar aves cantar o insecto alguno mover una pata o ala,
*Apenas se escucha un leve sonar del aire siendo partido*
Habla la entidad más pequeña y fina se dirige al más robusto diciendo- qué asco ¿esto es todo lo que aguantan? Seguido cae la cabeza del Bandido y suena en la tierra como cuando un fruto cae de un árbol, pero este al caer se deshace el rodajas y la sangre suelta alrededor, su cuerpo aún no percata que está decapitado siguiendo aún de pié.
El joven dice quiero ser como tú.